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Llega marzo y con él la normalidad de nuestra ciudad. En Puerto Varas tenemos turistas todo el año (brasileros, alemanes, holandeses, ingleses, argentinos), pero entre enero y febrero se produce la invasión de turistas santiaguinos, o como yo los llamo “los turisculís”.

No se trata de generalizar, pero la verdad es que toda la ciudad opina que son los peores turistas (restaurantes, hoteles, cabañas, hasta los vendedores de helado de la playa). Llegan con su prepotencia capitalina: botan basura a orillas de la carretera, nos dejan las playas asquerosas de botellas, plásticos y colillas de cigarro, nos roban el lugar en la fila del supermercado, gritan en la notaría, nos adelantan con línea continua y nos tiran encima sus 4×4 que tienen como símbolo de status, ya que dudo que alguna vez hayan emprendido la subida al Calbuco en una noche oscura, con lluvia torrencial y un camino en pésimo estado.

Nuestro ritmo de vida en Puerto Varas es provinciano. Nos tomamos dos horas para almorzar, no andamos con prisas y si necesitas algo de Electrónica Horn, lo más probable es que te digan: Oh, no hay, tal vez en veinte días más. Y uno se va tranquilamente. No hay nada acá que sea tan urgente como para obligarnos a putear al vendedor porque no tiene… no sé… el cable del teléfono que se acaban de comer mis perros.

A principios de febrero hasta tuve que agarrarme con uno en un restaurante (que funciona todo el año, no vayan a pensar que vivimos en el verano y el resto del año hibernamos) que le gritó a la niña que atendía “que se apurara” y luego comentó en voz baja “encima uno viene y les paga el sueldo a estos huasos y no son capaces de atender como la gente”.

También tenemos que aguantar que comparen absolutamente todo con Santiago.  Ah, es que en Santiago está abierto hasta las diez, ah es que en Santiago tenís ochocientos veinte y cuatro Pizza Hut, ah es que en Santiago los colectivos (o micros, o taxis o whatever) pasan cada dos segundos, a velocidad sónica.

Nosotros no tenemos buen transporte público. Pero lo solucionamos siendo amables y solidarios. Si veo a alguien en la carretera, paro y lo llevo.  Es común ver a estudiantes haciendo dedo a la orilla del camino para llegar a sus colegios o a su casa. Pregunto yo, santiaguinos queridos: Ustedes en Santiago se sienten con confianza como para llevar a alguien que hace dedo? Es más, si yo estuviera parada en una carretera en Santiago y para un auto al lado mío, arranco como si me persiguiera un CNI.

Esto viene un poco a raíz de lo que se vivió el año pasado en Punta Arenas, lo que está pasando ahora en Coihaique y Aysén o lo que ha pasado estos días con la construcción del mall de Castro. Las opiniones vertidas de los políticos y de la ciudadanía, que opinan desde un centralismo acérrimo, nos demuestra que simplemente no tienen idea lo que se vive en regiones. Desde Longueira que dijo que el movimiento de Aysén está comandado desde Santiago (claro, nosotros en regiones no tenemos autonomía ni inteligencia suficientes para hacer nada que no nos indiquen desde la capital) hasta gente opinando que el mall de Castro es un monstruo, un atentado… Comparto la idea, estéticamente es feo. Pero Chiloé es uno de los lugares más aislados de Chile. Hasta para hacerse una mamografía la gente debe viajar a Puerto Montt. Para las compras mensuales, para comprar ropa, útiles escolares; para todo la gente debe gastar dinero en transporte y transbordador para venir al continente. Y los santiaguinos opinan, desde sus autopistas, malls, outlets y edificios horrorosos donde viven, que la gente de Castro no debería haberlo permitido. Seguramente les da la idea de vivir una aventura pasar una semana del verano en Castro sin ir a un mall, pero ni por un segundo piensan o les importa lo que es importante para los habitantes de la isla. Se imaginan lo que es vivir en regiones aisladas en invierno? Con lluvia que no cesa, con frío, oscuro y gris,  con calefacción a leña? Les cuento que cuando se corta la luz en mi casa (bastante a menudo, es una cooperativa rural) tampoco hay agua ya que no funciona la bomba.

Creo que por eso ni este gobierno ni ninguno puede ser un interlocutor válido para resolver conflictos de regiones, simplemente porque no tienen las más mínima idea de cómo vivimos en regiones. No saben de nuestros problemas, de nuestras realidades, de nuestras necesidades. Tengo amigos de Santiago que me dicen que uno de los mayores cachos y desaciertos de la concertación fue el Transantiago. Les cuento que nos importa un comino el Transantiago (pese a que igual se lo tenemos que subvencionar todos los chilenos a los capitalinos). Es decir, me preocupa tanto el Transantiago como a los santiaguinos debe preocuparles que si a mis vecinos se les pasa la micro de la mañana o de la tarde, deben caminar más de diez kilómetros de un camino de tierra, sólo para llegar a la carretera.

Intenten alguna vez preguntarnos como vivimos. Nosotros no necesitamos preguntarles nada. Nos basta con ver las noticias en cualquier canal de televisión abierta para enterarnos de todo lo que pasa en Santiago, desde la última metida de patas del Presidente hasta la vecina de Maipú que hizo el arroz con leche con más canela del mundo.

Aunque no lo crean, aunque la realidad, la televisión y los políticos lo hagan parecer, les digo: Santiago NO es Chile.  Y nos irrita sobremanera, queridos compatriotas, la actitud colonialista, soberbia y prepotente con que llegan a invadir nuestras ciudades; huyendo de la moderna, cultural, cosmopolita, contaminada, sucia, violenta y fea capital.

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5 Comentarios sobre “Los turísculis capitalinos

  1. santiago es super chanta, siendo santiaguino de toda la vida puedo decir que aqui no hay mas que gente penca, que se cree la raja, que decepcionan, y que ademas no son capaces de verse a si mismos. Es la ciudad más penca de Chile, la más provinciana y con la mentalidad más cerrada. Cualquier ciudad grande de Chile, Valparaíso, Concepción, es mejor que Santiago. Saludos

  2. Que estupidez de comentario, es como si dijera que todos los de regiones son huasos brutos sin criterio, que vienen a Santiago a mendigar limosna y quedar chichas de tomar tanto tocornal.

    Esta claro que en santiago hay gente penca, y bien penca. Pero en regiones también hay gente bien poco atinada, lo digo por que conozco gente del sur, que dan para hablar, y no cosas buenas.

    Y si estas resentido, y quieres una 4 x 4, tomate 1 hora de almuerzo, y apura mas las cosas.

    Felipe Gonzales.

  3. Sus comentarios tienen algo de verdad pero se desperfila cuando comienza con los tipicos comentarios de los provincianos contra Santiago, cuando lo primero q piensan es venirse a Santiago a….todo. Tampoco es cierto que en provincia te traten tan bièn. He recibido insultos de un señor parado a mi la do en una vitrina entre P. Chacabuco y Aysen ” TENGO GANAS DE PEGARLE UN COMBO EN LOHOCICO A UN NORTINO.” y yo un pobre trabajador q andaba en asuntos de pesca me tuve q alejar. Hoy afortunadamente puedo salir del paìs, y no guarda relaciòn la forma en que te atienden fuera con como te tratan en tu propio paìs, siempre tratando de sacar ventajas en mala.Por otro lado el sur es una zona con muchos borrachos y no se si serà culpa de los Santiaguinos o el gobierno central. Que tal si prueban con surgir por sus propios logros o perjudicarse con sus desaciertos sin culpar a otros.

  4. Encuentro razón en muchas cosas de tu comentario, pero lo que no entiendo es hacia donde apunta. Hacia la centralización del país?. O hacia la gente de la capital?. Yo vivo en Santiago (igual he vivido más en otras ciudades que acá en mis 25 años de vida), y lamento que sea como tu dices, pero en verdad no creo que sea el general. De hecho, te aseguro que la mayoría de los santiaguinos (90%), no tienen siquiera para ir de vacaciones al litoral central. La gente que sale en esos 4×4 que tu dices es la mínima parte de los santiaguinos. Esa es la que se lleva la mayoría de la plata, la que decide las leyes, la que compra votos, la que contrata y que despide, esa es la gente déspota de la que tu hablas, no cada uno de los ciudadanos de santiago. O acaso tu crees que yo elegí tener el transantiago y gastar la plata del país en mantenerlo?, o que yo decidí que pusieran un vertedero a una cuadra de una población poco acomodada?. Amigo, claramente la mayoría de la gente de la capital no es la que llega a destruir tu ciudad, no nos alcanzan los kilómetros lan pass para llegar tan lejos (chiste). Te invito a no juzgar a cada capitalino, no somos todos millonarios ni arribistas. Saludos y que tengas un buen día.

    1. Gracias por leer y comentar, Carlos. En respuesta a tu pregunta, me refiero específicamente a los turistas santiaguinos, los que manejan 4×4 y llegan a invadirnos en verano. Pensé que estaba claro, lo siento si no fue así.

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