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La frase que inicia el título de este artículo no es un slogan de campaña, fue el lema (visión) de la Conferencia Internacional de Atención primaria realizado en 1978 en Alma Ata : SALUD PARA TODOS EL AÑO 2000. Y la gran “magia” que podía lograr ese sueño era la estrategia de Atención primaria: servicios de cuidados de salud basados en equipos profesionales y técnicos cercanos a la población, familiares y comunitarios, con énfasis en la promoción y prevención de salud. Claramente este objetivo no se cumplió, pero sirve de punto de partida a mi análisis de las expectativas y preguntas con respecto a lo que nuestro país requiere en Salud

En el todavía reciente y abundante material de campaña de los candidatos presidenciales existió, comparando con otros temas, poca información de los programas de Salud. De hecho fue uno de los temas que solo hacia las etapas finales fue abordado con mayor detalle en los programas. Previo a eso, más que nada mención de objetivos relacionados con financiamiento y regulación de las  Isapres, pero no mucha discusión o documentos técnicos sobre el mecanismo o propuestas concretas. Aún más, en las encuestas con respecto a que temas le interesaron a la ciudadanía en la campaña presidencial tampoco apareció Salud en los primeros lugares. Los temas recurrentes Educación, Reforma al binominal, nueva constitución, reforma tributaria y otros 6 tópicos antes que aparezca Salud relegada al 10° e inédito lugar.

En todas las entrevistas y discusiones de estos últimos meses no se explicita programas específicos respecto a objetivos a mediano plazo en Salud. Todos quieren fortalecer la Salud pública, esa que sistemáticamente ha sido postergada en el presupuesto nacional y que logra, con un mísero 3,5% del PIB  en gasto público en Salud, tener indicadores excepcionales y similares a países desarrollados como Alemania y Estados Unidos que aportan 8,2% y 8% del PIB respectivamente. Pero, ¿El fortalecimiento será real, con aportes de recursos frescos y políticas de gasto basado en la epidemiologia? ¿La gestión de Salud será asociada a políticas públicas acordes a nuestro escenario sociodemográfico? ¿Se logrará el esperado financiamiento solidario por tantos años postergado?

Todos también mencionan la priorización y refuerzo de la atención primaria, pero además de las recurrentes promesas de nuevos establecimientos (por lo demás necesarios) ¿van a existir incentivos reales para incorporar los mejores técnicos y profesionales a la APS? ¿Se va cimentar la implementación del modelo de salud familiar? ¿Se va a modificar el curriculum de la educación médica para que los nuevos colegas no crean que trabajar en un centro de salud es de segunda categoría?… mucho por preguntarse respecto a cómo la  Salud PRIMARIA ocupará el primer lugar estratégico en nuestro sistema de salud público

Y mientras eso ocurre, la deuda hospitalaria que se entregará al nuevo gobierno se empina como la mayor de los últimos 10 años y extrañamente nadie parece enterarse, porque la manera de resolver la crisis de camas hospitalarias durante estos últimos años ha sido la compra de servicios a clínicas privadas. Sin que la inversión en nuevos hospitales haya sido tan maravillosa como se ha publicitado, ni se haya planificado un programa financiado de mejora real de la infraestructura existente.

Sabemos que nuestros hospitales no dan abasto para los requerimientos, en particular respecto a las camas criticas (de UCI o UTI), pero también es cierto que la sobre exigencia de los servicios de urgencia y la mayor complejidad de los pacientes tiene que ver con que la base de la salud preventiva no funciona, con que la cultura sanitaria está centrada en el Hospital y que la población no confía en la atención primaria para resolver sus problemas de Salud, mientras que tampoco se ha logrado que se modifiquen conductas de riesgo aumentando dia a dia la cantidad de ciudadanos con enfermedades crónicas (Hipertensión y Diabetes fundamentalmente) y la población envejecida que tiene daños importantes de salud. Nuevamente sin estrategias claras de cómo enfrentar esta explosiva mezcla de factores socio-sanitarios…. Así la desmantelada subsecretaria de Salud pública ¿deja algún programa de hospitalización de larga estadía que de respiro a las cientos de camas complejas ocupada por adultos mayores que requieren cuidados de mediana o poca complejidad? ¿Se planificó la optimización del programa del adulto mayor pensando que el 2025 se proyecta que el 18% de nuestra población será mayor de 65 años?

Muchas preguntas, pocas respuestas y enormes desafíos. Personalmente mantengo la esperanza de una Salud para todos de calidad, con una atención primaria potente como base del sistema, con hospitales más complejos pero de menor tamaño, centros intermedios de atención y una población educada en salud desde la primera infancia. Previniendo más que curando, tratando precozmente más que asumiendo las complicaciones, contando no solo con personas saludables… comunidades saludables y un país saludable ¿más utopía que al inicio?

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