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Invaden sin pedir permiso las redes, las plazas públicas, las grandes y pequeñas alamedas de esta nación.

Incomodan. Más incomoda el estado actual de las cosas…

Mareas de estudiantes, reflejo feroz y certero, del mundo construido por los que están “to young to dye and to old to rock and roll”.

Por todos lados florecen sus dichos, sus capuchas y colores, sus medias fosforescentes, sus penachos, esos piercing, aros, blusas fomes y atrevidas, zapatillas. Florecen sus consignas y anhelos de estar, decir, usar la voz, divertirse, transformar.

Los chicos y chicas se organizan.

¿Como pueden?

Nadie les enseñó, a ninguno de los señor@s les conviene, nadie lo propicia. Solo están sus ganas desbocadas de hacerlo de otra laya, su intuición, su ira, su esperanza de vivir la vida de una manera más grata, más justa, más posible… Al parecer esa vocación de organización la llevan en el ADN, ¡de alguna parte la sacaron! Por suerte las buenas costumbres quedan hibernando en algún rincón del alma.

Mientras tanto los unos y los otros discuten, se lanzan dichos y redichos en relación a si el almuerzo estuvo bueno o malo, si se dijo esto o aquello, de si fue tongo o si obstaculizan el lelelele, el lalalala… se entretienen seriamente, pomposamente  los unos y los otros por la tele dando su festín.

Los estudiantes alzan las banderas antiguas y nuevas de igualdad, de derecho irrestricto a la educación,

de la importancia de vida o muerte que tiene la educación en un país soberano para que este, de veras, de veritas, salga del temido sub-desarrollo y exista alguna posibilidad real de EQUIDAD.  DE COMPARTIR LA TORTITA QUE TANTO LES GUSTA.

Lo hacen de otro modo y eso gusta. Lo hacen desde estos tiempos, y eso gusta. Ha corrido agua bajo el puente que ha arrastrado piedras ásperas y pulidas, eso gusta.

Alzan banderas que hablan a gritos de la importancia de VIDA O MUERTE  que la educación tiene para que la democracia se haga realidad y no sea letra muerta, artilugio formal, cuenca vacía que se colma en el rito catártico de elecciones que no representan al pueblo de Chile, al pueblo del mundo.

Para que exista un pueblo participativo, informado, con opinión y poder de decisión, un pueblo que aporte, NECESITAMOS DE EDUCACIÓN AL ALCANCE DE TOD@S, BUENA EDUCACIÓN.

Esta lucha de los estudiantes, sus planteamientos ponen en el tapete discusiones de fondo que aún no se abordan pero hay que hacerlas: El tema de la propiedad, el tema del bien común y de la propiedad privada, el tema de la plusvalía, del rol del estado, del cómo, cuando y con quien se toman las decisiones y suma y suma y suma y sigue. Hemos vivido demasiado tiempo en el limbo postergando el tema: NOSOTROS.

Y ellos, los señores y señoras siguen amenazando, tomando o no tomando acuerdos que nadie sabe a quien representan, decidiendo qué es primero y qué después sin preguntarle a nadie, ni siquiera a la señora o al caballero que duerme a su lado. La vida se agita y corre y no se enteran… El río suena, mis amigos, piedras lleva… límpiese las orejitas, abra el corazón, mire, la cosa está que arde.

Pero no basta con que los estudiantes estén en las calles. Ellos y ellas tienen que prepararse para las grandes ligas, para sostener la visión en todas partes y no quedarse en la ira, en la lucha egótica, en la carrera de 100 metros planos. ¡Esta es maratón!

Ell@s deben encarnar, como actores y actrices avezados la leyenda que se teje. Deben entenderla, verla, y representarla como para ganarse el premio en Cannes, un Oscar, un Globo de Oro. El sistema se solaza cuando pilla desprevenido a alguno, a alguna. Basta ver a la preciosa Camila con los pomposos intolerantes Cero. ¡¡¡¡Cómo se escuchaban a sí mismos, cómo se vengaron de los últimos puñetes que les habían dado delante de los televidentes en pleno rostro!!!! Les gustó arrinconarla en el terreno que ellos dominan, creyeron lucirse… así lo hace este sistema, esta Matrix imperante. Hay que llegar a las fauces del poderoso, listo como atleta antes de la maratón, entendiendo la propia leyenda, jugando el juego propio y no el ajeno, saber cuando estamos listos para el encuentro, para enfrentar al Minotauro, para montar el Argos y elevar las velas. ¡¡¡Y esto corre para todos y todas las que nos preparamos para la vida que empieza a tejerse en el corazón oprimido ante tanta insolencia!!!! Pero ¡OJO! También fuimos nosotr@s quienes lo permitimos. Desde la Matrix anterior se forjó esta cuando dormíamos, cuando delirábamos, cuando no vimos, cuando descuidamos el alma y los adentros, cuando nos mareamos con las cuentas de vidrios de colores.

¡¡¡¡QUE VIVAN LOS ESTUDIANTES, CON ELL@S ESTOY, ORGULLOSA DE SU GESTA!!!!

Que bueno estar viva en estos tiempos. Doy gracias porque me ha tocado palpar y transitar la noche oscura, la horrosa, la profunda… pero TAMBIÉN… toda la luz.

 

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3 Comentarios sobre “Los estudiantes están en la calle

  1. malucha te pasaste, eri la raja, te admiro antes y ahora, gracias por tus sabias palabras de mucha verdad pero tambien de mucho sentimiento, que generalmente no se ve en los hombres que escriben sobre este tema y otros se hacen los weones no ma. besos y que este super bien.

  2. Comparto tu gratitud por estos días. Si alguien me hubiera preguntado, no habría elegido partir de la noche obscura esa de que hablas Malucha. Si hubiera podido, feliz hbría rechazado ese cáliz. pero nos tocó y se hizo lo que había que hacer. Sin embargo hubo uno más amargo. El de los días cínicos que lose xpertos en explicaciones nos explicaron como “la medida de lo posible”, en homenaje a la cual tanto callamos, tanto permitimos y tanto nos obscurecimos muchos y muchas.¡¡Qué bueno estar conversando de nuevo de lo posible y lo imposible!! Qué sano recuperar la memoria y recordar que la medida que separa lo uno d3e lo otro la ponen las personas cuando construyen esa inteligencia colectiva que hace a los humanos tan magníficos como somos..cuando nos acordamos que lo somos.

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