Compartir

Miguel Herberg y su heroísmo

Miguel Herberg, es un cineasta español de Asturias que tuvo la valentía y el heroísmo de filmar la realidad de los primeros meses de la dictadura pinochetista. Infiltrado en la derecha y en la extrema derecha chilena durante la Unidad Popular, logró establecer confianzas para posteriormente al 11 de septiembre de 1973, entrevistar y filmar a los más altos organizadores del golpe y a los más altos dignatarios de la dictadura. Lo que ciertamente marcó el trabajo de Herberg, es haberse internado en los campos de concentración de Pisagua y Chacabuco engañando incluso al propio Pinochet. Allí grabó, en secreto, imágenes de cientos de personas que permanecían como “desaparecidas” para luego publicarlas fuera de Chile y en tribunales internacionales. Tal acción permitió desmontar en parte, una estrategia monstruosa del golpismo que era negar la existencia de dichos Campos para poder hacer desaparecer a cientos de chilenos que efectivamente estaban detenidos allí. Digo en parte, porque todos ya sabemos que esta estrategia fue puesta en práctica parcialmente y que por ella, entre otras estrategias igualmente brutales, desaparecieron miles de compatriotas.

Miguel Herberg y su decisión

Hoy se ha planteado una enorme discusión en las redes sociales respecto a una decisión de Herberg respecto al material fílmico y documentación por él recabada en esos aciagos días. Según lo dicho por el propio cineasta en el programa televisivo la Aventura del Saber de Rtve. es, volvió a Chile 36 años después para hacer una película con los protagonistas sobrevevientes, “pero bueno esta película nunca se pudo hacer, por qué?, pues porque la realidad no interesa a nadie, para eso no hay subvención, no hay  interés, ni por parte de la televisión chilena, ni por las partes de las televisiones europeas, por nadie, entonces otra vez al olvido, entonces he decidido definitivamente poner mí material, meterlo ya, al olvido, destinado al olvido, (la) memoria histórica no interesa, por eso es que ahora lo enterramos todo en el Cementerio del Arte y la Cultura en Morilles, yo no soy el armario de la memoria histórica, pues está bien enterrada ahí, final de la historia o de mi relación con Chile, y por lo menos me quito un peso de encima”.

De esta manera, el director expondrá todos los documentos, fotografías y películas rodadas en Chile en los años 1972-1974. Luego se procederá en el pueblo de Morille, durante la noche del 23 de marzo, a la quema de documentos en una gran hoguera y proyección sobre sus humos, de los prisioneros de los campos de Pisagua y Chacabuco en el desierto de Atacama. El día 24 de marzo de este año 2012, culminará (la acción) con el entierro de las cenizas y de los originales de los documentos y de las películas en el Cementerio del Arte del pueblo.

Dueños, entierros, quemas, memorias y nadie

Ya realizada la breve descripción anterior, me he puesto como alta vara meterme más en profundidad en esta cuestión a todas luces compleja, justamente por lo que provoca. He visto la película o el breve programa de Rtve.es una y otra vez, he conversado con personas muy valiosas en la lucha por los derechos humanos en Chile y que tienen ciertamente relación directa con Herberg, ellas mismas me han, sino interpelado por mis primeras reacciones muy críticas, dado argumentos a favor de esta “acción de arte” que remecería consciencias. A a la vez han criticado a la institucionalidad chilena incapaz de apoyar a Herberg. Pero reflexionando nuevamente, y con toda mi sinceridad y fuerza, probablemente la misma de Herberg hace 38 años, o acaso la mía en nuestra maldita dictadura, no deseo, no puedo, y siento profundamente que no debo aceptar TODO esto.

Siempre he dicho y ciertamente no es una pose, que mi trabajo en esencia no me pertenece, pues ” yo soy uno de ustedes y ustedes son yo, dominados y dominadas, con luces y oscuridades y de este modo devenimos como larga marcha de zarrapastrosos en pueblo perro o perra, como deseen”. Con todo el heroísmo desplegado en el ayer, el Sr. Herberg hoy habla de “sus” materiales (documentos y filmaciones). De esta manera también habla de “su” relación con Chile, como si a través de estos materiales que en parte quemará, y enterrará por completo, le perteneciera la memoria de los chilenos y chilenas, la historia de los chilenos y chilenas y la vivencia y apropiación por parte de los chilenos y chilenas de su propio sufrimiento y muerte.

No Sr. Herberg, usted tuvo la oportunidad única y terrible de filmar la vida y el sufrimiento de los chilenos y chilenas, fuimos los chilenos que le regalamos nuestro dolor, como así también tuvo la posibilidad de filmar el rostro del golpismo, que le regaló su estupidez y su deseperación ególatra de no ser  mostrado “por la comunidad internacional sin la propaganda marxista” como decían ellos los chacales, pero ello no significa que todo eso le pertenezca en esencia, nos pertenece a nosotros mismos, incluso esos chacales nos pertenecen, no hubiesemos querido que así fuera, pero nos pertenece todo. Y hablo de los chilenos y chilenas, no del Consejo Nacional de Televisión, ni del Consejo de la Cultura y las Artes, ni de los canales de la Televisión Chilena, ni de los Partidos Políticos o de cualquier institucionalidad que a lo mejor usted no quiere saber, no es la sociedad civil y es tán espúrea y pinochetista hoy, como el golpismo lo fue ayer, a pesar del maquillaje democrático con que se empolvan los señores y señoras de toda la elite, de izquierdas y derechas.

Sr, Herberg, vimos entierros y desentierros: vimos entierros en Lonquén, cuerpos enterrados para ser olvidados, los vimos desenterrados en Pisagua entrada la maquillada democracia, con sus muecas de sal, vimos muertos en las calles hasta bien entrada la dictadura, un compañero con el que trabajé mano a mano Sr. Herberg, fue el último asesinado de la dictadura, su cuerpo acribillado y tirado en una callejuela, Bulnes, Sr. Herberg. Yo no morí de pura suerte Sr.Herberg. Yo fui un combatiente Sr. Herberg, con mis limitaciones, con mis fortalezas, tan sólo un hombre combatiendo. Vimos quemados, Carmen Gloria Quintana, Rodrigo Rojas de Negri, vimos sus cuerpos mutilados por el fuego. Vimos libros en las calles y discos ardiendo, no sólo para el golpe, sino muchos años después Sr. Herberg.

Y usted nos propone una “acción de arte” donde quema libros, donde entierra películas, porque se quiere sacar un peso de encima, textual, son sus palabras, porque está desesperanzado, desencantado, porque no puede hacer una película, “su” película, o no puede dejar “sus” materiales a buen recaudo en Chile, o porque la memoria histórica no le importa a las instituciones que no lo dejan hacer. A nosotros los artistas y creadores que no comulgamos con el pinochetismo, ni con los socialdemócratas y menos con la “nueva”derecha, nunca Sr. Herberg nos han subvencionado nada y yo no entierro mi trabajo, ni lo quemo, porque eso ya lo vi en Dictadura, eso lo vi con personas y con papeles y con discos y con películas arrumbadas en fogones. Porque además y sobretodo, si entierro mi trabajo o lo quemo, mejor no escribo entonces, porque lo hago por mí ciertamente, desde mí, por amor a mí mismo, pero para la comunidad,  para salvarme junto a la comunidad también. Porque mi trabajo como el de muchos y muchas ha sido y es justamente rescatar la memoria para no olvidar, para no repetir lo mismo, para vivir en la verdad, es que no enterramos ni quemamos nada, aún cuando desesperanzados y tristes no nos hagan visibles los poderosos y tengamos que vivir un exilio interior. A mi no me importa su desesperanza, quémese usted entonces, entiérrese usted entonces, no queme nuestra historia ni la entierre como si fuera su propio cuerpo o su propia historia.

Porque los chilenos y chilenas de carne y hueso, los de a pie, no somos ese “nadie” que usted dice tan suelto de cuerpo, y que confunde con las instituciones, somos cuerpos y mentes fuertes, amores y odios, y estamos vivos y nuestro desencanto y nuestra desesperanza legítima como la suya, no nos hace destruirnos ni destruir nuestro trabajo, allá los poderosos que no lo aceptaron a usted, allá los señoritos y señoritas bien, de una izquierda de mierda que le negó su película y su trabajo, allá ellos. Acá en Chile y viviendo 39 años de pinochetismo y socialdemocracia administradora y obsecuente con el propio pinochetismo, estamos erguidos los que lo recibiremos con los brazos abiertos para hacer de su material que no es sino el nuestro, una larga marcha contra las instituciones y el estado burgués y socialdemocrata, exhibiéndolo generosamente y sin recursos financieros, que al menos yo y muchos no tenemos, en los barrios y en las plazas de los más pobres, y en los pueblos y ciudades alejadas de toda metrópoli nacional o europea, y así entonces poder hacerle a usted el homenaje que realmente se merece, cuando fue el héroe que fue, y no el dueño de todo, que es hoy.

 

Compartir

4 Comentarios sobre “Miguel Herberg, ¿la realidad no interesa a nadie?

  1. Habré pecado de ingenuo?, no lo se.

    Creo que la mayoría de las personas, tienen un lado que no es el mejor, ese lado donde se concentra el ego, la arrogancia, la prepotencia, la intolerancia…. pero, quien no lo ha tenido en algún momento ? Y desde ese punto de vista no juzgo a nadie. Son las propias palabras de la persona que la juzgan, y las convicciones…, las verdaderas, tienen un halo de humildad y sacrificio siendo sus actos que la definen.

    Miguel Herberg para mi es consecuente, y su trabajo en Chile fue notable, y lo hizo por convicción, un trabajo que solo él sabia y podía hacer. De ese trabajo se derivaron unos documentos fílmicos que fueron editados y que dieron origen a películas con copias que fueron exhibidas, dando testimonio de los hechos en el Chile de aquella época y para Miguel Herberg concluye con un acto anunciado.

    Este acto Miguel Herberg lo ha anunciado desde su blog, a medios de comunicación y a este sitio “SitioCero” y que ha generado controversia y una serie de declaraciones.
    Pero el acto no se han dado, él no ha quemado nada aun, no ha destruido ningún documento valioso o irrecuperable, solo lo estamos juzgando por su intención o por su forma de expresarse. El hecho concreto es que él ha generado una polémica a costo de su imagen.

    Me pregunto si él realmente pensaba destruir materiales originales. Ahora, no lo creo, definitivamente no lo va hacer. Porque muchos autores han destruido sus obras y no han hecho anuncio de ello y en algunos casos han dejado una carta de lo realizado como forma de protesta.

    Miguel Herberg nos puso una trampa, como lo hizo con la derecha chilena del 70. Nos a demostrado nuestras contradicciones como sociedad, por un lado queremos justicia, pero generamos injusticia, queremos salvar un patrimonio histórico, pero pasamos al lado de aquel que están destruyendo, queremos tener documentos para recordar, pero generamos lo virtual o lo físico guardamos bajo cuatro llaves, queremos salvar los documentos que contienen imágenes de los detenidos de los campos de concentración y nos olvidamos de ellos, de las victimas. Me imagino que pasara lo mismo en el caso de los 33 mineros, que simbolizaban las pésimas condiciones de trabajo de mucha gente en un país minero.

    Miguel Herberg quería hacer una película, pero no era cualquier película, no era las que se piensan para hacer dinero o hacer reír, era un documento de continuidad, de aquello que pretendemos defender “La memoria”.

    Conozco algunas personas que se han expresado condenando, con razón, la acción de Miguel Herberg de destruir los materiales, y se efectivamente que aman el cine, el séptimo arte, la preservación de los materiales.

    El hecho es que la “quema” trae a la memoria no el hecho purificador, si no la acción de la destrucción de las ideas, de la libertad y eso usted, Miguel Herberg, lo sabe.

    Sobre la autoría jurídica de los documentos, para mi es secundario en este contexto.

    Para mi, usted Miguel Herberg ha hecho lo esencial. Ahora tal ves volveremos a revisar imágenes patrimoniales , hablar con los que vivieron los hechos, ha interesarnos por nuestra historia reciente, comprender nuestra realidad.

    Daniel Sandoval, cineasta chileno.

  2. Ojo que este Sr. No es dueño del material que acusa haber filmado. Ademas el museo de la memoria y el goethe instituto en Chile ya tienen estas filmaciones en sus archivos, ya que NO le pertencen. Mucho cuidado de quienes se hacen pasar por héroes y no lo son!!

Responder a Daniel Sandoval Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *