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Muchas veces cuando vamos al médico en búsqueda de la solución a alguna dolencia nos enfrentamos a la capacidad o incapacidad de un profesional que escucha, dependiendo de su expertise y sensibilidad, a un paciente con un estado emocional especifico de su condición. La atención y la habilidad del médico para escuchar y observar al paciente determina la posible solución, recomendaciones y/o medicamentos requeridos para recuperar el estado de salud deseado y la confianza que se puede desarrollar en ese conjunto de acciones que se articulan entre médico y paciente. Un ejemplo de la importancia del diagnóstico.

El diagnóstico es clave en cualquier proceso de comunicación entre las personas, es el que determina el punto de partida, desde dónde y hacia dónde nos movemos. Cuando sabemos nuestro inicio vivimos el proceso admirando todo aquello que se ha orientado y guiado en una misma dirección, en un espacio de acuerdo y respeto por lo que le sucede a otro. La importancia del diagnostico no es sólo saber qué nos pasa, es entender por qué sucede y cuál es la manera en que se enfrentarán los siguientes pasos.

Las creencias y las acciones deben estar encarnadas en quien realiza el diagnóstico teniendo la capacidad, por ejemplo, de generar los silencios para permitir que fluya la comunicación, observando y escuchando desde la incorporación de la información en una dimensión experiencial para generar la relación integral entre las personas que están involucradas en este proceso desde un entendimiento racional, emocional y conductual que acerca a las personas generando el espacio de relación y de interacción.

En diseño, por ejemplo, es vital generar un buen y acertado diagnóstico, de lo contrario no sólo no se cumplirá con el objetivo del encargo de producto, sino que se verá afectada toda la comunidad beneficiaria de aquél producto. Para toda relación entre personas, en cualquier profesión, el ideal sería desarrollar y fortalecer constantemente las habilidades comunicacionales para orientar la conversación desde la necesidad real y no sólo desde la declarada o supuesta.

El diagnóstico requiere del balance entre escuchar y observar de manera estratégica, ésta es una etapa que permite que la comunicación suceda o no. El comunicólogo es responsable de crear y establecer un espacio de relación que incorpore al otro como una parte importante de ésta danza. La articulación y gestión de la información dependerá de la capacidad de integrarla a las emociones colectivas e individuales con las conductas que generará las soluciones

 

Texto para trabajo en Seminario comunicología y gestión de identidad, mención gestor de comunidades

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