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“Hay cientos de cadáveres en la morgue de Chañaral. Las autoridades niegan existencia de desaparecidos ( igual que Pinochet). Los intendentes, gobernadores y funcionarios de gobierno brillan por su ausencia. Las ballenas de Punta de Choros mueren envenenadas por las toxinas causadas por el desborde de los relaves mineros. La Presidenta Bachelet está escondida porque no se atreve a enfrentar a los miles de damnificados. El meteorólogo que dio la alerta fue despedido de la Dirección Meteorológica. El Director de la ONEMI se declara en estado crepuscular. Etc, etc, etc… cagada tras cagada.”

¿Es necesario tanto invento para darle realce a la tragedia? ¿No basta la monstruosa magnitud real de la catástrofe para motivar y unir a los chilenos? ¿Por qué al morbo de la tele se agrega el inexplicable morbo de los intelectuales que condenan a diestra y siniestra al solo toque de sus flamantes i phones?

Ya no somos los chilenos que ganamos el plebiscito, derrotamos la dictadura, luchamos por nuestros sueños y lo hicimos con alegría. Somos desconfiados, resentidos, intransigentes y con un nivel de frustración alarmante que no conoce de resiliencia. Sin líderes, sin partidos, sin organizaciones, sin redes solidarias, sin causas por las cuales jugarse la vida, nos consumimos en nosotros mismos.

No ejercemos la crítica, denostamos. No discutimos con nuestro adversario, lo insultamos. Solo aceptamos las opiniones que son iguales a las nuestras, acomodamos los hechos a nuestra propia conveniencia y no vemos las cosas como son sino como las queremos ver.

En 1988 tuve el honor de escribir ese himno emblemático, “Chile, la alegría ya viene “. Ahora no estoy disponible para escribir “Chile, la amargura llegó”.

Total, en Facebook hay hartas plumas que la escribirían de una patada. Y de paso, con hartas chuchadas de yapa p’al que lee.

A lo mejor estoy equivocado. Ojalá. Si es así, prometo no insultar, denostar ni descalificar a nadie.

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Alguien comentó sobre “¿Apocalipsis Now? La catástrofe y dos más…

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