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“Equilibrio emocional” tiene muchas lecturas y miradas posibles. Cada lector encontrará en estas conversaciones sobre el psicoanálisis diversas perspectivas, preguntas e inspiraciones que resonarán con mayor o menor intensidad según sus propias experiencias e historias.

Quisiera mencionar tres hebras que estuvieron siempre presentes en el tejido de mi lectura, apareciendo y resignificándose mientras recorría con curiosidad y entusiasmo las páginas de este viaje por el psicoanálisis, un tema que ni desde un punto de vista teórico ni práctico me es familiar.

La primera hebra y quizás la que será más apreciada por todos los lectores surge desde el prólogo, “los monólogos de un paciente”, se desarrolla en el primer capítulo,  “Las etapas de la vida” y sigue latiendo durante todo el libro. Las conversaciones de Marcelo con los y las psicoanalistas constituyen una invitación amable a transitar y detenerse, preguntarse y observar por lo que nuestra vida ha sido, es y será. Fue imposible no reconocerme en los numerosos ejemplos y casos.

                                                   Portada del libro
Portada del libro

No sé si ustedes recuerdan una película argentina de Juan José Campanella, El hijo de la Novia. Hay una escena muy graciosa en que Rafael, interpretado por Ricardo Darín, se cuela a la casa de su esposa de la cual está divorciado hace algunos años y luego de que discuten por distintas razones, ella le dice “¡Ay Rafael, agarro las obras de Freud y el índice te describe!”. A mí me pasó algo similar con este libro: me sentí casi retratado en muchas de sus páginas.

En ese recorrido aprecié profundamente como los participantes  ponen en palabras algunas intuiciones que probablemente a muchos nos han rondado durante largo tiempo pero que nos cuesta  expresar con la claridad que lo hace Marcelo, cuando explica a propósito  de la relación con los padres: Los padres con los que hablamos, señores y señoras mayores tratando de vivir lo mejor que pueden sus últimos años, no son aquellos con los que deberíamos resolver nuestros problemas. Estos problemas se deberán resolver con los padres y madres internos, la huella que nuestros padres dejaron en nosotros y todavía nos controla.”

Este libro es un regalo lleno de ventanas, de con-sonancias que a través de preguntas y exploraciones abre posibilidades, ampliando la mirada sobre nosotros mismos y nuestras relaciones con los demás, que nos enriquece e invita a conocernos para vivir mejor. Se trata de un llamado a crecer a integrarse con uno mismo y con la humanidad.

Fernando Araos, Juan Pablo Cárdenas, Marcelo Lewkow y Mauricio Tolosa - Fotografía de Mariluz Soto
Fernando Araos, Juan Pablo Cárdenas, Marcelo Lewkow y Mauricio Tolosa- Fotografía de Mariluz Soto

Uno de los momentos más emocionantes del libro, quizás el climax, es cuando en la conversación sobre la vejez, a propósito del vivir y del morir, Lorena Seeger expresa Erikson plantea que en la vejez el dilema es la integridad versus la desesperanza. O sea, en ese minuto, cuando tu cuerpo te duele y ya no tienes las mismas capacidades, haces un balance de lo que ha sido tu vida, y si las cifras son mas azules que rojas, debería inundarte un sentimiento de esperanza, de gratitud hacia toda la especie humana que trabajó antes para que tú llegaras ahí, sentirte parte de la existencia humana como uno más.

En esa misma entrevista, a propósito de quienes dejan su lugar a las nuevas generaciones, Lorena enfatiza en ese sentir “que uno aportó un granito a la cultura, a la civilización, a todo el transcurso de la humanidad, que no le pertenece. No es “yo hice todo esto, yo partí de cero, a mí nadie me ayudo, sino que contribuí a los siglos y siglos de granitos que se han ido poniendo”. Esa es la trascendencia, pero es una trascendencia vista desde la generosidad.”

Yo destaqué estos dos momentos pero supongo que a nadie le cabe duda que estos deben ser temas que me rondan a mí, y que probablemente una madre joven o un padre con hijos adolecentes o quién está sufriendo la crisis de la Edad Media, habría destacado otros momentos del libro igualmente poderosos.

El texto fluye, vuelve, retoma y profundiza como si todo el libro fuera una sola entrevista en ese particular estilo que tiene Marcelo Lewkow. Navegamos encantados por este camino de crecimiento, plácidamente, sintiendo el beneficio casi terapéutico de la conversación,…pero de pronto cada cierto tiempo se cruza la pregunta pragmática y ¿para qué sirve todo esto? Casi al final del libro Benny Oksenberg explica “Cada plano de la personalidad merece un desarrollo completo, porque una persona que tiene un desarrollo completo posee mayores potenciales de bienestar, de creatividad y de goce.

Mauricio Tolosa Fotografía de Jenny Mondaca
Mauricio Tolosa Fotografía de Jenny Mondaca

Señalaba que fueron tres las hebras de mi lectura: la segunda fue la conversación generativa.

Cuando decía que este libro expande y amplía nuestra mirada, eso no solo tiene que ver con los temas humanos y cercanos que nos tocan de distinta manera, sino con la forma de abordarlos, con el estilo de conversación que propone Marcelo.

Es una conversación amable y creativa, sin concesiones facilistas o simplistas, pero que tiene siempre presente que la audiencia podemos ser personas que no estamos familiarizadas con la complejidad y la nomenclatura del psicoanálisis, y por lo tanto, se da el tiempo de volver sobre los conceptos, de buscar ejemplos, de acercarlos educativamente, en el sentido más noble y apasionante de la palabra, hasta el radioescucha o lector interesado.

Estas conversaciones, en un clima de confianza y libertad, crean un espacio apreciativo donde las preguntas convergen en un proceso de diálogo que reconfigura a los participantes. Esa forma de conversar amable y honesta hace participar a los radioescuchas o lectores, invitándolos a explorar sus propios procesos con confianza y con menos juicios. La virtud del libro en relación a la transmisión radial, es que el espacio y el tiempo para el desarrollo del proceso del lector son mucho mayores.

Otra consecuencia de ese estilo conversacional es que enriquece literaria y comunicativamente un texto que podría haber sufrido la aridez de los especialistas. En efecto, sin que exista un perfil de presentación que los describa en profundidad, cada participante emerge como un personaje particular, develándose no solo como un especialista en algún tema específico sino que exponiendo públicamente sus estructuras, su carácter, su humor, sus modos y lenguajes, sus referencias. El libro tiene un ritmo que no solo está dado por los temas sino que por la riqueza de cada uno de sus entrevistados/personajes protagónicos.

Fernando Araos, Juan Pablo Cárdenas, Marcelo Lewkow y Mauricio Tolosa - Fotografía de Jenny Mondaca
Fernando Araos, Juan Pablo Cárdenas, Marcelo Lewkow y Mauricio Tolosa- Fotografía de Jenny Mondaca

Y finalmente, la tercera hebra que me acompañó a través de la lectura es la manera de constituir una panorámica del estado del arte del psicoanálisis  en el Chile de hoy. Esta perspectiva realizada a través de los diálogos con sus cultores, invita a quienes venimos de otros horizontes prácticos o teóricos a conversar y relacionarnos con conceptos y distinciones que enriquecen nuestra comprensión de los fenómenos humanos. No conozco otros libros de estas características en otras disciplinas: el formato me parece un hallazgo generador y generoso. Si no hubiese leído la entrevista a León Cohen probablemente habría dicho que siento una “sana envidia”, pero ahora me queda claro que admiración es la palabra correcta.

En el epílogo, Carla Fischer cuenta que “con este libro intentaron dar un paso para producir una apertura hacia las personas interesadas en el psicoanálisis y su mirada de lo humano”. Me parece que el intento está plenamente logrado.

Gratitud a Marcelo Lewkow, a todos sus entrevistados y a todos los que hicieron posible esta aventura hacia el descubrimiento y este viaje por el psicoanálisis.

*Comentario en la presentación del Libro “Equilibrio emocional para personas sanas” de Marcelo Lewkow realizada en la Sala Master de la Radio de la Universidad de Chile.

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