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Esperé que el Gobierno de Chile encabezado por la Presidenta Michelle Bachelet realizara los anuncios de la Reforma Educacional, para escribir esta columna que aunque se lee soberbia, creo absolutamente necesario visibilizar ciertos puntos. Antes que ello, obviamente, realizaré dos reflexiones.

Primero, hay un consenso bastante amplio en la sociedad que la educación debe ser reformada, y que esas reformas deben ser sin temores, sin prejuicios, y volver a diseñar la estructura en el cual está sentado el sistema educacional. En base a eso – a pesar que tengo algunos reparos al proyecto gubernamental  en varios puntos – hay avances en el sentido correcto.

Segundo, es bastante iluso, creer que el fin del lucro, de la selección y el copago vaya a solucionar los complejos problemas de la estructura educacional y los inmensos desafíos que plantean los procesos de aprendizaje. Como asimismo, parece estúpido, aquellos que sólo oponiéndose a esos tres puntos, creen que están haciendo un bien a los niños y niñas de nuestro país.

En base a estas dos reflexiones, es que en esta ocasión, no haré críticas al proyecto del Gobierno – ya habrá momento para ello – sino que traeré a la opinión pública la problemática que ningún político, hoy, está hablando de educación realmente, sino de poder. Están hablando de cómo administran la educación, como se financia, y como se negocia con ella, pero no han reparado en proponer transformaciones reales que permitan que nuestra sistema educacional de un salto decisivo al desarrollo. Y ese salto decisivo solo se dará en el aula, en los procesos de aprendizaje de los estudiantes, y en el liderazgo de los profesores. Por esto mismo realizo ciertas propuestas y de paso la petición a las autoridades del Ministerio y los Parlamentarios de las Comisiones de Educación a evaluarlas y en virtud de ello, incluirlas en el debate.

1. La nueva docencia:

Aumento de la Renta Básica Mínima Nacional, en lo siguiente: valor hora docente Educación Básica en 17.000 pesos; valor hora docente Educación Media en 20.000 pesos.

Todo profesor deberá tener una asignación horaria y remunerada del 30% de su ejercicio en aula, lo que será destinado a trabajo pedagógico (planificación y evaluación), técnico y administrativo. Eso permitirá que ningún profesor contratado por jornada completa (44 horas) tenga más de 30 horas en el aula.

Por otro lado propongo la creación de un Sistema de Convenios de Desempeño, en el cual todo Profesor en conjunto con el Equipo Directivo de cada unidad educativa, deberá suscribir metas determinadas por indicadores, las que serán recompensadas al otro año, con un bono del 50% de su remuneración bruta, de manera mensual, al inicio del otro período lectivo. Este sistema constará de una escala de progresiones de indicadores individuales y colectivos, que al término del cuarto año, un Profesor podrá obtener un bono mensual del 100%, duplicando de esa manera su sueldo.

2. Formación para el Desarrollo:

La Profesión docente, solo podrá ser impartida por Universidades que estén acreditas por un período de 5 años y que además evidencien Investigación en el área de pedagogía y educación.

Para ingresar a la carrera deberá ser requisito: 600 puntos promedio en el puntaje; promedio NEM mínimo de nota 5,8; Test Psicológico y Entrevista Vocacional en la Universidad respectiva.

Toda carrera pedagógica deberá contar con prácticas desde el segundo semestre de la carrera, además de internados de distinta duración en unidades educativas con distintas realidades, donde los alumnos deberán impartir educación y realizar investigación.

Los Profesores ya titulados tendrán acceso a Programas de perfeccionamiento permanente, que serán requisito para obtener certificaciones que permitirán optar por el cumplimiento de metas en los convenios de desempeño respectivo.

3. Nuevo Gobierno en Escuelas y Liceos: 

Propongo transformar la manera en el cual se ejerce la escuela. Cuando antes pensábamos en organizaciones verticales y piramidales, hoy debemos tender hacia organizaciones circulares y dialogantes. Por esto, es que es necesario crear la figura del Rector, como ente articulador de voluntades, que tenga como brazos operativos, al Director Académico (encargado del área pedagógica, técnica y líder de los Profesores) y al Director Administrativo (encargado de finanzas, planificación y logística). De este modo, será fundamental fortalecer a los Profesores en el Consejo Pedagógico, donde se formularán las directrices curriculares y pedagógicas del establecimiento y al Consejo Comunitario, donde participen activamente los representantes de los alumnos y familias, con el objetivo de permitir que las Escuelas y Liceos se generen bajo una sinergia comunicativa.

4. Autonomía

Hay que proponer con fuerza el fin de la subvención por asistencia, porque conocidas son las diversas perversidades que ello esconde. Por eso es que la subvención debe ser pagada por matrícula existente por semestres. Pero además de eso, es que las nuevas formas de gobernar que tendrá una escuela, poseerá una gran herramienta: Programas Bianuales, que serán diseñados, administrados y ejecutados por la misma unidad educativa, con el fin de equipar de tecnología, contratar asesorías pedagógicas, materiales y herramientas, con el fin de solucionar las necesidades particulares de cada Escuela y Liceo.

5. El Currículum del futuro

Debemos proponer una transformación curricular de la educación en un proceso progresivo de 10 años. Llevar la educación a niveles cognitivos donde las habilidades de analizar, aplicar y sintetizar estén insertos en el ADN de cada clase de nuestro país. Pero a su vez, la Creatividad, permita que niños y jóvenes puedan soñar el mundo, crear riqueza, generar arte, potenciar vínculos sociales.

De este modo, el arte, la música, la estética y la ética deberán ser pilares de la nueva educación. Mismo tiempo, en el cual creamos sistemas modulares transdisciplinarios, donde se integren Historia y Lenguaje, Física y Matemática, o Ciencias y Lenguaje, y todo de vuelta. Que se generen continuos pedagógicos, que permita que los estudiantes puedan desarrollar el lenguaje post-simbólico, la robótica, la hiperconexión tecnológica y el descubrimiento de la astronomía. 

En el año 2025, nuestros Profesores estarán ensañando otras cosas y de manera distinta. Claramente, con un entusiasmo desbordante, no conocimientos, sino habilidades, crear cosas, conectar puntos, generar conversaciones.

En mi experiencia como Educador y como Consultor de diversas Escuelas y Liceos del país, he podido constatar que la transformación de los niños no está necesariamente en cómo se estructura la educación a nivel nacional, sino que en cómo buenos y contentos Profesores dialogan con una comunidad de estudiantes que tienen las puertas abiertas para un mundo para analizar, opinar y crear. Es un desafío moral el que se nos coloca por delante, y por eso mismo, es que opté por escribir esta columna, y opto a realizar todos mis esfuerzos posibles para que lo que acá se ha escrito sea escuchado y tomado en cuenta.

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2 Comentarios sobre “Educación: Las transformaciones que necesitamos

  1. Hola Alberto. Me gustó mucho tu columna, pero me gustaría agregar un punto poco mencionado.

    Tiene que ver con la promoción del esfuerzo y del mérito entre los jóvenes. Todo el enfoque de la reforma (y de muchas políticas públicas de hoy) está en que todo el mundo haga esfuerzos para proveer de las mejores condiciones a los alumnos y… el problema se resuelve. Si los mismos jóvenes no toman esas oportunidades y les sacan provecho, todo es en vano. Mi temor es a la “derechitis” o “fiebre de derechos” que pone el foco en lo que los demás deben hacer por mí y nada respecto de lo que yo debo hacer para merecerlo, pueda terminar liquidando todos los esfuerzos. La gente que hace deporte sabe de lo que hablo: para mejorar hay que entrenar y si no se transpira el entrenamiento no sirve. De eso no se oye nada. ¡saludos!

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