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En mi época (cof, cof, carnet a la Fosa de las Marianas) uno se joteaba en la micro, en el metro, la playa… Muchas veces había un intercambio intenso de miradas y sonrisitas que duraban desde un segundo a toda una tarde, hasta que los caminos se separaban y uno nunca más veía al susodicho.  En todo caso el objeto del deseo era una cara, un par de ojos, una sonrisa visible.

Hoy se jotean avatares. Frases, slogans, ideas de 140 caracteres. No sabemos quién está al otro lado de la pantalla, pero nos atrae algo, un chispazo de creatividad, un pensamiento que tal vez ni sea propio; un avatar provocativo, un par de ojos aislados, una sonrisa sin rostro. En la mayoría de los casos se engancha una conversación, se intenta ser creativo (lo que es tan agotador, como dice uno de mis buenos tuiter amigos) y mantener la atención del avatar por más de dos o tres respuestas, lo que viene a ser algo así como mantener la concentración del otro más tiempo de lo que pasa el TL por su pantalla. Si se consigue eso, quiere decir que ha sido un éxito el joteo.  Luego los intercambios de DM, las conversaciones por skype, etc. etc. etc.  Si la relación sobrevive aproximadamente dos días o dos noches sin que caigas en un aburrimiento soporífero o termines odiando al interlocutor por imbécil, quiere decir que tienes un tuiter romance.

Los tuiter romance son iguales, iguales a los de verdad; salvo que son de mentira. Hay amor, deseo, celos, alegrías, decepciones, pero con alguien a quien no conoces, no has visto y probablemente nunca verás.  Y que lo más probable es que te esté mandando fotos de hace 10 años atrás o de su vecino guapo.

Cómo es este amor en los tiempos del avatar? Signos de los tiempos? Del poco tiempo que tenemos para conectarnos? Del pánico a lo real? No lo sé, no intento hacer ningún tipo de juicio o análisis psicológico del tema, sólo intento … nada. Sólo escribo desde mi perspectiva.

Tampoco hablo de la gente que busca sexo en la red. Eso se ha dado desde hace siglos: la gente siempre busca sexo, en todas partes. También sé que hay parejas que se han formado a través de las redes sociales y que son tan felices (o infelices) como una que se conoció en el bautizo de la guagua del jefe. Hablo de esa atracción hacia lo que no ves, hacia lo que sólo intuyes, hacia aquel que crees es el que siempre buscaste; el unicornio a la vuelta de la esquina.  Será que la realidad con sus porrazos y sus dolores nos traen curados de espanto? Que en una época dónde todo está dado, masticado, desmenuzado, exhibido hasta el cansancio la imaginación sigue siendo el más poderoso de los afrodisíacos?

Qué nos lleva a enamorarnos de una imagen, como Pigmaliones? He visto gente que realmente sufre, ama y llora por una idea que se hizo de alguien en su mente.  Yo no sé, para mí la piel es fundamental para enamorarme.  No puedo decir que conozco a alguien hasta que no lo haya olfateado como los perros, como los lobos. Será que soy más de sensaciones que de abstracciones románticas? No digo que nunca me haya sentido atraída por un avatar (a quién no le ha pasado?) y también me encanta el coqueteo virtual (oh ego, salve, salve) pero para amar necesito saber que el otro es algo más que una foto de máximo 700k. JPG, GIF, PNG y un par de ideas lanzadas en un momento de inspiración, sacadas de wikiquotes  o copiadas del Libro de la Selva.

Obvio que todo esto es más fácil porque en las redes sociales, tendemos a agruparnos selectivamente.  Es así como la mayoría de mis tuiter amigos son de izquierda, pro, tolerantes y bla bla bla (es decir, todos podemos ser de izquierda y tolerantes en la red; lo difícil es vivir y actuar como tal) y eso hace que uno tenga más puntos de vista en común que en cualquiera otra colectividad en la que nos juntamos por obligación no por afinidades, como la oficina, el liceo o la mezquita.

O sea, si tengo 1525 seguidores en tuiter, 50% son hombres, 99% de izquierda, 50% creativos, 25% inteligentes y 10% con avatares atractivos, tengo 9,5 proyectos de joteo; mucho más alto porcentaje que podría tener en cualquier otro lugar, no creen? No creo que vaya a un pub, por ejemplo, y encuentre nueve hombres y medio dignos de ser joteados.  Por qué? Porque el imaginario es poderoso, porque necesitamos fantasía, morbo y aventura para vivir nuestras reales, monótonas y mediocres viditas.

Ahora, creo que lo importante es jugar a la fantasía pero con los pies en la tierra. Caso contrario, se corre el riesgo de diluirse en el mundo virtual, ese que es habitado por hombres extremadamente guapos e inteligentes, mujeres espectaculares y deseosas de sexo las 24 horas y elfos también, of course.

 

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