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Vuelvo de la Legua Emergencia y sus casas de colores. Tiquitiquiti, hembra orgullosa, te tiene que tocar a ti.

Haremos cosas juntas. Esa ella y nosotras, las ARACATACAS apasionadas y porfiadas, empeñadas en transversal-izar el arte, que sea bandera y oficio, que sea herramienta y belleza inclaudicable, que llene el espacio de luz, que sea memoria, que sea parte del pueblo de nuestro país y de los pueblos.

Esa ella, reina Legüina añosa, habitada de human@s estigmatizad@s por los medios, que baila su cueca citadina haciéndose mierda los pies cuando zapatea de pura tristeza y enojo.

Estigmatizada por la mirada de todos los que creemos en los medios sin preguntar si esas palabras sueltas, si esas imágenes arrojadas al espacio son verdad, son transparentes, portadoras de realidades o manipuladas para producir resultados, para justificar acciones. ¡Vuelta!

Estigmatizada por ell@s mism@s que empiezan a conocerse por lo que dicen esos medios,

por lo que escuchan de si  mism@s

en los paisajes urbanos de la ciudad

y no por su propia vivencia acumulada en una

memoria que tiende a extraviarse. ¡Voy a ella!

Nos convocan a presentar La Pasionaria para los leguinos en un Centro asociado y que trabaja con niñ@s y jóvenes hij@s o parientes de personas privadas de libertad. La Pasionaria, obra de teatro, que se sumerge en la historia de las poblaciones de Santiago, en la lucha de l@s poblador@s por su dignidad y derechos de manera colectiva. (También es la historia de la Legua.)

En la sala en la que nos reciben con solcito de la tarde, galletas, té y proyectos, sueños, miradas, trabajo acucioso, amor y de nuevo amor, y más amor (A-Mor = No- Muerte) y compromiso y conocimiento y ganas. Hombres de crespos indomables organizan una orquesta juvenil con violines, chelos, contrabajos, mujeres jóvenes de por ahí piensan esa Legua, la sueñan de otra laya, reflexionan, reinstalan la buena leyenda. ¿Quién habla de ell@s? ¿Dónde están los reportajes, las notas, las imágenes? ¿Quién les pregunta?

Soñamos junt@s en Talleres de la Memoria transformados en teatro leguino, en himnos, en orquestas con materiales reciclados, en comparsas delirantes que cuenten la otra gesta en la que podamos leernos de otra forma, en otras “intervenciones” desde lugares luminosos. ¿Intervenciones? ¡Palabra horrorosa, palabra sin corazón y sin respeto!

Después… las fuerzas policiales revisan, inspeccionan, desde la soberbia y la falta de respeto. Señores empoderados por alguna autoridad que jamás ha abierto el corazón palpitante a ese corazón palpitante de la Legua vieja cuequera arrabalera. Ninguno de los que deciden estrategias se ha detenido a respirar contigo, a poner su corazón frente al tuyo. Nunca tomarte las manos, mirar adentro de tus ojos. Nunca tus árboles, nunca una intuición de pájaro que avisa. ¿Cómo podrían sanarte? ¿Alguien ha preguntado al leguino, a la leguina, cómo piensan o sienten que se debieran solucionar los conflictos que los aquejan?

¿De qué relato hablan?

Estoy dolida, enrabiada, atorada, topando fondo con el modo de relacionarnos -autoridad- ciudadanos, empresas-comunidades. Algún

pájaro orgulloso de plumajes elegantes sobrevuela los lugares, mira desde arriba, decide, planifica, interviene, nos da lo que supuestamente necesitamos, todo a puertas cerradas y de espaldas a ese  “pueblo” que pasó de moda pero existe y tiene identidad, historia, cultura específica. De espaldas a ti

y a mi

y a tod@s mis amig@s

y compatriota@s.

¿Alguien nos conoce de verdad? ¿Alguien quiere relacionarse con nosotros de verdad? ¿Queremos relacionarnos? Solo la relación generará comunidades comprometidas que quieran vivir y no morir. Que quieran vivir en el A-Mor= No-Muerte.

Para relacionarnos y fecundar mundos armoniosos debemos existir dos, legítimos, válidos, grandes.

BASTA.

Quiero un poco de humanidad.

“La Pasionaria” en una de sus escenas relata que una tormenta de nieve cayó y murieron trece guagüitas de frío. Los pobladores marcharon por Santiago y llegaron a La Moneda con sus ataúdes. Manuela entonces dice: Señor Presidente de la República de Chile, aquí estamos. ¡¡¡Existimos, nos morimos!!! ¿Qué tiene que pasar para que usted nos vea?

Yo te quiero ver Legua de mis recuerdos de siempre, te quiero ver cómo eras, eres y serás en una larga cueca que nos hermane y relacione…

 

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Alguien comentó sobre “La Legua Emergencia desde la otra orilla

  1. Malucha, es tan potente este trabajo de rescate de la memoria de los barrios y habitantes de Santiago. Dignifica, promueve el respeto y el auto-respeto, nos enriquece como comunidad, nos hace traspasar los silencios y los prejuicios. Ojalá publicaras más de esos pregones.
    Abrazo

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