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Después de este momento habrá otro lleno
de opciones: el mundo es una ternura mal
explicada. El se sentó con su honor purificado,
con su rebeldía y su coraje limpio. Ni en los peores
momentos, perdió la hermosura. Eran visibles
los siglos de esclavitud que no quiso, o pudo ocultar.

El camarógrafo graba la nube de polvo que se levanta
cuando soplo: el momento crucial de su suspensión.
Es una imagen que deseo– confesó- pero no sé porqué
no me importa registrarla, quizás porque la fugacidad
debe seguir su camino sin intervención mía.

Perdimos en el desierto a las criaturas aladas.

Estábamos -frente a frente- del hombre admirado.
Así pasamos de sol a desayuno y de nube a rama
hasta que pudimos consolar el árbol de la dicha.
Nuestras propias telarañas están tendidas en el cielo,
secadas al sol de la media tarde. Imponemos rasgos
y figuras de extraños para que otros puedan imitarlas
aunque pierdan el sonido de la aurora boreal.
Allí supe que podíamos pertenecer al mismo reino.
La patria es un habitáculo sin puertas de salida.

¿Sabes una cosa? Yo no hablo afrikáners. Fuimos,
Winnie, tan hermosos como las marulas y ventanas.
Nunca estuve en la Great Trek (Gran Marcha) cazando
jabalíes ni supe de alguien que hubiese estado.
Vivimos vidas separadas (apartheid). El poder
político y las regalías en manos de los sí-blancos.
El país de los colores de Desmond Tutu es una invención
hermosa pero una invención al fin, un poema épico
que ayuda a esperar el triunfo sin bajar los brazos,
un lago con cisnes y el atardecer fotográfico
de un turista caza-búfalos. Es el faro que sostiene
la oscuridad para que caiga de bruces sobre nosotros.

La swart gevaar (amenaza negra) es una consigna
para alinear a los opresores cuando dudan.
Escucha esto y corre la voz: ninguna prisión es peor
que la prisión de la dignidad rota o que un libro
incendiado
. Veintisiete años mirando el mismo cielo
es tiempo suficiente para aprender que la libertad
no es un bien que se mendiga. Era un no-blanco.
Era un no-blanco que explicaba el mundo como hijo
y nieto de no-blancos. Era un segregado que jamás
militaría en la sociedad secreta, broederbond
y tampoco aceptaría sus órdenes aún siendo blanco.

Desde el Materialismo histórico, el Black Land Act
nos dejó sin tierras y la única herencia era el Paisaje
soñado
. A pesar de los pesares, nunca dejamos
de soñarlo. A veces, en su desolación vuela
una Gaviota. En su silencio habitan miles de gaviotas
mientras la Organización (ANC) articula sus redes,
programa sus acciones, ordena sus campanas.

La tierra se hipoteca -dice- igual que los animales
de tiro.
Por siglos con nuestras muelas molerán los molinos.
Las leyes injustas se hacen para ser infringidas.
Piedad por los postes de alumbrado público.
Piedad por las torres de alta tensión que -algún día-
serán dinamitadas. Dios de los negros y los pobres,
¡líbranos de la policía política! Para saciar la sed
sólo tenemos vinagre en la alacena y una mancha
que no quiere irse y que se recuesta en la hamaca
.

Según Heráclito: la guerra es común, y la injusticia
es discordia, y todo ocurre por la discordia y la necesidad.
Nosotros somos los desencajados del secreto natural,
los torcidos del destino. Si entras conmigo a los camastros
-donde ahora duermen nuestros hijos- mañana
entrarás conmigo al Paraíso
. Nuestra casa -recuerda
su mujer- era una extensión de la Estación
de Policía.
Sus hijas de Mandela iban a la Escuela
de Mulatos. Las hijas se llaman Zindziswz y Zenani.

Zindzi siempre está en beads y kaftans. También gusta
de la ropa militar. Se consiguió un uniforme kaki y botas
de hombre y boina
. Su padre le incrimina: ¿cómo te arriesgas
así? ¿Has olvidado que vives en Soweto? Amarillean
los recuerdos de nuestros abuelos y para agradecer
sus enseñanzas, se hizo tarde. Sabemos que no habrá
comida y que mañana tomaremos té. Cuidamos el agua
de regadío y las avecitas de corral.
No esperamos
a nadie y sólo nos esperamos a nosotros mismos.

Algunos niños fueron golpeados en la planta de los pies.
¿Sabes si Soweto es una aldea, una tribu, un barrio pobre
o una comarca? Bajo la rueda de los hippos, han sido
apresados, golpeados con sjamboks
-látigos de cuero-
y rociados con gas pimienta, los muchachos que aborrecen
de la segregación
. Los muchachos saben que no renunciarán
a vivir en libertad. Sus padres han sido des-informados
por la policía. Ahora nadie sabe dónde están. La policía
sabe que esa duda, en el corazón del padre o la madre,
duele más que celda de castigo. Por el país de los colores
los niños negros lanzan piedras a los casspirs y arde Soweto
como si estuviese consumiendo troncos de árboles.

Los ancianos le hemos explicado el peligro pero ellos
incuban la libertad en los ojos. El proceso pues, ahora,
es irrefrenable: la conciencia se esparció en nuestro
pueblo como se esparcen los amaneceres sin que nadie
pueda asustarlos o detenerlos. Re-leo el pacto internacional
sobre los derechos civiles. Toda mi visión humanista
es complementaria al destino épico de mis hermanos
.

En las estructuras de los puentes se detienen
las golondrinas que viajan al sur del mundo.
Nadie lo advierte, pero gradualmente se han ido
abultando mis pupilas- dijo el camarógrafo.
Hay momentos en que esta dilatación es más profunda.
Siento contracciones -como en un parto- y no es
que el ojo mío vaya a parir un ojo-hijo. Las miradas,
que el tiempo almacenó en las bodegas del cerebro,
regresan de sus cavernas, posándose de nuevo
sobre las cosas. Eso es todo.

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3 Comentarios sobre “Querido Madiba / a: Nelson Mandela

  1. Mi querido Gustavo Adolfo, tus versos ponen un marco de valor universal a los sentimientos de admiración a este magnífico hombre de nuestra historia..
    Hace 13 mnutos

  2. Mandela, esta historia

    Mandela, esta historia

    es su eterna huella,

    la voz que nos libera,

    la luz de su estrella.

    Mandela,

    su libertad,

    nos hace libres,

    finalmente.

    Rolando Gabrielli©2013

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