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La arquitectura nace con la idea de entregarle un lugar de refugio contra las inclemencias de la naturaleza al hombre. Luego con el tiempo, movimientos más, tendencias menos, ha ido variando sus motivaciones y concepciones en la sociedad.

Podríamos entender que la arquitectura es una ciencia social con aplicaciones concretas, pues debe atender las necesidades subjetivas del ser humano, momento histórico, coyuntura y otras abstracciones pero, debe conjugarlo con la matemática y la física. Por eso creo que un arquitecto es una suerte de sociólogo constructor y un psicólogo matemático.

La arquitectura tiene entonces una responsabilidad social, nace desde el hombre y para el hombre. Pero, hoy sólo es un recuerdo romántico la idea de una arquitectura social, una arquitectura que privilegie al hombre por sobre los negocios.

El año 2013 murió el icono de esta idea social de la arquitectura, Don Fernando Castillo Velasco, político y docente. Uno de los pilares de su pensamiento en relación a la profesión es el ser arquitecto es un gran compromiso social. El arquitecto de la histórica Unidad vecinal Portales, Las Torres de Tajamar y La Universidad Técnica del Estado, son   muestra de su filosofía. El complejo Portales apunta a la comunicación de los vecinos, plazas interiores con áreas verdes y pasillos amplios. Construidos con materiales que hasta el día de hoy, le han permitido mantenerse incólumes a los terremotos del 85 y el 2010. A diferencia de  los Alto Río, Macul Plaza, Sol Oriente, Condominio Paseo Las Flores entre otros[1].

En materia social, la lucha por una vivienda es un asunto histórico y la lucha por una vivienda digna es más posmoderna. El sistema siempre va generar desigualdades, el Estado debe tratar de solventar esas desigualdades y como el Estado es un padre adolescente, en Santiago crecen las poblaciones “callampas” (apodo totalmente denigrante y vaciador de humanidad) y lo que hoy los tecnócratas han llamado “asentamientos informales”, un  eufemismo barato de quienes tiene una educación que los hace creerse  elite.

Contra esa clasificación lucho el profesor Fernando Castillo Velasco y eso les enseñó a sus alumnos de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Arcis.

En el año 2011- año que postulo en mi tesis como el año de los Nuevos Movimientos Sociales-nació UKAMAU, una asociación de pobladores que lucha por “la conquista de nuestro derecho a la vivienda, pero siempre hemos dicho y nos hemos propuesto luchar por mucho más que la casa, nuestra lucha es por conquistar una vida digna, por recuperar nuestros derechos, por desarrollar nuestro propio poder y construir un nuevo barrio”

 

Los pobladores han decidido ser partícipes en la construcción del derecho a techo. No dejarle al SERVIU, la decisión total y autoritaria ¿Por qué? Nadie quiere vivir en una casa “chubi” o una casa de nylon, casas que se llueven, tienen dimensiones carcelarias y se construyen en complejos carcelarios. Y, tienen graves defectos en tema de materiales, alcantarillado e iluminación, sumémosle que los construyen en zonas lejanas. En definitiva, el Estado a través del SERVIU hace lo que quiere con las personas que quieren un lugar para vivir. Amparados en esa necesidad, ejercen violencia y generan verdaderos guetos.

“Cuando hablamos de la construcción de un nuevo barrio y de poder popular, hablamos de que somos nosotros los que tenemos que decir conjunta, participativa e informadamente nuestras propias reglas; somos nosotros, y nadie más que nosotros, los que tenemos derecho a decidir sobre cómo queremos vivir.”

Quizás usted no los conoce y en los medios tradicionales los definieron como: grupo de personas que cortan el tránsito en avenida General Velázquez. Me pregunto ¿Existe algo más vaciador de humanidad que las noticias? Ellos vestidos de objetividad y parados frente a las cámaras de televisión buscan interpretar el papel que es funcional a los grupos de poder. Todo programa de televisión, más aún los noticieros, son una puesta en escena que busca convencernos, no informarnos.

El cruce de la teoría y la realidad.

Confluyeron en un mismo momento histórico, en la misma curva del espiral o como desee llamarlo UKAMAU y dos estudiantes de arquitectura de la Universidad Arcis. Y, en ese momento la teoría se cruzó con la realidad.

Marcados por Fernando Castillo de Velasco, los arquitectos decidieron hacer su proyecto de título a través del diseño de un conjunto habitacional para UKAMAU. Las reuniones entre los pobladores y los aspirantes a arquitectos se sucedieron a lo largo del tiempo. La magia de hacer algo por los demás sin esperar una recompensa material, trascendencia, la posibilidad de conocer otras realidades, comunicación y la sinergia que se produjo hizo posible que los pobladores pudiesen ver plasmadas en un proyecto todas sus inquietudes y necesidades para un vivienda digna.

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¿Por qué digna?

Una vivienda digna debe cumplir ciertos requisitos que ayuden a reafirmar la idea de dignidad humana. Entendiendo por dignidad humana “La dignidad humana es el derecho que tiene cada ser humano, de ser respetado y valorado como ser individual y social, con sus características y condiciones particulares, por el solo hecho de ser persona”[2].

Lo anterior debemos traducirlo a las condiciones en términos de dimensiones, materiales y ubicación de una vivienda dentro de un conjunto habitacional. No es digna una casa cuyas delgadas paredes permiten escuchar al vecino. No es digna una casa que cuando el vecino de arriba tira la cadena del baño al de abajo se le llueve su baño. No es digna una casa cuyo colector de aguas servidas se inunda todos los inviernos, brotando mal olor y siendo foco de infecciones. No es digna una casa que se encuentra al lado de una autopista y que los ruidos de los autos provocan gran stress auditivo a los habitantes. No es digna una vivienda que se entrega con las habitaciones sin puerta. Los vidrios mal sellados, las terminaciones mal hechas. Y, por último no es digno para una persona que vive en Cerrillos la manden a vivir a Puente Alto.

A veces, me pregunto: Estos tecnócratas, considerarían ir a vivir a las casas que ellos entregan. De cierto, en cierto les digo que no lo harían. Es fácil decidir sobre las vidas de los demás sentados en una oficina, ver los planos y pensar que si achicamos aquí y recortamos allá podemos meter más departamentos o casas. Es fácil desde la comodidad de la casa pensar: Quitemos áreas verdes o los estacionamientos, total son pobres, nunca tendrán autos. Es ahí donde el SERVIU y sus burócratas se transforman en lo peor de la profesión, es ahí donde se pierde la idea de trabajar por el bien de los demás. En ese delicado momento un organismo del Estado se transforma en una constructora privada como Santa Beatriz, Nollagam Limitada, Jahuel Ingeniería y Quinched, DLP y General, Novatec y el Bosque entre otras[3]

Otra vez vemos un ejemplo de oposición al sistema concreto, trabajar para los demás, poner en verbo lo que se ha aprendido.

La Universidad no es un lugar que te asegurará dinero, no es un lugar para ir a sacarse buenas notas, no es para llenar tu pared con diplomas y menos con el fin de ser parte de una elite. La Universidad es para debatir, aprender, escuchar el discurso y ser crítico frente a él. Y, finalmente aprender a ser más humano, sacudirse el materialismo e individualismo con el que nos baña el sistema, los medios de comunicación y la publicidad. El icono de la arquitectura social murió pero, su paradigma no.

 

*Fotografía principal de Wiki Commons, compartida por B1mbo CC BY-SA 3.0



[1] http://www.emol.com/noticias/nacional/2010/03/04/401680/lista-de-edificios-nuevos-danados-por-el-terremoto-sigue-engrosandose.html . (14 de mayo 2015)

[2] http://deconceptos.com/ciencias-juridicas/dignidad-humana. (15 de mayo 2015)

[3] Estas son las constructoras e inmobiliarias de los edificios más dañados en Santiago. http://ciperchile.cl/2010/03/15/estas-son-las-constructoras-e-inmobiliarias-de-los-edificios-mas-danados-en-santiago-2/. (15 de mayo 2015)

 

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