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¡Y por fin llegó la digitalización de la televisión! Después de 50 años de TV análoga, se dará en Chile un paso que es mucho más relevante, sin duda, que cuando se pasó del blanco y negro al color.

Algunos dudan de esto último, y han dicho que la digitalización es un tema del pasado, y que hoy la discusión debería estar centrada en temas como la convergencia de los medios, que el futuro de la TV está en Internet, y que los nuevos actores que llegarán a revolucionar este rubro serán gigantes como Google y Apple, que ya han comenzado a  poner sus tecnologías en el mundo audiovisual televisivo.

Pero esto es cierto a medias. Primero porque la televisión digital traerá efectivamente grandes cambios. Se habla de alta definición, algo que ya es un hecho de la causa; se habla también de la posibilidad de ver televisión en dispositivos móviles, lo cual ya está sucediendo (aunque lentamente todavía), y esto podría generar algunos cambios en los hábitos de los chilenos, una vez que la tecnología se masifique. En un país que tiene más de 17 millones de teléfonos móviles, es imposible no pensar que  tener televisión gratuita en el teléfono no cambiará al menos en algún grado, conceptos que nos son tan habituales como “horario prime”. Claro, porque si la gente puede ir viendo TV en la micro o el metro, a la hora de la salida del trabajo, probablemente habrá muchos “televisores” encendidos a las 7 de la tarde. La pregunta inmediata que aparece es entonces: ¿Cómo se medirá el rating de la gente que ve televisión en su celular?

La interactividad también es un tema interesante. Los que se han interesado en el tema de la TV digital, habrán oído hablar de algo llamado Ginga, un middleware, dos conceptos a los que probablemente tendremos que comenzar  a acostumbrarnos. No es menor que los brasileños hayan bautizado a su middleware propio como el paso base de la Capoeira, una danza que mezcla el baile contagioso de los cariocas con una increíble arte marcial. La Ginga es la base, el equilibrio, lo elemental.

De implementarse Ginga en nuestro país, podríamos tener varias aplicaciones interactivas que se activarían fácilmente desde nuestro control remoto. Incluso si el set top box, la “cajita mágica”, o el televisor incluyen un disco duro, se podría por ejemplo, grabar algunos programas, y luego, simplemente saltarse los comerciales. Otro desafío para los publicistas, que espero no nos llenen de placement o de huinchas la pantalla del televisor. De todas formas, con o sin Ginga, es muy probable que la televisión sea cada vez una práctica más activa, donde la experiencia del usuario sea mucho más que hacer zapping.

Aparecerán también nuevos roles, como el encargado de servicios interactivos del canal. Los nuevos televidentes, los de la generación youtube, están acostumbrados a ver sus programas cuando quieren y no cuando el canal los emite; los nuevos televidentes quieren que los programas se puedan adelantar, retroceder y pausar.

¿La Convergencia de los medios?

Para explicarlo en términos sencillos, se habla de la convergencia de los medios cuando el usuario tiene en una sola caja o dispositivo todos los medios, partiendo obviamente por la Internet, la televisión, la radio, los periódicos, etc. Esto efectivamente está comenzando a suceder, pero no en una sola cajita, sino en varias a la vez. Claro. Cada día son más populares los smartphones, que incluyen navegación por Internet, radio, reproducción de videos, etc. Incluso sirven, increíblemente, ¡para hablar por teléfono!

Pero si uno quiere ver “Avatar”, no querrá verlo en una pantalla de celular, por mucho que el iphone se lo haya comprado recién en Estados Unidos y venga con la versión sin censura del último video de Lady Gaga.  No, para eso la gente querrá comparase un televisor, ojala de 42 pulgadas, Full HD y con un reproductor de Blu Ray que venga de regalo por comprar con la tarjeta en cómodas 48 mil cuotas. Por supuesto que James Cameron no invirtió los millones que gastó en hacer su película para que la gente viera la textura de los “Naví” en una pantalla de celular. Entonces, en un futuro cercano tendremos televisores con conexión a internet, radio, diarios, etc. Finalmente la convergencia existe, pero no en un solo dispositivo, sino en  múltiples. Cuando apareció la TV, muchos pronosticaron la muerte de la radio, cosa que aún no sucede. Los medios no desaparecen; como la ley de Lavosier, nada deja de existir, sólo se transforma, y en el caso de los medios, estos se adecúan a las nuevas tecnologías y los nuevos usuarios. Pero jamás desaparecen.

La cuarta opción importante que trae la digitalización es la multiplicación de los canales. Para nosotros como movimiento, es tal vez el cambio más relevante de este nuevo escenario. Primero porque esto cambiará el panorama económico y laboral de la nueva televisión chilena. Habrá más canales, pero no habrá más habitantes en Chile, y la inversión publicitaria no necesariamente aumentará, sino tal vez incluso se dividirá. Dicho de otro modo, el gasto en publicidad que hoy se reparte básicamente e 7 canales, en el futuro se repartirá en 15 o 20 canales. También es cierto eso sí que comenzarán a aparecer los canales segmentados: canales de música, de noticias, de series. Siendo así, los publicistas podrán invertir en programas que apuntan de manera más eficiente que hoy al público al que quieren llegar. De todas maneras, cabe preguntarse si en el futuro podrán seguirse pagando los sueldos estratosféricos que ganan algunos rostros de TV, porque sin lugar a dudas que los sindicatos no permitirán que se sigan bajando los sueldos a quienes trabajan tras las cámaras. No debemos olvidar que la TV es una de las pocas instituciones donde los jefes (productores y directores) ganan menos sueldo que los dirigidos (animadores).

También debemos recordar que la norma ISDB-tb permite dentro de los 6MHz de ancho de banda, transmitir más de un canal de TV. El concepto de canal cambiará de ahora en adelante, pues estamos acostumbrados a entender como un canal, una señal. Ahora podrá haber un canal TVN por ejemplo, y 4 señales, TVN 1, TVN 2, TVN 3 y TVN 4. Si un canal, y continuaré usando a TVN como ejemplo, ahora debe llenar programación de 4 señales en vez de una, deberá ser capaz de producir 4 veces más programación. ¿Se contratará 4 veces más personal? Lo dudo mucho. Es obvio eso sí (espero) que se utilizará mucho material de archivo y se comprará material al extranjero, pero hay que estar atentos a que no se siga exigiendo aún más a los profesionales de la Tv para que cumplan con la entrega de los programas. Si no, sólo pregúntenle a los centenares de asistentes de producción y asistentes de dirección que trabajan de lunes a domingo apara poder sacar al aire los programas.

Es en este contexto, de la posibilidad de que se creen y concesionen nuevos canales, que nace el movimiento “Por una TV educativa para Chile”.

Nuestra propuesta es clara. Queremos que dentro de los nuevos canales que existan en la televisión digital, el Estado chileno garantice que haya uno con contenidos cien por ciento educativos para la población. No en el cable obviamente, en televisión abierta y para todo Chile.

Creemos profundamente que la educación es un proceso que traspasa las murallas de al escuela, que se da en la casa, en el trabajo, en el contexto social de cada individuo y a lo largo de la vida. Y por supuesto a través de los medios de comunicación. Según la última encuesta del CNTV, el 84% de los chilenos  ve más de dos horas de TV al día. Si, trabajamos en un medio poderoso y extraordinariamente influyente. La mayoría de las personas se hace una imagen de la realidad, de lo que sucede en el mundo a partir de lo que ve en la TV.

No nos oponemos a que exista la televisión como medio de entretención, al contrario creemos que es parte importante de su misión.  Lo que pedimos es que exista diversidad de televisión, programas y canales para todos los públicos, y que la TV y lo medios en general, asuman de verdad el rol social que deben cumplir.

¿Saben ustedes por ejemplo, que el mayor público de la TV son las personas de la tercera edad? ¿Y cuántos programas pensados para ese público existen en nuestro país? Pocos y ninguno. Las razones, creo que son básicamente dos: primero porque en Chile el sistema de pensiones no es bueno y se entiende que la mayoría de los ancianos es pobre. Para qué hacer entonces programas de TV, para un público que no tiene poder adquisitivo, y por tanto no consume publicidad? Algo de cierto hay en eso, la mayoría de nuestros abuelitos tienen escasos recursos, pero eso no quiere decir que no consuman y no gasten dinero. La segunda razón, creo que está relacionada al egoísmo natural de los seres humanos. Estoy seguro de que la gran mayoría de los realizadores de televisión tenemos menos de 65 años. La mayoría de nosotros cuando hace un proyecto de programa, lo hace también pensando en el programa que nos gustaría hacer, y no siempre en el público que ve televisión. Cuesta ponerse en el lugar de un adulto mayor y desarrollar programas para este público.

Les voy a contar otro dato que quizás no saben. Según el FONADIS, en Chile el 12,93% de las personas presenta una discapacidad en cualquiera de sus grados, (2.068.072 personas). Dicho de otro modo, en uno de cada tres hogares hay a lo menos un miembro con discapacidad.

Sin embargo, no hay en la TV programas hablados en lengua de señas para los sordos, ni animadores que entrevisten en silla de ruedas.

Así, podría seguir dando ejemplos múltiples de situaciones y realidades que no son tomadas en cuenta por la televisión actual.

Creemos que un canal con contenidos educativos podría hacerse cargo, entre otras cosas de estas realidades, entendiendo que la educación es un proceso que dura hasta que las personas dejamos de existir, que no acaba cuando salimos del colegio, un proceso que debe ser inclusivo y respetuoso de las diferencias de las personas.

La convergencia además es un proceso que involucra las diferentes culturas, algo que nos puede enriquecer a todos enormemente. Quizás son varios aquí los afortunados que tienen acceso a bajar videos de Internet, de ir al cine, de ver programas interesantes en el cable. Pero debemos saber que la gran mayoría de nuestros compatriotas ve sólo televisión abierta. Mujeres, niños, jóvenes, trabajadores, adultos mayores. Todos podríamos beneficiarnos de un canal con fines educativos.

Para finalizar, quisiera recordar algunos de los hechos históricos relevantes que han ocurrido hace poco. Partimos con un terremoto que echó abajo la mitad del país, luego tuvimos una huelga de hambre de los pueblos mapuches, que afortunadamente no terminó en tragedia de muerte, nos emocionamos con el rescate de los mineros de Copiapó, después un bus chocó en la carretera dejando varios muertos, y finalmente nos impactamos con la muerte de más de 80 reos en la cárcel de San Miguel. ¿Qué tienen en común estas situaciones? Que en todos ellos reaccionamos después que los hechos ocurrieran. Las casas se cayeron, no porque no se supiera que Chile es un país sísmico o porque no existan las tecnologías antisísmicas. Las casas se cayeron porque se saltaron las normas de construcción o se hicieron casas en lugares peligrosos. El problema mapuche no es nuevo, lleva siglos sin resolverse y aún está lejos de solucionarse. Los mineros quedaron atrapados por la falta de medidas de seguridad en la mina, y no porque no existan los métodos para prevenir accidentes. Hoy, la autoridad anuncia cambios en las regulaciones y castigos a los culpables.

En Chile todo es siempre “después de”.  Somos un país reactivo y no activo. Pero hoy la televisión digital nos da una oportunidad única de actuar antes, de hacer una mejor televisión para el futuro. Una televisión diversa, y un canal educativo. La oportunidad es nuestra, y es hoy.

Los invito a sumarse a este esfuerzo en www.porunatveducativa.cl

 

 

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