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Pregunté en un kiosco de diarios en Altamira, barrio acomodado en una comuna de oposición en Caracas, si tenía El correo del Orinoco, periódico editado por el gobierno de Venezuela. El septuagenario señor que atendía respondió que no. “¿Entonces cuál de estos es mejor?” insistí apuntando a la decena de los que tenía expuestos. “Depende de cómo se vea. Ahora que no hay libertad de prensa no están todos los diarios, esta mañana no han llegado cuatro“. “Ah”, repliqué “pero todavía tiene ocho  y ninguno de gobierno: ¿por eso habla de censura? “. Me miró medio furioso y sugirió que buscara en la otra esquina.

Decidí seguir su consejo, pero antes me detuve a tomar un café cortado (un marrón blanco se pide) en una  panadería de la calle Altamira, observando los verdes montes que rodean Caracas y que a  temprana hora se veían arropados de una blanca nube de humedad. A esa hora, entre ocho y media  y nueve de la mañana,  ya había un intenso ajetreo en la calle y como en Altamira no encontré el diario, crucé para seguir la búsqueda en Francisco de Miranda, otra de las vías principales del barrio.

En el semáforo, una compacta fila doble de motonetas antecedía a los autos. Días antes había visto una escena similar en la película Libertador Morales, el justiciero (comedia venezolana que tiene de protagonista a uno de estos motorizados) y en ese momento pensé que  se trataba de una licencia de la directora, Efterpi Charalambidis , pero no: allí estaban, acelerados y pasando las luces rojas. Una señora que había estado a punto de ser atropellada comentó que era el colmo, que antes esto no se veía y que la culpa la tenía el gobierno de Chávez  (la cantinela me sonaba familiar, no intenté disuadirla).

En los kioscos de la calle  Bolívar tampoco encontré El Correo y la respuesta fue la misma “Aquí no lo quieren”. Comenté el hecho con unos amigos que me sugirieron buscar en una “zona liberada” como el centro de Caracas, porque en Chacao era difícil, siendo como es un reducto escuálido (así nombran a los opositores). Así es que tomé el metro y me dirigí a un punto que conocía, la Estación Bellas Artes.

El metro de Caracas es un buen medio para movilizarse y escapar de las temibles “colas” (tacos) que se producen a cada rato en superficie. Por un precio impensable para nosotros (unos diez centavos de dólar o menos) se puede recorrer una buena parte de la ciudad. Dicen que tomarlo en los horarios punta es una tortura; yo hice la prueba a las seis de la tarde de un día viernes y no era más terrible que el metro de Santiago a la misma hora, lo cual es una gracia porque a diario se movilizan en él casi dos millones de personas. Y eso que no llega a los barrios pobres situados en los cerros; para estos se creó en 2010 un sistema de teleféricos o metrocable, como en Colombia, que es gratuito y llega hasta la parte sur, la menos favorecida donde se encuentran barrios, como San Agustín o 23 de enero.

Café y rumbas

Frente a la Galería de Arte Nacional, un edificio enorme (30 mil metros cuadrados)  y bien instalado donde se exhiben las obras de artistas visuales venezolanos, finalmente encontré  El Correo del Orinoco. Por un bolívar compré un ejemplar (el cambio oficial es de cuatro bolívares y fracción por dólar). La edición de ese día, viernes 29 de junio, anunciaba en portada el resultado de una encuesta que daba una amplia ventaja a Chávez sobre el candidato opositor Henrique Capriles y para mi sorpresa incluía dos páginas de comunicación y cultura y ninguna de farándula ; también contenía una cuartilla en inglés con noticias internacionales. Todo eso en un total de 20 páginas, con un lenguaje casi mercurial, lo que contrasta con el muy coloquial estilo del Presidente.

Ya que estaba en el centro de Caracas decidí continuar con el paseo. Volví a recorrer parte del boulevard  de La Hoyada, que parte en una de las estaciones fundacionales del  metro y termina en el panteón del Libertador, donde se encuentran los restos de bolívar y un cenotafio de su compañera Manuela Sanz, “la libertadora del Libertador”, que murió sola en el exilio en Ecuador.  Cuando el sol arrecia es un placer caminar, bajo sus frondosos árboles y en los alrededores se encuentran los edificios coloniales de la ciudad, especialmente en torno a la Plaza Simón Bolívar.

El boulevard se extiende por varias cuadras, con tiendas a lado y lado, donde la gente transita tranquilamente. En uno de los puntos vi a un señor septuagenario, con zapatos blancos cantando rumbas y boleros para las personas que esperaban hacer trámites de registro civil, en una unidad móvil estacionada a un costado. Una esquina estratégica alberga un Café Venezuela, donde cualquiera puede tomarse un marrón a costo módico. La  inflación es un  tema y el gobierno ha creado una red de locales donde se vende arepas –decir arepa es como decir empanada aunque sus ingredientes son muy distintos- pan, café y cacao  a precios populares, para que nadie se quede sin lo suyo. En el café hay una oferta variada de jugos de frutas, tortas, pasteles….  Quise sacar fotos y los chicos que atendían me dijeron que no, porque luego los identificaban y los agredían. Uno podría creer que es paranoia, pero la polarización política puede llevar a esos extremos  y más.

La carrera electoral

Me detengo en la postal bucólica, porque nadie imagina esta Caracas tranquila, llena de actividad cultural, con gente bastante más relajada que la que uno ve a diario en Santiago de Chile. Lo que prima es el cartel de ciudad violenta, caótica,  arruinada; el de un país amenazado por una bomba de tiempo, casi en llamas, al borde la quiebra, o del quiebre. Claro, ya se sabe: la realidad tiene mil caras y todo depende del cristal con que se mire. El problema es cuando los dueños de las vidrierías son pocos y esconden el lente; lo empañan o lo empuñan como si fuese un  arma. Pero a veces a veces se torna de doble filo…

Ocurre con el cáncer de Chávez; con la foto de hace un año que lo muestra sin pelo e hinchado por la quimioterapia que algunos medios insisten en mostrar para alertar sobre su estado de salud. El diario La República, de Lima, llevaba ese retrato en portada el domingo pasado, pero en ningún lado informaba que se trataba de una imagen de archivo. Otro contaba que una empresa encuestadora incluiría una pregunta indagando si la gente estaba dispuesta a votar por un moribundo. Como el resultado de las elecciones podría ser favorable al actual mandatario, se juega la carta de su enfermedad. Nadie recuerda que Mitterrand gobernó todo su segundo período enfermo de cáncer, a la próstata y a los huesos. Pero él guardó el diagnóstico como secreto de Estado, mientras que Chávez- locuaz como es- lo hizo público. Al Igual que Dilma Roussef, la actual mandataria brasileña, que antes de presentarse a las elecciones habló de su tratamiento por un cáncer linfático. Igual ganó.

La construcción de imaginarios y la veracidad de la información son claves cuando está en juego algo tan crucial como un modelo de desarrollo para un país; más si se habla de socialismo, palabra poco grata en un mundo sacudido por la crisis del modelo de libre mercado.

La imagen de Chávez se mueve en una dicotomía, se le ama o se le odia. Y el motivo de dos sentimientos tan antagónicos puede ser el mismo: su gobierno ha incorporado a los sectores populares a la política (con costos que la oposición detalla sin ambages: clientelismo político, chabacanería, chapucería, ineficacia, paternalismo)  y, en palabras del sociólogo Edgardo Lander, ha mejorado el tejido social.

estudiante en Valencia

En cifras o estadísticas, los avances del gobierno se traducen en mayor acceso a la educación, salud, vivienda. La  pobreza, según cifras de las Naciones Unidas, se redujo de un 49% en 1998 a un 24,2% en 2009.  Otro dato: según una profesional de las comunicaciones de respetable familia burguesa, “también tenemos que agradecerle a Chávez que se haya acabado la farándula en los medios de comunicación”. No es un tema menor: entre otras cosas, después del fallido golpe de estado de 2002 el gobierno creó un canal propio de televisión: Visión Venezolana (www.vive.gob.ve) y ha fortalecido las radios populares. También cuenta con una editorial – Fundación El perro y la rana-donde se imprimen miles de textos que se venden a precios increíblemente bajos en la red de Librerías del Sur (porque las librerías de los mall no los ponen en vitrina).

El amplio espectro de partidos y movimientos que conforman la Mesa de la Unidad Democrática (MUD)- que incluye desde integrantes de los partidos tradicionales (Copei y AD) hasta escindidos de la izquierda y de la derecha confesional – deberá convencer al electorado de los sectores populares – donde reside la fortaleza de Chávez-sobre la factibilidad de una vía distinta.

Los más izquierdistas de la MUD creen que hay que subrayar la continuidad  y el mejoramiento de los programas sociales establecidos por Chávez y mantener su política nacionalista y de integración latinoamericana (más ahora que Venezuela integrará el Mercosur).  Pero eso resulta contradictorio con la elección de su líder, Hernán Capriles Radonsky, que proviene de una familia vinculada a dos grandes grupos empresariales ligados a la propiedad de medios de comunicación y cuya carrera política se ha desarrollado al alero de un partido conservador que apoyó el golpe de 2002. Así: ¿Quién podría apostar por la estabilidad de una mesa unitaria tan disímil? La respuesta se escribirá en los tres meses que restan para los comicios presidenciales.

 

 

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7 Comentarios sobre “Buscando “El Correo” en Caracas

  1. Aqui en Europa Chavez esta bastante demonizado, pocos periodicos le hacen justicia, nadie habla de lo que se ha hecho por la educacion, sanidad y vivienda… ni de que la gente lo quiera, digo, la gente del pueblo. La libertad de prensa es el gran escollo, pero como dice Pati, todo depende del cristal con que se mire… es sano tener un periodico que hace mas danyo a la sociedad que bien? se vulnera la libertad de prensa si se les corta el chollo a charlatanes que enrealidad no informan si no que estan ahi para revolver el gallinero. Alomejor Chavez no encaja con el estilo europeo, pero tiene que gustarle a Venezuela no a Europa… y parece que asi es… gracias Pati por tu articulo.

    1. Gracias Yessica.Traté de hacer algo cotidiano, porque es lo que nos está vedado tan a menudo en las noticias de todos los días. Y porque, como bien dices, es un país hermano del cual desconocemos tanto.

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