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Escribo desde Coyhaique.  Viernes santo, son las tres de la tarde. El cielo que a veces está teñido de rojo, hoy se ve completamente tapado por las nubes del otoño, llueve torrencialmente. En la cocina a leña  hierve la pava para el mate, hace frio, enciendo la estufa Rocket recién construida.

La Intendenta Regional anunció hace una semana, el retiro de la querella de Ley de Seguridad Interior del Estado a las 22 personas acusadas injustamente. Catorce de estas personas son mujeres y hombres de Puerto Chacabuco, entre ellos, dos matrimonios, uno de ellos con cinco hijos.

¿Quién se hace responsable de la estigmatización de terroristas de estos sencillos ciudadanos?

La Intendenta insiste en quedarse, cuando ya van más de quince mil firmas pidiendo que se vaya.

Llevamos 53 días de movilización social, Tu problema es mi problema.

Hoy se puede transitar por las calles de Coyhaique y Puerto Aysén, han disminuido los carabineros en las esquinas, dicen que las FFEE se han retirado de la región. ¿Se habrán llevado también sus zorrillos, guanacos y pertrechos que nunca se habían visto antes en la mayoría de los pueblos de la región de Aysén?

La Mesa Social, integrada por 24 personas de la sociedad civil, dirigentes de la pesca, de los adultos mayores, del sector agrícola, de Patagonia Sin Represas, de la ANEF, la CUT entre otros, ha trabajado intensamente con los subsecretarios para los acuerdos de vivienda, educación, salud, agricultura.

Los avances son claros, la comunidad se organiza para hacerle seguimiento a los acuerdos. Está demostrado que se podía conversar con este grupo que en algún momento el ex Ministro de energía señaló con un peyorativo “asambleismo”.

Anoche cuando escuché  el llamado de las noticias en la radio,  sentí un nudo en el estómago, porque a esa hora, en semanas pasadas, escuchamos por la misma Radio Santa María, que hoy es acusada por la Intendenta, como se atacaba a la población civil. Y no era solo la radio, sino los auditores y auditoras que llamaban a veces llorando, con crisis de pánico por los ataques de los cuales estaba siendo víctima. Batallas de FFEE contra poblaciones, fueron parte de esta movilización que dejó muchas víctimas.

Hoy la región tiene seis personas heridas de gravedad con pérdida de visión en un ojo, veintidós personas estigmatizadas por la Ley de Seguridad del Estado, dieciocho personas criminalizadas por la toma del aeródromo de Villa O’Higgins, muchos heridos con balines de acero bombas lacrimógenas, muchos niños y comunidades traumatizadas con carabineros, y ese es problema de todos.

La movilización social consiguió algo que nada antes había conseguido: instalar la región de Aysén en el mapa del país.

Una región donde el Estado Chileno llegó en la década del veinte y cuyas características sociales y culturales son prácticamente desconocidas para los chilenos.

Una región en que todavía se carnean los animales que se comen, que queda  a veces completamente aislada en invierno, a la que se llega por tierra cruzando por Argentina, la única de chile que tiene ciudades al poniente de la cordillera.

Esta movilización ha conseguido también, develar la enorme fractura que existe en nuestro país. Cuando en Aysén los ricos tienen veintidós veces más que los más pobres, es imposible dormir tranquilo.

Muchas cosas logradas, pero quizás la más importante y significativa ha sido constatar de que  participamos como sociedad civil de un movimiento en que nos ganamos el espacio para decir lo que no nos gusta y para encontrar soluciones.

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