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La belleza es un largo camino dónde un ser humano ha transformado sus intereses en un hacer llevado a la excelencia, al máximo nivel de la virtud humana. ¿Cómo sucede esto? Creo que el primer paso de este camino es el amor. Esta emoción abierta a la observación, a la percepción de formas, sonidos, colores, procesos, etc. abre el camino en la experiencia. Cada experiencia de vida determina los gustos e intereses de la personas. Un paseo a la playa, un juego de pelota, una canción de cuna, un beso, etc. Una combinación de experiencias estructura aquello que reconocemos como nuestros intereses. Cuando uno es capaz de reconocer esos placeres y los hace conscientes, es capaz de iniciar un camino consciente hacia la belleza. Para que ello ocurra, es necesario validar nuestros intereses, nuestros gustos y tomar la decisión de dedicar nuestro hacer, nuestro trabajo, a esos intereses.

Este punto es vital en la vida ya que se tiene que negociar con los intereses del sistema. ¡No lo hagas! ¿Cómo vas a vivir de eso? ¿A quién le sirve eso? Es aquí donde el amor hace su trabajo. Aparece la convicción de hacer lo que a uno le gusta y se toma la decisión consciente de tomar ese camino, de abrazar con amor, con pasión ese camino. Aparece a la vez la conciencia de los que se sabe y lo que no se sabe, y por lo tanto, se abre el camino del conocer. Todo aquello que no sé y quiero saber comienza a buscarse. Aparece en el cuerpo una angustia que es necesario eliminar. El conocer se hace necesidad propia, no impuesta. Son las propias motivaciones internas las que modifican la conducta del individuo de forma tal que busca incansablemente conocer.

¿Cuál es el camino del conocer? Eso también depende de cada uno. Algunos buscarán a otro ser humano que haya iniciado ese proceso. Otros buscarán libros. Otros experimentarán con sus propias vivencias. Otros jugarán. Las alternativas para conocer son múltiples y no excluyentes. Una vez elegido el método, el ser humano pone todo su esfuerzo, su inteligencia a encontrar los patrones que determinan su hacer. Cuando ya sabe hacer aquello que lo ha motivado desde el inicio desde este camino, el amor hace su aparición nuevamente. Aquí aparece la búsqueda de la perfección, de la precisión. Encontrará las regularidades que hacen que su trabajo mejore y se perfeccione. Las imprecisiones molestan, se corrigen, se ensayan, se vuelven a hacer. Aparecen formas personales, únicas. Así el guitarrista, a pesar de estudiar técnicas de otros músicos, desarrolla su propia técnica y su propia conceptualización de su hacer. En esta etapa el cuerpo es consciente de su hacer. Es consciente de todos los movimientos que llevan a la precisión. Ya estamos a un paso del arte. A un paso de la belleza.

Cuando los movimientos del cuerpo, de tanto repetirlos se hacen inconscientes, cuando el cerebro humano combina la multiplicidad de variables que hacen ese trabajo perfecto y el cuerpo siente el éxtasis del trabajo bien hecho, entonces, recién entonces, hablamos de arte. En ese estadio de las cosas hemos encontrado la belleza, hemos producido belleza. Cuando hemos llegado hasta aquí, hemos comprendido el sentido trascendente de nuestro quehacer. Trascendente en el tiempo y trascedente para otras personas. Entendemos que nuestra vida es un regalo, una fortuna y no puede desperdiciarse haciendo cosas intrascendentes y que nuestro gran regalo a la humanidad es encontrar ese hacer que solo nosotros podemos hacer, porque ha sido nuestro propio camino a la belleza. Nuestra propia elección sobre qué queremos hacer y qué queremos conocer.

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2 Comentarios sobre “Aprendizaje por autonomía o el camino de la belleza

  1. Bella reflexión respecto al camino de la belleza, como la construcción del camino propio a la trascendencia por medio del amor que se pone en ello. Ser sinceros y honestos con nosotros mismos es fundamental para desarrollarnos íntegramente, pero cada vez nos cuesta más aprenderlo; como individuos y como comunidad tenemos un gran desafío!!!
    Saludos 🙂

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