Compartir

Hace 10 ó 15 años atrás jamás habría imaginado que mi vida sería como lo es hoy, siempre me decían que con el tiempo sería menos idealista, más pragmática, menos soñadora. Debo reconocer que sí, he cambiado muchos pensamientos y me he adaptado a cosas que antes rechazaba con furia, pero creo que no ha sido por dejar de ser idealista, sino porque a veces hay cosas que nos sacan de órbita y debemos replantearnos todo lo que habíamos proyectado para el futuro.

Uno de esos momentos fue cuando supe que estaba embarazada, iba en segundo año de Diseño, era una adolescente reclamona, regalona y tenía muchos sueños inconclusos, viajar, recorrer el mundo con mochila y cámara de fotos, vivir mi libertad y mis planes sin rendir cuentas a nadie. Claramente la llegada de mi hija cambió todo ese panorama y tuve que crecer de golpe, asumir que los actos tienen consecuencias y que debemos hacernos cargo de eso, aprendí que el amor de madre es uno de los motores más grandes de una mujer, pero también aprendí que el tiempo pasa muy rápido y no nos damos cuenta que estamos abandonando cosas importantes y la máquina nos absorbe sin darnos cuenta.

Hoy, a poco tiempo de cumplir 30 años, recién siento que estoy disfrutando la vida con calma, estoy encontrándome con lo que considero importante y veo como una posibilidad real: consumir menos, pensar más, leer, soñar, amar, abrazar, reír, luchar por la inclusión, por la libertad. He replanteado muchas cosas que hice, que no hice, que dije, que no dije, y es duro, pero también es fortalecedor porque te das cuenta que por mucho que te hayas equivocado, siempre tienes la posibilidad de aprender y cambiar las cosas, el rumbo de la vida está en tus manos.

No sé si será la crisis de los 30 o la vida misma, pero me siento mucho más libre que antes, más completa y segura de que nada es permanente, y justamente por eso, en vez de vivir temiendo, buscando lo negativo, criticando a los demás, cuestionándonos cada decisión que tomamos, debemos arriesgarnos a encontrar lo que nos hace felices, a lo que nos saca una sonrisa de emoción y llena el cuerpo de adrenalina para darle vida y motor a nuestros sueños, para disfrutar lo único seguro que tenemos: el amor aquí y ahora.

En Twitter @caropaz_

Compartir

3 Comentarios sobre “Casi treinta

  1. Gracias Carolina

    Muy alentador leer esto y escuchar tus palabras.
    Con las dos manos, como servicio de los tibetanos a quines admiro.

    Gustavo J -L

      1. Mil gracias a ti.

        Si con ESE espiritu y esa visioon que manifiestas vivieramos a los 30 años, tendriamos OTRO planeta.

        Pero tenemos el que HAY. Como dicen los jovenes.

        Un abrazo

        G. J L.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *