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Estaba pensando en como era posible que el mundo girara sin marearse cuando vino a mi una suerte de divino pensamiento, una iluminación, un deja-vú, con respecto a una situación anterior que se volvía a repetir frente a mi.

Todo esto a causa de que dejé el twitter abierto y veía como, desde hace meses, se intentaba situar el tema de la asamblea constituyente, sacarla del rincón olvidado en el que estaba y situarlo como tema país para salir de esta situación incómoda en la que estamos, en donde pareciera que la democracia impuesta por la constitución del 80 se nos comienza a deslegitimar ante la ciudadanía.

El tema es que esta propuesta que vendría siendo la salvación de nuestro sistema, dentro de la cual se podrían discutir los principales puntos de discordia entre clase política y ciudadanía, comenzó a subir la escalera de la popularidad y se asomó tímidamente como una propuesta un poquito más formal y seria.

Recordé también cuando se situó en la agenda pública, gracias al esfuerzo no solo de ciudadanos si no de importantes dirigentes, el cambio al sistema electoral, más precisamente el cambio al binominal. En esa situación incluso la Democracia Cristiana lanzó en conjunto con Renovación Nacional una inédita propuesta.

Muchos creyeron (me incluyo) que tras este acto inesperado, en donde hasta un partido oficialista y uno de la oposición lanzaban juntos un acuerdo, que el sistema binominal estaba viviendo sus últimos momentos de vida republicana y que tras estos mensajes que la elite política chilena enviaba a través de los medios de comunicación a los ciudadanos, veríamos finalmente que todos se pondrían a trabajar para debatir la reforma y presentarla, votarla, aprobarla y abrazarse. Pero no todo es como se cree, especialmente como soñamos los ingenuos. El tema quedó estancado ahí mismo y hoy por hoy no han habido cambios al sistema electoral. Al parecer nos pusieron el tema en los oídos, nos hablaron mucho hasta que quedamos satisfechos y de pronto, le cortaron las alas a la reforma para devolverla a su rincón olvidado y de eso ni siquiera nos dimos cuenta.

Hace pocos días el presidente de la Democracia Cristiana ha hablado sobre el tema de la asamblea constituyente, incluso salió en la tercera y ya no solo pertenece a twitter. Fue aquí donde tuve el deja-vú, se ha hablado incluso de la asamblea en programas de televisión tan importantes como tolerancia cero, es posible que más tarde se lancen propuestas sobre esto y puede que de forma inédita nuevamente un partido oficialista la apoye (no creo pero puede pasar).

Hay que tener cuidado con la falsa esperanza, poner en la agenda pública la propuesta sobre asamblea constituyente puede solo transformarse en moda para la clase política y puede que nos hagan jugar con la idea como infantes, para luego sacarla de nuestras peticiones tal como pasó con la reforma al binominal.

 

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