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Entre el 6 y 8 de agosto me tocó participar en el XII Congreso de la Asociación Latinoamericana de Investigadores de la Comunicación (ALAIC), en Lima, Perú, organizado por la Pontificia Universidad Católica del vecino país.

Siempre es un agrado visitar Lima. Ciudad que parece fea y triste, pero que tanto me seduce con su inigualable riqueza culinaria, con la niebla cálida y melancólica que suele vestir sus calles, amén de la manera educada y alegre de su gente. Si la palabra es el corazón de la comunicación, hay que decir que los peruanos de cualquier condición social, portan el enorme merito de hablar el mejor castellano entre quienes moramos en la lengua de Cervantes. Escucharlos es un placer.

Volvamos a ALAIC. En el doceavo congreso destacó transversalmente la siguiente idea fuerza: “el pensamiento crítico tiene una larga tradición en América Latina… En la historia de ALAIC es posible identificar la presencia sostenida de este pensamiento crítico en todo su espesor y diversidad. En la actualidad, ante la tendencia a caer en el determinismo tecnológico y ante varios Estados que han revivido el debate sobre las políticas nacionales de comunicación, cultura y medios, nos parece oportuno volver a examinar el pensamiento crítico latinoamericano en todas sus vertientes”.

Con ese ánimo de diálogo y con el fin de fortalecer las redes de intercambio arribaron al Congreso más de 1000 investigadores e investigadoras del amplio campo de la comunicación. De Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, Guatemala, México, Puerto Rico, República Dominicana, Uruguay, Venezuela y Perú, más algunos invitados europeos y de América del Norte.

En los tres días del congreso hubo una diversidad de 18 Grupos Temáticos con 549 ponencias; 5 Grupos de Interés con 108 ponencias; y se debatió en torno a la presentación por sus autores de 123 libros editados entre el 2012 y la fecha del congreso, lo que da cuenta de la vitalidad de la producción académica en el área.

En lo personal tuve el honor de participar como un activo invitado: una ponencia sobre un “Modelo Integral de Comunicación para la organizaciones” en un grupo temático entre pares; la presentación de mi último libro “¿Ser o Perecer? sustentabilidad y comunicaciones” (2013); y en un taller para compartir experiencias en torno conflictos socio-ambientales y comunicaciones en América Latina.

En la experiencia fui sorprendido gratamente por la atención que concita, en especial en Brasil, el vital y complejo asunto de la relación entre comunicaciones y sustentabilidad, sea la socio-ambiental y/o la emocional, cada día abordada con mayor rigor y coincidencias prácticas, profesionales y reflexivas.

 

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