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Breve presentación

Todo artículo es una indagación, pero sobretodo este, que siguiendo el hilo conductor de los anteriores escritos para SITIOCERO, no pretende ser parte de una ideología totalizante, en tanto es un artículo crítico de ellas y un intento exploratorio de relacionar la ciencia de nuestra época con una ciencia social y una política acorde a dicho conocimiento.

Antecedentes históricos

A finales del siglo XVIII y durante el siglo XIX,  la política dominante o iluminista fue un correlato de la ciencia objetiva y materialista de su época. Marx “jefe teórico”  afirmaba que las relaciones sociales son independientes de la voluntad de los sujetos y Lenin “jefe político”, que la revolución obrero y campesina era la meta ineluctable de la humanidad. Así desde el paradigma cartesiano y naturalista se desplegaba la economía-política, la ciencia política y la política misma como emplazamiento de masas.

Después de la muerte de Lenin y el triunfo del Ejército Rojo sobre el Nazismo, la política totalitaria de verdades objetivas y de asalto al cielo sigue imponiéndose en forma de hegemonía cultural, pensamiento políticamente correcto y democracia liberal representativa,  continuación del pensamiento único del siglo XIX.

Desarrollé esta idea en el artículo “El Pensamiento Único o la Guerra del Fin del mundo”, y rescato aquí las dos siguientes ideas:

“La historia de la izquierda mundial no ha sido sino la historia de la visión totalizante del mundo.(…) Se trata de ir inoculando el sentido común con una visión ideológica determinada, la propia, de irlo transformando desde una mirada dispersa y contradictoria respecto de la realidad en una relativamente unitaria y ordenada. Y la seducción entonces cobra su máximo valor. Ya no se trata de la dominación “material” pura y dura  de un sector sobre otro, sino de la “hegemonía”, del convencimiento  educativo y paulatino sobre “las masas”, sobre aquellos que desvían su comprensión hacia lo fáctico, lo palpable pero que no es lo real. (Así) para  la izquierda y el progresismo la democracia no puede ser sino un avance seductor del pensamiento correcto por sobre el equivocado e incompleto sentido común…”

 ¿Pero entonces desde cuándo estamos en crisis política?

Al menos desde el año 1912, cuando Max Planck  descubre los quantums y funda la mecánica y física cuántica. Si hay una afirmación revolucionaria en Planck es su respuesta al problema de la velocidad de las partículas frente a la luz. Cuando observa en un microscopio dichas partículas, se pregunta si vienen a la misma velocidad o más lentamente antes de “encontrarse” con la luz del microscopio, y él responde taxativamente: “No lo sé”. Con esa respuesta se abre la nueva mirada cuántica que excede posteriormente a la mecánica y a la física. “No lo sé”. Esa evidencia funda la concepción de que todo conocimiento de un fenómeno depende del observador. Varias décadas más tarde, en Chile, Humberto Maturana y Francisco Varela desde la Neurociencia, profundizarán al respecto.

Fue  Andrei Sajarov  físico ruso, quien afirmó que la Revolución de Octubre no fue el comienzo de una época, sino el término de la anterior, de la era de las revoluciones del Siglo XIX, en que las ciencias duras, las ciencias sociales y la política avanzaron entrelazadas, el materialismo objetivista y naturalista y entre otras concepciones y prácticas, el  marxismo leninismo. Y que a fines del S.XX ya era hora de abrir un correlato entre la ciencia cuántica y una nueva política. Dicho de otro modo “…alcanzar el método científico-democrático en la política, la economía y la cultura”.

Así, el ciclo histórico de actual crisis política comienza justamente en  1912,  cuando irrumpe una nueva ciencia cuántica fundada en el observador, que no tiene un correlato como conocimiento en el campo de las ciencias sociales y de una acción política acorde.

La necesaria correlación

Para establecer una inicial correlación entre la  nueva ciencia cuántica fundada en el observador, y una ciencia social y una política correspondientes, y teniendo como antecedentes lo planteado por Planck y Sajarov, me  adentraré en el análisis de Francisco Varela respecto de la autopoiesis y su distinción entre entorno, mundo y su definición de excedente de significado o de intencionalidad.(1)

Estos conceptos  son sustantivos en  la construcción y práctica de una nueva política, en este caso a partir de la Neurociencia.

a)  Biología de la Intencionalidad en organismos simples o unicelulares

Francisco Varela plantea las siguientes tres ideas:

Que “(…)  el sistema vivo debe diferenciarse de su entorno, mientras mantiene al mismo tiempo su acoplamiento con él; este engarzamiento (…) es inseparable ya que es precisamente en contraste con ese entorno es que el organismo surge (…) como unidad diferenciada.

Que “en este acoplamiento (…) la balanza se encuentra ligeramente inclinada del lado de lo vivo ya que posee el rol activo en el acoplamiento recíproco”.

Que existe “una distinción entre el entorno del sistema vivo (…) —que denominaremos de aquí en adelante simplemente entorno (…) y el entorno para el sistema (mismo) que es definido en el momento que dio lugar a su identidad (…) —de aquí en adelante el mundo.

(b) Biología de la Intencionalidad en lo humano

“La idea clave es entonces, que el organismo hace aparecer  (…)  y especifica su propio dominio de problemas y acciones que deben ser “solucionados”; este dominio cognitivo no existe “ahí  fuera” en un entorno que actúa como campo de aterrizaje para el organismo (…). En su lugar, los seres vivos (construyen) sus mundos de significado”.

Primera fundación

Cuando Varela afirma que lo vivo está constantemente creando una significación que falta, no pre-existente en el entorno y que el organismo hace aparecer  (…)  y especifica su propio dominio de problemas y acciones que deben ser “solucionados, plantea una cuestión fundamental en el ámbito de las ciencias sociales:

Que lo humano en su desenvolvimiento permanente se separa del entorno y lo confronta,  y que esta confrontación no es en ninguna medida una conducta adaptativa,  un descubrimiento del entorno objetivo ya dado, de verdades pre establecidas, sino  una  construcción cognitiva de la realidad, como su mundo.

Así, el  mundo de lo humano y ciertamente el mundo social  está definido y recreado por lo humano y lo que observamos por ejemplo como lucha ideológica, es justamente la definición del mundo social por parte de distintos sujetos y actores sociales que efectivamente a partir de sus identidades  particulares y de sus “excedentes de significación” creen y crean sus mundos.

Segunda  fundación

La configuración del mundo a través del mecanismo de “excedente de significación” no es una mera estrategia individual de lo humano. No son muchos individuos u organismos multicelulares y con sistema nervioso central y lenguaje, que caminan en paralelo y desde los cuales se configuran muchísimos y correspondientes mundos sociales.

En definitiva en las Ciencias Sociales, desde distintos lenguajes o cosmovisiones, siempre se ha entendido el mundo social como las identidades y estrategias de las agrupaciones y comunidades como sujetos, donde  estas agrupaciones y comunidades han sido nombradas por otros o se han auto nombrado en el lenguaje de distintos modos, en referencia a su propio dominio de problemas y acciones.

Algunas conclusiones y propuestas

De las reflexiones de Francisco Varela surgen muchísimas preguntas, conclusiones y propuestas. Sería larguísimo hacer un listado, que por lo demás jamás podría ser exhaustivo. Aprovecho este artículo para “tomar prestada” una conclusión del propio Varela, cuando en una pequeña charla para una comunidad universitaria norteamericana, explicaba la biología de la intencionalidad.

Terminado el relato de la construcción individual de realidad,  Varela afirmaba que si efectivamente no existía una verdad externa preestablecida, entonces no se justificaba culturalmente la pretensión de control de los seres humanos, tanto del entorno (natural) como de los otros. Solamente  tratamos de controlar la naturaleza o al otro cuando creemos que pre existe una realidad o verdad única, a la que debemos llegar,  y que nos daría la llave de la solución de los problemas también preexistentes.

Por mi parte despliego aquí algunas mínimas reflexiones susceptibles de considerar para la fundación de una nueva política que no esté configurada desde el control, la imposición de verdades y hegemonías, sino en la convivencia de los sujetos sociales como legítimos creadores de mundos sociales acordes a su auto reproducción identitaria.

Sabemos  que cada grupo social confrontando el entorno y estrategizando mundos a través de sus excedentes de significación, construyen mundos acordes a su propia constitución, es decir,  lo que realizan es una construcción identitaria que les permite efectivamente auto reproducirse. Aquí la pregunta evidente es que si esta auto reproducción garantiza la auto reproducción del otro o si la anula completamente. Y si esta anulación del otro se constituye en el lenguaje y la acción como fundamento de la propia vida. En definitiva si tiene sentido alguno, dada la descripción y explicación de cómo los seres humanos construimos nuestra realidad individual y social, el seguir manteniendo la política como el convencimiento o  la aniquilación del otro. Esta reflexión no sólo tiene una base desde la ciencia cuántica sino también desde la ética. Desde lo que se denomina compasión, es decir situarse en la pasión del otro, en la comprensión de la defensa de su identidad y  auto reproducción.

Ya en un plano nacional  como planetario preguntarnos si la lucha por la imposición de mundos sociales entre sujetos, agrupaciones y comunidades nos ha permitido solucionar o reproducir de modo ampliado los problemas de lo humano. Pues  las agrupaciones históricamente han especificado su  propio dominio de problemas y acciones no meramente como soluciones de lo propio, sino como respuestas a los problemas de todas las agrupaciones y de la humanidad en su conjunto. Sin embargo cuando estos mismos sujetos, agrupaciones y comunidades acorde a la vieja comprensión política del control del otro y de la naturaleza se han impuesto desde distintas ideologías o construcciones de mundos, los problemas endémicos y estratégicos de las mayorías se siguen reproduciendo: el hambre, la pobreza  y el exterminio de millones de seres humanos.  Esto nos indica que no es meramente un sistema social y económico determinado es el que reproduce dichos problemas y sufrimientos, sino un específico modo de entender  y construir la política, más acorde al pasado que a los nuevos avances de las ciencias cuánticas y de una nueva política del observador.

Porque finalmente se trata de crear y creer en una nueva política a nivel planetario para la  existencia y coexistencia de comunidades humanas, que en sus estrategias de auto reproducción y de relación no reproduzcan el dominio, la hegemonía y el exterminio de unos sobre otros y a la vez den cuenta en conjunto, de los antiguos y endémicos problemas y de las nuevos modos de superación de nuestras limitaciones estratégicas como sociedad humana.

(1)    Varela, Francisco J. (1992) Autopoiesis and Biology of intentionality. McMullin, B. and Murphy, N. (eds.) Autopoiesis & Perception. Pp.1–14. Proceedings of a workshop held in Dublin City University, August 25th & 26th 1992. School of Electronic Engineering Technical Report, Dublin, 1994.

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Alguien comentó sobre “La Nueva Política

  1. Comparto contigo Francisco Roco esa impresión de que todo parte y termina con lo moral y lo ético. Ojalá alguien en sitiocero lo pueda elaborar.

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