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Diariamente nos enfrentamos a diversas pantallas que nos ofrecen distintos tipos de interacción. El aprovechamiento de cada herramienta depende de la manera que nos relacionamos y de las comunidades en las que participamos. La encuesta Soy Digital 2012 de la agencia Ayerviernes mostró que el 87,1% de los encuestados interactúa con más de una pantalla al mismo tiempo. Es así como las personas comentan lo que pasa en la televisión o mientras están en el computador conversan por whatsapp. La multiplicidad de medios por los cuales podemos comunicarnos de diversas maneras está cada día más presente en la vida de las personas.

Las personas se han acostumbrado a intercambiar información, contenido, emociones y entablar conversaciones a distancia. Twitter ha sido uno de los mayores impulsores de la confianza “virtual” sobre la opinión y experiencias de otro usuario, sin importar donde esté o si lo conoce en vivo o no, el valor está en compartir y configurar espacios de representaciones comunes. Es usual leer a usuarios que consultan sobre un producto o servicio para determinar la compra o el cierre de un contrato. Donde la confianza virtual se transforma en real.

Desde el aspecto emosocial, estas conductas han confirmado la necesidad de compartir emociones y hacerlas parte de un sentir colectivo, de movilizar los sueños y proyectos individuales para convertirse en comunidades en movimiento* constante y masivas. Ya desde los emoticones se determinaba una manera de vincularse y aproximarse a otra persona desde la lejanía geográfica pero cercanía virtual. El mismo estudio mencionado anteriormente, refleja que el 62,9% ha tomado una decisión en base a los comentarios de otros usuarios de las redes sociales.

Los dispositivos móviles requieren un desarrollo coherente con el uso y con las expectativas del “servicio” que prestará. Como en muchas tecnologías, el desarrollo, los beneficios de las funciones y las posibilidades de interacción deben cumplir con los estándares de calidad técnica y, actualmente enfatiza también, con la experiencia que se quiere construir en torno al usuario. Para este desarrollo se debe contemplar a la persona y sus contextos sociales, culturales y emocionales que determinarán las opiniones que posteriormente podrá compartir en las redes y sus posibilidades de influenciar en la compra, preferencia o rechazo de otras personas.

 

*Nombre de un laboratorio THOT® que inspira mi concepto emosocial diariamente.

 

Este artículo está inspirado en las temáticas que se abordará en el encuentro de diseñadores que se realizará el jueves 18 de Abril en la Escuela de Diseño de la Universidad de Chile. Estas actividades son organizadas por OpenD grupo de profesionales del diseño y comunicación que, de manera gratuita, generan instancias de conversación.

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