Compartir

Estamos en año de elecciones importantes, ya que no solo se elegirá al nuevo Presidente de Chile por 4 años, sino que además a nuevos Diputados y en algunas regiones hasta serán nombrados nuevos Senadores.

Hemos sido testigos del despertar de un nuevo Chile, si antes éramos el bebé que dormía la siesta, hoy nuestro país es como el niño que llora pidiendo alimento, este alimento se llama democracia. Desde estudiantes a regionalistas, desde trabajadores públicos a minorías sexuales se han manifestado estos años exigiendo nuevas reformas al sistema social chileno.

En el aire se siente la sensación de haber crecido, pero con ropas ajustadas. El nuevo Chile que hemos creado, del cual somos parte cada uno de nosotros, ha progresado no solo económicamente, si no que ha madurado abandonando muchas de sus antiguos tabúes y conservadurismo. El Chile que hoy camina por las calles de Santiago y de todas las regiones es un país con ganas de reinventarse, con ideas nuevas, pero ahogadas en una legislación constitucional con raíces de opresión y cinismo.

El nuevo Chile busca un cambio de verdad y es a esa revolución a la que somos invitados diariamente cuando vemos cada injusticia y abuso que se comete en todos los rincones. Chile quiere re diseñarse.

Es por eso que tengo la creencia absoluta en que la mayoría hoy por hoy no está siendo escuchada, y creo que es una creencia compartida por esa misma mayoría. La ciudadanía pide menos contaminación y más sustentabilidad, pero desde el congreso nacional no son esas las leyes que se están tramitando.

No quiero tocar temas más bien polémicos que pueden causar alguna división como el cambio constitucional, cambio a la política de drogas, de medio ambiente, de aborto, de libertades sexuales, etc. Pero creo que si se hicieran plebiscitos que mostraran los apoyos a estas propuestas: hoy Chile sería diferente, porque aceptaría su realidad ya madura.

Tengo la convicción de que hoy, los que pensamos diferente, los que creemos en un país más limpio, más libre, más igualitario, un país menos discriminador y más amable a nivel nacional como internacional, un país con más cultura, mejor educación, más animalista, más inclusivo, más tolerante y abierto; somos mayoría.

La seguridad de esto me lo da leer a gente en Twitter que piensa similar, ver gente en la televisión que en una entrevista callejera muestra su repudio ante actos de represión, me la entrega la radio en sus programas con micrófono abierto, me lo dicen páginas de internet y las conversaciones que escucho en la micro.

Hoy estamos llamados a revolucionar Chile, especialmente este año tan decisivo en donde elegiremos a nuestros representantes, hoy el llamado es a ser responsables, a saber que somos democracia, a saber que ya hemos crecido y a ser ambiciosos con nuestro destino.

Hoy el llamado es a revolucionar Chile desde una tremenda mayoría ignorada, pero que tiene el poder en el voto para realizar los cambios pertinentes que democraticen a un país consciente de su madurez tanto política como ciudadana.

 

Compartir

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *