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Imposible  es ausentarse de  los acontecimientos en la Araucanía, por ejemplo: la muerte del comunero José Quintriqueo y a nivel internacional la indemnización que el gobierno norteamericano entregó al pueblo Navajo (US$ 554 millones).

Los medios tradicionales entregan una versión  del conflicto y los medios no tradicionales una versión absolutamente distinta. Obviamente en la Araucanía hay un conflicto que se arrastra desde 1536 denominado “Guerra de Arauco”, este conflicto volvió a estar en la noticias desde el retorno a la democracia (1990). Pero más allá del conflicto mismo, hay preguntas que se deben responder para saber cómo funcionan los actores y medios de comunicación. ¿Qué es un conflicto asimétrico? ¿Cómo abordan los medios de comunicación el conflicto? Y por último ¿Qué sucede en la psiquis de los individuos en conflicto? Trataré de construir un camino racional sobre el conflicto.

¿Qué es un conflicto asimétrico?

El conflicto en la Araucanía se da entre el Estado de Chile y la etnia Mapuche. La etnia  Mapuche tiene dos acepciones según el lugar desde donde se mire el conflicto. Una mirada puede significar como: La lucha legítima de un pueblo originario que fue despojado de sus tierras por  empresarios madereros y el Estado chileno. La Segunda lo define como un grupo extremista. Es voluntad de ustedes ver con cuál de estas definiciones se quedará. Lo claro es que las fuerzas en disputa no son simétricas, en castellano simple, el pueblo mapuche reclama sus tierras con barricadas, corte de caminos y el gobierno respondiendo con fuerzas especiales y aplicando la ley anti-terrorista.

“Las armas y el potencial destructivo de los enemigos enfrentados en una guerra asimétrica son, por regla general, desproporcionados; si los adversarios  tuvieran que encontrarse cara a cara en un campo de batalla para combatir de manera ortodoxa, el enfrentamiento se resolvería en un santiamén, lo cual habría sido un desenlace previsible desde el primer momento”[1].

Una categoría de diferenciación es también la tecnología del armamento usado por los bandos en conflicto, mientras el pueblo mapuche usa palos y chuecas, el Estado responde con balines y gas lacrimógeno. Mientras el pueblo mapuche corta caminos, esperando que esto recuperar la tierra de sus ancestros, el Estado defiende un orden legal objetivo (carente de emocionalidad). Este conflicto también es asimétrico en el componente emocional.

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¿Cómo abordan los medios de comunicación el conflicto?

Los medios de comunicación nos mantienen informados 24/7. No es posible desconectarse del conflicto, vivimos el paradigma de la conectividad total. En materia de conflictos armados todo cambió el año 1991 en la Guerra del Golfo, conflicto que fue transmitido en código de videojuego y reality show. La violencia es presenciada en alta definición y sonido envolvente, la realidad es vaciada de sus símbolos. La manera de cubrir los conflictos bélicos ha evolucionado desde 1990, hoy el conflicto en la Araucanía es abordada desde una lógica microscópica, las imágenes son crudas, los llantos desgarradores y la sangre de los niños se huele. El conflicto es real, pero la crudeza de esta realidad y la transmisión total del conflicto (facebook, twitter, instagram, etc.) y la exacerbación del goce microscópico han hecho circular hacia la hiperrealidad

“Es preciso pensar los mass-media como si fueran, en la órbita externa, una especie de código genético que conduce a la mutación de lo real en hiperreal, igual que el otro código, micromolecular lleva a pasar de una esfera, representativa, del sentido, a otra genética de señal programada”[2].

Los medios de comunicación han elevado exponencialmente el goce escópico lacaniano, y con esto han llevado a la convivencia en un mismo plano a realidad y fantasía. La hiperrealidad es el contexto del conflicto en la Araucanía , un lugar que para la mayoría de los chilenos y el  mundo existe sólo dentro de la televisión o computador, un lugar que se materializa en las fotos que son subidas a facebook, los video viralizados en youtube o los #hashtags en twitter e instagram. Los mass-media y su hiperconectividad han vaciado de sentido la muerte y el dolor. En la hiperrealidad debemos ver el dolor de frente, ver a los niños con marcas de balines en el cuerpo y como las mujeres son arrastradas por el aparato represivo del Estado y hacer una pausa para sacar una cerveza fría del refrigerador, es decir: Vaciar totalmente la realidad de emociones y sentimientos.

¿Qué sucede en la psiquis de los individuos en conflicto?

El paradigma de vida cambia, interpretan en blanco y negro. Los sujetos en conflicto viven en una cúpula polarizada, un bando es el bueno y el otro bando es el malo. El stress de la posibilidad cercana de morir genera un estado constante de alerta en los sujetos, se activa el modo de supervivencia. El modo de supervivencia se genera por una constante liberación de adrenalina, esto permite la agudización de los sentidos y una tensión en los músculos. Consecuencia los sujetos en realidad de conflicto duermen poco, piensan mucho, generan ansiedad y respiran incertidumbre. Las relaciones sociales se congelan entre los bandos en disputa; la violencia toma el control. Y se instala el paradigma del colonizador y el colonizado.

Los winkas son los colonos y los mapuches los colonizados. En toda realidad de colonización el sujeto colonizado siempre, repito, siempre va querer liberarse de la opresión del colono y a este intento de liberación el colonizador opondrá la violencia de la maquinaria bélica que posee. La violencia se transforma en una moneda de cambio entre colonizados y colonos. El colonizador intentará reprimir cualquier señal de independencia del colonizado, pero lejos de apagar el fuego, estas acciones generarán más violencia

“Las represiones, lejos  de quebrantar el impulso, favorecen el avance de la conciencia nacional”[3]

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Se instala el maniqueísmo del pueblo originario y el pueblo invasor. La conciencia empieza a operar en modo automático, la moral se relativiza y los marcos son funcionales a la causa.

La violencia se conjuga como bien supremo en los procesos de descolonización, y hoy en los conflictos asimétricos como el de la Araucanía. La violencia es un espiral ascendente, una vez lanzada la primera piedra, sólo se puede esperar el disparo de la primera bala, el primer muerto y la quema de algún predio, la violencia no conoce vuelta atrás, una vez desatada devorará todo a su paso e impondrá los términos de su realidad. Para mí el conflicto entre mapuches y el Estado chileno

“Es la violencia en estado de naturaleza y no puede inclinarse sino ante una violencia mayor” [4]

En definitiva en mi opinión los conflictos operan desde la negación del otro, operación apoyada por los niveles de tensión psíquica del individuo y convivir con las constantes demostraciones de poder por parte del Estado como por ejemplo: la llegada de tanquetas y personal del GOPE a la zona. Los sujetos en conflicto viven respirando la pólvora, el metal de la sangre, las sirenas que anuncian la llegada de fuerzas especiales de Carabineros, el llanto, familias desalojadas. En consecuencia viven el apocalipsis a diario.

 

Bibliografía

[1] Bauman,Zygmunt. “La sociedad sitiada”. Editorial Fondo de cultura económica. Pág. 128
[2] Baudrillar,Jean. “Cultura y Simulacro”. Editorial Kairós. Pág.
[3] Fanon, Frantz. “Los condenados de la tierra”. Editorial Fondo de cultura económica. Pág. 64
[4] Fanon, Frantz. “Los condenados de la tierra”. Editorial Fondo de cultura económica. Pág. 54

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