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No tenemos donde refugiarnos. No hay rincón seguro, que no pueda ser tocado por la furia de esos días atroces.

No hay espacio mullido, sembrado por pétalos de rosas, olorosas, rosas sin espinas que hagan sangrar los dedos con los que tocamos el piano con maestría sublime.

No hay territorio in transformable por los tiempos y las estaciones. No hay.

No hay simplemente un ciruelo eternamente florido.

Veremos la tierra dura salpicada de delicadezas blancas una vez al año.

No hay cómo no pasar por el invierno, por el danzón de la muerte. No hay cómo, mi amor.

No pertenecemos al espacio de fotos guardadas por siglos en el cajón de la abuela. Ahí todo huele a acacias y caballos alazanes recorriendo campos con campesinos sonrientes y niños hijos del abuelo Fortunato. Nada se mueve, nada cambia, todo inmutable. Eso solo ocurre en los daguerrotipos que esconden las casas de campo.

No hay lugar sin dudas. Sin ciento un mil alternativas, sucediéndose, primavera tras verano.

Me agarro como lapa a lo encontrado y viene la tormenta,

el huracán rompiendo todos los vidrios de Alabama y de La Habana.

El próximo desafío llega por el camino galopando ávido de arrojos, levantando el polvo.

Mi cuerpo crece, cambia, me voy pareciendo a los árboles antiguos, a los ríos del Amazonas cargados de pirañas y flores exóticas. Me salen piedras y la muerte se avecina.

Pensamos en su collar de matapiojos.

Cae un pájaro de su nido. Está frágil. No sabemos nada de pájaros. Debemos decidir si ayudarlo a vivir o a morir.

¿Qué es lo correcto?, preguntamos noches insomnes con luna negra.

Entonces, mi amor, ya no hay balsa que nos salve del naufragio, de la vida, de los avatares. No hay refugio, ni escondite. Nunca lo hubo por mucho que tratamos, que tratemos. Nada detiene el paso.

Solo nos queda arremangarnos y vivir.

VIVIR.

Quizás es lo único correcto: Abrir la puerta, mi amor y vivir frente al risco, al desfiladero, al vuelo, al desafío nuevo.

Vivir y amar confiando en el movimiento sin fin.

Contigo, mi amor. Con todos.

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4 Comentarios sobre “Vivir

  1. Hermoso……conmovedor…… verdadero. Tanta realidad y tanta belleza en el relato.
    Sin duda, solo nos queda vivir y amar, amar para vivir.

  2. Hermoso Maluchita, mientras leía te imaginaba poseída por tus pensamientos y sentimientos que hecho sonido salían de tu boca.
    Nada es eterno, alfa y omega. Pero sé que debemos elegir hacer el bien, para mejorar esta tierra que a veces nos hace prisioneros, pero que es nuestro único destino. Hagamos lo posible por llenar de buena ondas nuestro entorno y creyentes y no, miremos y demos gracia de día y noche al cielo hermoso que nos cubre. Miremos la belleza en los ojos de nuestros seres queridos, la belleza está por todas partes esperando ser reconocida, seamos más humanos.

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