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Inspirar, exhalar…

Esto lo escribo sintiendo y pensando a mis hermanas, madres, maestras, amigas y compañeras como cómplices. Y quisiera que mis hijas, las hijas de mis hijas y sus hijas escuchen con el oído del alma y que sientan el abrazo profundo que trae implícito. Ojalá puedan leerlo entre árboles grandes, sonido de río, viento cariñoso y un gran cielo acogedor.

Brotes y capullos en sus cuerpos, son señales inequívocas que ya viene la primavera. Con ella una secuencia mágica de ciclos, que como las estaciones del año nos ofrecen tiempos distintos para sentir.

Muy pronto dejarán de ser niñas y ese día se abrirán miles de puertas y ventanas hacia nuevos mundos. Ese día será un día de fiesta y hasta el miedo a lo desconocido estará invitado porque es parte de la celebración. Celebramos porque con cada niña que menstrua por primera vez nos volvemos a conectar con la madre tierra y porque el ciclo menstrual está alineado con los grandes ciclos de la vida.

Los meses no son lineales, para nosotras están llenos de curvas. Hormonas revoloteando y “sangre de paz” que se libera sin hacer daño físico, nos despierta la memoria del cuerpo que recuerda que estamos unidas al resto de la naturaleza en forma armónica. Rito perfecto para recordar lo poderosas que somos.

Aprendan a quererse y querer. Con nuestros bellos cuerpos distintos busquen sus propios bosques y mares. Ahí encontrarán muchas formas posibles de vivir los roles masculinos y femeninos, por lo tanto, muchas maneras de ser feliz.

Sé que serán mujeres dispuestas a emprender sus propios viajes. Sé también que hablarán y actuarán desde sí mismas, porque detrás de ustedes hay millones y millones de otras mujeres y hombres que han trazado caminos para que ustedes lleguen hasta aquí y ahora para buscar su propio rumbo.

Afortunadamente, las mujeres no “estamos” sensibles algunos días, somos sensibles siempre y desde ahí amamos y sufrimos, viajamos por lo sutil y nos alimentamos de lo bello. Pero también somos fuertes, inconformistas, cuestionadoras, irreverentes, valientes, talentosas, solidarias, juguetonas, soñadoras, intuitivas, inteligentes  y tal vez por eso también “peligrosas”.

Niñas, mujeres, diosas todas, sigan conectadas a la antigua sabiduría de lo profundo, de lo femenino, de lo salvaje que todas llevamos dentro. Llevamos la naturaleza dentro de cada una y también por fuera en cada poro, no dejen de escuchar sus mensajes.

Inspiremos, exhalemos en esta fiesta de la vida.

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2 Comentarios sobre “Sagrados ritos

  1. Nuestras antiguas tenían rukas menstruales. es el momento de mayor apertura de las mujeres y en esos días reciben mensajes de utilidad para todo el clan. Era importante que ellas estuviesen tranquilas, meditando, atendidas. de tal manera toda su energía estaba invertida en percibir los mensajes de los dioses… Todo esto se perdió cuando nos separamos de la tierra y de nuestra esencia natural, mamífera, no domesticada. Gracias Vic, bello y pertinente artículo. ¡¡¡ Me encanta tu pluma!!!! Un abrazo

  2. Que lindo vic… retomar esos ritos, sacarnos el estigma de que ” te pones insoportable” que tal si lo cambiamos por una cálida bienvenida al ciclo vital. Porque la tierra nos llama a retraer las energías esos días y contemplar como nuestro cuerpo es capaz de contener vida, y devolverla al mundo, somos capaces de transformar suspiros y semillas para ser parte de la creación… magia, amor…. femeneidad…niñas, chicas, adolescentes, mujeres…. y todo vuelve a comenzar.

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