Compartir

Enero-febrero de 1979…

“Oye.. el profe tiene un rompecabezas de 3000 piezas que quiere armar y necesita ayuda”

Así partía eventualmente la conversación con un compañero de curso un día de verano cualquiera, mientras el calor y aburrimiento nos atacaba. El resultado era  que esa tarde 6 o 7 integrantes del curso estábamos instalados en la casa del “Profe” armando el (novedoso para la época) rompecabezas, bolseando bebidas y sanguchitos.

En medio de la sesión de quebrazón de cabeza, mientras se hablaba de cualquier cosa el profe sutilmente planteaba: “Chiquillos.. quieren escuchar algo de música mientras arman el rompecabezas?”

Ya po profe… que música va a poner..?

Y aquí venía lo inesperado.

“Mira… ayer grabé de El Conquistador la sexta sinfonía de Beethoven…. es muy buena.”

El más patudo o bailarín le replicaba:

Profe.. no tiene algo de los Bee Gees…?

No.. no tengo… pero escucha esta sinfonía .. es maravillosa.

Y ahí, 6 o 7 pendejos de 14,5 años.. escuchando en enero la sexta sinfonía.

Y continuaba la sesión de rompecabezas, a ratos en silencio a ratos discutiendo por una pieza mal puesta.

Disimuladamente el “Profe” se acercaba a uno y le decía: Ortúzar, encontré este libro de matemática y me acordé de ti, míralo, en una de esas te sirve ya que quieres ser ingeniero.

Después tal vez era mi turno: Donoso, esta novela creo que te va a interesar, es de Pirandello, la única novela que escribió, El difunto Matías Pascal.

Nuestra entusiasta respuesta era un: “Ya “Profe”.. gracias…”

Y ahí se iba el par de, par de, par de jovenzuelos, uno con un libro de cálculo y el otro con ladrillo de Pirandello al atardecer habiendo trabajado toda la tarde con el rompecabezas, acompañados de Beethoven y los Bee Gees.

Lo malo para nosotros ocurría al llegar a nuestras casas.

“Si te lo pasó el profesor Zapata es porque es bueno y tienes que leerlo…” recitaban nuestras madres y era enero..!!!

Al día sgte. había que levantarse en pleno enero..!!! a las 9 am de la madrugada, porque a las 10 había que ir a darle comida a los ratones del laboratorio del Liceo y luego a jugar basket. Y ahí estaba el “Profe” de matemática colaborando con los ratones y luego jugando basket, si te pillaba descuidado te enchufaba un libro de biología donde salía genética para que estudiáramos las cruzas de ratones, esto era en complicidad con el profe de Ciencias Naturales (ramo extinto hace algunos años).

Luego a mediodía a jugar flipper. Obvio, el profe siempre ganaba juegos extras y los repartía. Y era enero..!!!

Un año.. en marzo dijo.. esta vez no se hará elección de pdte de curso, lo voy a designar yo, plop!!!

Algunos nos estábamos poniendo mentalmente la banda presidencial pensando que por notas y conducta el “Profe” nos designaría, hasta que vino el balde de agua fría, elpdte de curso por un periodo de 3 meses iba a ser Fulano, uno de los más desordenados del curso.

¿Cómo se le podía ocurrir al profe semejante estupidez…? na que ver…!!! yo debía haber sido el pdte…!!! Es lo que cruzó por algunas cabecitas.

Al final de los 3 meses el desordenado del curso ya no lo era, la presidencia lo había transformado a tal punto que hoy es profesor básico y ejerce en una escuela rural con niños campesinos…

Luego vino de pdte el siguiente en la lista de los desordenados, que tb se “rehabilitó”, y así finalmente un tercer desordenado/pdte. Curiosamente el cargo los hizo mejores personas y mejores alumnos, el “poder” generó un círculo virtuoso.

Cuando entramos en la onda de hacer fiestas con niñas el “Profe” ponía su casa y sólo las niñas podían tomar algo de trago y fumar, pero no nosotros los machos..!! Esto porque los apoderados le decían: “Sr. Zapata, que estos cabros no se desbanden….”. Durante el bailoteo él era el DJ y el motivador para que bailáramos y no se nos aburrieran las “peucas”.

En más de una ocasión le organizó fiestocas a los apoderados y prohibido que llegara haciéndose el tontín alguno de los niños, a esas “reuniones de apoderados” mi papá si iba, pero  a las otras no.

Nunca tuvo favoritos en el curso, serio y estricto con todos, con los que les costaba más y con los mateítos. No era amigo de sus alumnos sino que siempre era el “Profe”, la autoridad, pero con quien disfrutábamos estar y a quien seguir.

En fin… podría estar hablando horas del “Profe” y de la proyección que tuvieron sus gestos y actitudes hasta el día de hoy en varios de los integrantes de ese curso de fines de los años 70.

Al mirar en perspectiva de tiempo estos recuerdos surge el respeto y admiración por el respeto con que siempre nos trató, pese a que éramos niños nunca trató de inculcarnos sus ideas políticas o religiosas o de lo que fuera, en circunstancias de que contaba con toda la confianza de nuestros padres, confianza que hoy difícilmente se ve hacia y en los profesores. Mientras fuimos sus alumnos apuntó a que nos desarrolláramos en todas las direcciones, no sólo en su ramo. Fue así como nos motivó al ajedrez, a la locución y periodismo escolar, a la vida al aire libre, a la historia, a la música, al deporte y por sobretodo a hacer carne el valor, la nobleza, los ideales, el honor que se reflejaba en las muchas veces en que escuchamos en algún Consejo de Curso el disco “El Hombre de La Mancha”.

Soy de esos afortunados que en el Liceo Fiscal de San Fernando tuvo un Maestro a fines de los ’70.

Compartir

Alguien comentó sobre “El profe de Peumo

Responder a marta salazar Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *