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palabras necesarias

Este artículo o suma de aforismos, son esbozos y preguntas, no respuestas, son indagatorias no modelos, no hay aún respuestas ni hay aún modelos, no hay estados cristalizados, ni personales ni sociales, pero sí puedo decir que en la lectura de la carta “Estimada hija” de Miguel Ángel Solar, encontré un derrotero para pensar de nuevo.

Probablemente este párrafo debería estar al final, pero acaso fue este y no otro el que me dio algunas luces y me removió utopías mayores cuando leí lo siguiente: “En ese tiempo yo trabajaba en el Hospital de Nueva Imperial y logramos evitar allí la huelga médica (contra la Unidad Popular), a pesar de la orden del Colegio. También estaba encargado, con el apoyo de todas las fuerzas políticas, incluido el Partido Nacional, y de todas las fuerzas sociales, incluido el comercio, de asegurar mediante fichas que todo el pueblo, sin discriminación, tuviese aceite y azúcar entregados por los almacenes. Además, una semana antes del golpe, convine con Celindo Silva, presidente de la Democracia Cristiana que nosotros los de la Unidad Popular apoyaríamos para que el fuese el Gobernador del Departamento en caso de crisis nacional. En Nueva Imperial no hay un solo muerto producto del Golpe porque allí nunca se rompió la trama comunitaria”. Empecemos

historias

Hace algunos años que estoy en una revisión profunda de mis paradigmas. Han pasado cuestiones fundamentales en mi propia historia y en la historia de Chile reciente y no tan reciente que han requerido no quedarme en la ya vieja guerra de trincheras, donde con preceptos inamovibles uno podía dar respuesta a todo y a todos y además no hacerse demasiadas preguntas.

puertos para otros puertos

El conocimiento me apasiona, pero no en sí, sino como herramienta de comprensión y modelación del mundo social. Así he pasado por reflexiones sistemáticas y llego a puerto, no a la bahía cerrada por siempre, sino al puerto desde donde también se pueden buscar otros puertos, volver a salir.

cambiar la mirada

Chile no nos gusta, ¿pero si cambiamos el paradigma crítico meramente frontal y de construcción de sueños meramente mentales, y buscamos en aquello que  efectivamente se realiza lo que prefigura el Chile del mañana, las preguntas posibles y las proyecciones ?

influjos de la revolución

Desde una perspectiva propiamente política, estoy seguro que el influjo de la revolución cubana permeó todo el pensamiento de izquierda y también el socialcristiano. Pero no hablo de esa influencia superficial y sólo radicada en las armas o en la violencia sino en  el cuerpo teórico que nos legó. El tema es que la sociedad cubana ha construido en 50 años una comunidad imaginada donde ciertamente existen amigos y enemigos. Ello no sería un problema dramático mayor, si es que en la existencia humana fuese muy fácil desterrar o expropiar de todo territorio social al enemigo de la comunidad de una vez y para siempre, y si efectivamente ese enemigo fuese apenas un segmento muy minoritario de todo el entramado.

Pero a 50 años de la revolución uno puede fácilmente darse cuenta de que “este enemigo” en un principio muy real se fue constituyendo en una enorme construcción social de la realidad, que lo  permea todo. Hay enemigos por todas partes,  afuera y adentro, persecución en todo espacio y tiempo y aún dentro de la elite, para solamente obtener una sociedad tensionada hasta el hartazgo, una especie de guerra civil larvada.

influjos del liberalismo socialdemócrata

Por otra parte,  como reacción a este fenómeno y a la derrota de la Unidad Popular, se logró imponer durante 20 años la estrategia liberal socialdemócrata, socialista y cristiana, que en nombre de la inserción en el mundo global, de la democracia representativa y de la equidad, y desde un supuesto método denominado “en la medida de lo posible”, realizó una profundización del Estado subsidiario y el perfeccionamiento del modelo económico social pinochetista, en fuerte alianza con el capital financiero transnacional, sus grupos económicos y sus destacamentos políticos. Así, el modelo chileno no es sino un perfeccionamiento de la superexplotación del trabajo, de las enormes desigualdades, con incrustaciones de programas y políticas sociales focalizadas. No hubo transformación radical en pos de la justicia social y la existencia de la comunidad por sobre los intereses particulares.

el poder es igual a sí mismo 

Todo lo anterior no es más que el poder desplegado en su humana desnudez. Nada más que eso, nada menos que eso. Si hacemos observaciones detalladas, podremos ver que el modelo chileno y el cubano, se parecen bastante en esencia, modelos tecnocráticos de transición y perfeccionamiento de la estrategia del capital y de ordenamientos políticos de una elite fuertemente inserta en los aparatos del capital y del estado.

 

zambullirse en la realidad interna

Debemos fríamente admitir ciertas cuestiones más allá de las prefiguraciones platónicas de vanguardismos auto conferidos o de supuestos cielos sin raíz a alcanzar. Los avances que parecen frenos, semillas de transformación cualitativa: Esta mirada no es conformista con lo que hay en tanto plantea la transformación de lo que hay, y no es neurótica o encerrada en viejos esquemas sellados, en tanto busca en lo viejo los nodos de la transformación radical y sistémica.

desde la política

Ya en la década de los ochenta, y precisamente desde lo que se pensó era la ortodoxia de la izquierda se planteó lo siguiente:  “La ideología burguesa, es un desafío constante y acuciante para nosotros; no nos da descanso ni respiro. Para hacerle el peso y vencerla tenemos que desplegar un saber superior, una teoría superior, una cultura más actual, más viva. Nuestra teoría debe pues responder a un doble desafío; por una parte el que surge de nuestra propia práctica teorizada (…) por otra parte, el desafío constante que surge del campo burgués el cual tiene la particularidad de contener al mismo tiempo una concepción del mundo falsa y engañosa, que debemos combatir, pero que contiene también verdades y certezas nuevas que surgen de las ciencias y artes que continúan desarrollándose a pesar de todo en el seno de esas sociedades, verdades y certezas que debemos asimilar e incorporar a nuestro pensamiento”.

desde la economía

Ya lo dijo Marx: las Relaciones Sociales frenan el desarrollo de las Fuerzas Productivas, y cuando eso pasa se abre un tiempo de revolución social. Usando este planteamiento metodológico fundamental pero desde una perspectiva actualizada, podemos afirmar que la cuestión hoy es otra, cualitativamente otra, pues los avances científico técnicos, la inversión y capitalización y el crecimiento del producto ya han cambiado las relaciones sociales, la formación social y ésta no se ha constituido sustancialmente en freno del avance da las fuerzas productivas. El capitalismo muestra una dinámica  incontenible, lo que si sucede es que se alimenta de sus crisis y se re/modela. Entonces una pregunta central es, ¿cuáles son los gérmenes de aquellas fuerzas productivas sistémicas que deben desarrollarse aún más? ¿Cuales son los gérmenes de esas relaciones sociales reales y particulares que lancen esos avances reales y particulares a un estadio aún mayor? ¿Cuál es el estadio mayor realmente?

zambullirse en la realidad de mediano alcance

Por otra parte y tal cual lo han planteado algunos cientistas sociales y políticos, existe una historia de largo alcance, que  excede por mucho la  vida de un hombre y de una mujer, recuerdo en conversaciones con Gabriel Salazar, cuando fui su alumno, que él hablaba de ciclos de 300 años, refiriéndose, no exactamente en estas mismas palabras, a los cambios propiamente civilizacionales. Pero también existen ciclos de mediano alcance que acaso serán de un siglo o un poco menos:

el pasado que alcanza al presente

Tal cual lo plantea también Miguel Ángel Solar: “Los 1000 días más luminosos de la Historia de Chile (…) sentaron las bases del Chile Democrático, Moderno e Independiente. Hagamos un recuento: el Cobre fue nacionalizado mediante una ley votada por la unanimidad del parlamento y con ello aumentó no sólo el ingreso fiscal sino la autonomía de la nación chilena, la educación se extendió, la mortalidad infantil descendió, vacunas y leche para los niños mediante, el fin del latifundio y del vasallaje campesino y el asentamiento de miles de ellos como parceleros crearon condiciones en el agro para inversiones que aumentaron la productividad y permitieron una economía agroexportadora, la debilitación de los intereses oligárquicos agroindustriales hicieron posible la baja de aranceles, el voto de los soldados y suboficiales, propuesta del MIR, que Pinochet implementó iniciaron la democratizaron de las Fuerzas Armadas, el ecumenismo del Estado, con los Tedeum Ecuménicos, abrió espacios a los evangélicos, los mapuches, raíz cultural de Chile, acrecentaron su tierra y su irradiación, la unidad política de la izquierda, a quien Allende pudo haber dividido, quedo con su sangre sellada para siempre. El Chile Moderno, una sociedad de más iguales en las oportunidades, lo inicio Frei y lo llevo a su culminación Allende y a pesar del intento restaurador de Pinochet, su gobierno tuvo que cumplir algo de lo que la izquierda propuso”. Aunque no se crea ni se quiera.

el presente  que alcanza al futuro

Comenzamos a hablar bastante más en profundidad que la elite en su farfulleo político actual, y  bastante más en profundidad que la mirada populista del pueblo mismo: lo anterior nos plantea a los chilenos y chilenas empezar a ver en serio. Pues se trata justamente de adentrarnos en los núcleos duros, donde el análisis se enraíza en lo que pasa realmente.

El modelo  económico y político chileno de transición democrática, al decir de la tradición sociológica, es un modelo abierto, probablemente vivido por las mayorías como cerrado en su dominio y en la constitución de sus élites, pero muy abierto en un sentido estratégico : La modernización capitalista, efectivamente lleva un germen indestructible: el avance de las fuerzas productivas y de los procesos científico técnicos asociados, que van conformando un empuje inaudito a la constitución de nuevas relaciones no solamente de producción sino sociales en general. En eso llevamos  décadas de historia vivida, sobre muchos estados, naciones, y modelos.

Lo plantea el mismo Solar en una segunda reflexión no exenta de discusiones: “(…) la economía de mercado se transformó en una arma que también se puede usar para la equidad. La añoranza por el Estado, de nuestros dirigentes, como el único instrumento para alcanzar la equidad está equivocado, también puede hacerlo un mercado regulado para no conceder privilegios a nadie y si lo hace por razones técnicas todos podemos ser accionistas de esas empresas de rentabilidad segura como son las Sanitarias, Eléctricas, etc. A nadie concederle un privilegio y si alguno lo requiere, todos vamos en la ganancia porque “nadie es más ni menos que uno”.

aclaraciones y continuamos

Que no se me mal interprete. Tanto la afirmaciones de que existe un “Chile Moderno, una sociedad de más iguales en las oportunidades” como que “la economía de mercado se transformó en una arma que también se puede usar para la equidad”, suena un poco a más de lo mismo, a la siempre y a mi juicio nunca cumplida promesa de la equidad concertacionista. Sin embargo lo que yo tomo de aquella reflexión es su metodología. El ser capaz de ver desde las relaciones sociales y las fuerzas productivas, los elementos que pudiesen proyectarse y dar un giro cualitativo al modelo mismo tal y cual  lo conocemos.

el sueño

Donde está el sueño?, para que el operar desde la reflexión y acción del mundo social y político, no se quede meramente en la administración, en la proyección de elementos que puedan reiterar o meramente reformar modelos?

Hay dos cuestiones básicas, que por decirlo de algún modo, son fantasmas que recorren Chile. Fantasmas que de un modo intangible son una especie de paraguas o  techo de nubes sobre nuestras relaciones sociales y sobre nuestras fuerzas productivas. Esperemos que llueva.

las comunidades imaginadas

Está la existencia real y concreta, al decir de Benedict Anderson,  de una comunidad política imaginada: “Es imaginada porque aún los miembros de la nación más pequeña no conocerán jamás a la mayoría de sus compatriotas, no los verán ni oirán siquiera hablar de ellos, pero en la mente de cada uno vive la imagen de su comunión”. Pues si hay un fenómeno preponderante y permanente de la historia política y cultural de la humanidad y de Chile es éste. La construcción imaginada de una comunidad política en el amplio espectro, que constituye nación.

Y la lucha de clases existente y el traspaso cualitativo de la  tasa de ganancia de los muchos a los pocos, no niega en su operar que tanto los muchos como los pocos efectivamente se imaginan un todo común, fuera de toda ideología patriótica inclusive, y traten de imponer o hegemonizar sus proyectos en el límite de lo que denominamos  Chile: “A su vez se imagina como comunidad porque, independientemente de la desigualdad y la explotación, que en efecto pueda prevalecer en cada caso, la nación se concibe siempre como un compañerismo profundo, horizontal”.

lo preconsciente

Hay cuestiones en la vida que por lejos están muy encima de las cosmovisiones de cada uno o de grupos y clases y sus destacamentos, y que constituyen el pensamiento preconsciente esencial del individuo en comunidad y de la comunidad misma, por ejemplo el necesitar y querer ser mejor respecto de nuestra propias limitaciones, y a partir de allí querer aportar a un bien mayor a uno mismo o al grupo social y a la clase a la cual se pertenece, el desarrollar programas y proyectos sociales comunitarios basados en valores trascendentes a lo cotidiano, al ocupar, y a la misma lucha. Y es sabido y experienciado por todos, que las ideologías como esquemas teóricos, metodológicos y políticos cerrados no dan respuesta  a ello, todo lo anterior descrito más bien nutre a  estas cosmovisiones, son su motor, su emoción.

nuevos desafíos desde el sueño

El desafío surge nuevo desde esta perspectiva, pues existen múltiples  grupos, movimientos, fracciones de clases, clases, en suma actores sociales en una comunidad imaginada mayor, con deseos preconscientes que se proyectan como una identidad del ser personal y colectivo. Visto así ya no se trata meramente de relaciones sociales y fuerzas productivas crudas, carentes de imaginario y subjetividad, sino de construcciones simbólicas asentadas en la historia.

Así  la lucha entre aquellos que levantaron la Revolución en Libertad, la Revolución con Empanadas y Vino Tito y la Revolución de Propietarios, a la par que fue y es una lucha de clases, fracciones, grupos y movimientos, por el control de la economía política y por el control del poder político,  es y fue también una lucha por imponer un proyecto nación un imaginario donde se redefinía y se redefine la comunidad  en sus valores espirituales, sus normas, justamente a partir de elementos anteriores a dichas cosmovisiones, asentados  tanto por imposición como por legitimación e identidad de la comunidad misma.

la vieja lucha de clases

La he nombrado de modo reiterado, el viejo topo, realidad del mundo social. A mi juicio, entendiendo todo lo anterior, en ese adentrarnos en las realidades de modelos y sus antecedentes y continuidades históricas, en la comunidad como un todo imaginado y en las estrategias de vida que por mucho están por encima de las cosmovisiones, es posible y necesario repensar la lucha de clases como lo que efectivamente es, un gran problema que frena la construcción de una sociedad plenamente justa y posible.

Eso no es novedad para muchos,  el punto es entonces cuales son las acciones que frenen el freno y que consideren  todos los elementos internos de la comunidad nacional  y a la vez las prácticas fracasadas en tanto parciales y con vocación totalizante, y  que desconocen los elementos y sus potencialidades continuas.

breve despedida para volver a vernos

No  cerraré este artículo, sería una paradoja, fue tan sólo un ejercicio de aforismos, de esbozos y preguntas,  de indagatorias, que nos permitan como comunidad nacional traspasar los viejos paradigmas, constituir un Chile nuevo desde nuestra continuidades e imaginarios reales, para cerrar acaso el ciclo histórico que comenzó el 23 de diciembre de 1920,  con el triunfo del León de Tarapacá y que probablemente,  terminará pronto, con el comienzo de una nueva revolución política, social, económica y científico técnica, que de una vez por todas abra el nuevo gran ciclo histórico de nuestro Chile.

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2 Comentarios sobre “Aforismos, preguntas y esbozos para un cambio de paradigma o las revoluciones de largo alcance

  1. Este análisis por sobre todo me parece realista, generoso, valiente y necesario en el debate nacional – además de muy claro – pues ante el agotamiento de ideologías y desprestigio de partidos políticos y empoderamiento de la ciudadanía, debe existir una base histórica que sustente pragmática pero valóricamente las demandas de ese nuevo ciclo de vida país que se presiente. Soy seguidora de Sitio Cero y me parece que esta concepción de la realidad tiene perfecto complemento y/o medio para avanzar a lo concreto con la propuesta comunicológica de M. Tolosa y #Komein.

  2. Fesal Chain, me has encantado con tus preguntas y reflexiones…..tan necesario para el debate nacional, felicitaciones y estaré al aguaite para nuevos textos.

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