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Las noches de insomnio agudizan mi oído. Detrás de las puertas escucho cómo se arrastran cadáveres previamente torturados. Seres metálicos, bien afeitados, peinados, perfumados, ocupan los caminos de mi patria en el ejercicio nocturno de hacer desaparecer de la faz de la tierra lo que nos devuelve la humanidad y su belleza. Consorcios económicos concertados en una nación virtual, avanzan silenciosamente, apropiándose de todo.

Los desaparecidos son muchos; Personas, valores, memoria, con-versación, organización humana, identidades, bien-común. Ya no los buscamos, ya ni siquiera sabemos que están desaparecidos. Nuestra delicada humanidad está en peligro concreto de extinción. El leñador avanza con su sierra eléctrica encendida exterminando el bosque y sus fragancias, sus gotas de cristal alumbradas por un sol que insiste en colarse entre ramas y sinfonías verdes.

La pequeña mariposa amarilla aletea nerviosa entre las hojas silvestres avisando que otro mundo es posible… todavía. Son siglos de vida y el renacer de semillas dormidas, bajo tierra.

Ellos, los señores propietarios de nuestras vidas, se llevaron la luz de las palabras, de los discursos parteros de mundos imposibles que se hacían posibles gracias al verbo creador. ¡Qué acto más quimérico que volar, deslizarse entre nubes, al son de melodías estelares! Da Vinci visionó ese mañana de vuelos que dejan una estela de plata, ¡¡¡¡y volamos!!!!

Antes había tiempo para conjugar los imposibles demandantes transformándolos a realidades encarnadas. Hoy voy y vengo, corriendo, ansioso y desconectado, pago cada día a los señores inmaculados y afeitados deudas cada vez mayores, para tener lo que no es mío y no tener cómo disfrutarlo. Qué conveniente es para ellos la desaparición de los sueños comunes, del canto amoroso que pide lo imposible. ¿Cómo podrían mantenerlos a ustedes, caballeros del dinero, esta masa triste de no naufragar en el olvido?

Los señores propietarios, en un pase oscuro, sacaron su capa de oropel e hicieron desaparecer la imaginación fecunda. Con su artefacto de arsenaleros peligrosos instalaron el conveniente pragmatismo, el cortoplacismo y su miopía, el aislamiento del cuerpo colectivo, la ilusión de que somos sólo cuerpos vacíos de trinos y dulces corpúsculos de belleza desplazándose a ritmo pausado por los rincones del ser.

Hicieron desaparecer nuestra capacidad de VER y nos regalaron el feroz hechizo del adormecimiento. Miles de tratamientos para no sentir, para desconectarnos de todo lo que nos duela y nos mueva por dentro.

No soñamos más que en cosas, tener esto o aquello. Me compro esto o aquello, llego más arriba de lo que has llegado tú para que crean que soy, para que digan. Vuelvo a la casa y estoy solo, agotado, drenado de la vida que conmina a SER con TODOS.

La ceguera de ha instalado entre nosotros, no te veo, no me importa, voy por lo mío como si no fuéramos parte del tejido más vasto, hermoso y conmovedor que es la humanidad, la tierra, el universo.

Nos condenaron a la esclavitud de lo previsible y posible, de lo advertible, de lo que se ve sin parpadear dos veces. Si nos detuviéramos juntos y juntas, veríamos lo invisible envuelto en el asombro delicioso que produce lo inexplicable e inmenso.  Y así fue y es la justicia en la medida de lo posible, los cambios en la medida de lo posible, el amor en la medida de lo posible, la felicidad en la medida de lo posible.

Instalaron la insoportable ausencia de todo lo que nos permita transitar en estado de alerta advirtiendo las señales impolutas de las nubes que asoman desde el sur con mensajes para nosotros;

sintiendo los hilos energéticos que nos vinculan con el enjambre de raíces, ramas de árboles, camelias, seres en todas las latitudes, tigres albinos, elefantes de la India, cuerpos de estrellas, galaxias, universos, niños africanos, ecuatorianos, salvadoreños, chilenos muriendo cada día…

¿Nos preguntamos
hacia donde queremos caminar?
¿Cómo es el mundo que queremos habitar?
¿Cuáles son las imágenes fecundas que nos inspiran?

Emprendedores de ¿qué? ¿De nuevos negocios… o de nuevos sueños que den vida a la humanidad y al universo?

Somos ejércitos mudos, riscos secos, otrora cuenca sagrada de cataratas magníficas salpicando agua proveniente de las nieves eternas.

Yo anhelo levantarme del cuerpo seco de asombros y recorrerlo de sur a norte con el viento en la cara, sentarme en círculo contigo, con todos y todas, pasarnos la pipa y el humo sagrado para volver a desear y ver juntos y juntas, fervientes imposibles que encarnen en esta tierra.

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