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Ha sido publicado el resultado de los Fondos de Cultura del Consejo Nacional de la Cultura para el año 2015. Algunos felices, otros sienten ese nudo y la pregunta formulada con mucha impotencia: ¿Y ahora? ¿Cómo continuar?

Una lista de ganadores que es constituida  entre otros, por  el centro cultural de un grupo bancario  ubicado en el sector alto de Santiago, al que le adjudicaron 150 millones de pesos para su proyecto. En comparación,  una región completa del país,  tiene un poco mas de 140 millones para todas sus iniciativas  regionales.

¿Qué señal dan los evaluadores y  jurados al aprobar un monto de ciento cincuenta millones de pesos  a la corporación de un banco que además al parecer cuenta entre su equipo directivo con  un alto ex funcionario del CNCA? ¿Que señal está dando este grupo bancario al concursar a este fondo?

Si ellos, las corporaciones culturales de los bancos buscan financiamiento en el  Fondart en vez de hacerlo entre sus propios asociados, sus fondos privados,  vía Ley de donaciones culturales,  auspicios,  y jurados y evaluadores de dan estos recursos al banco, entonces ¿Que dejan ellos para otros que no tienen ninguna posibilidad de acceso a este tipo de fondos privados? Algo claramente no anda bien.

Todos sabemos que estos fondos se crearon a principios de 1990,  como lo que todos entendían una “salida de emergencia” frente al abandono en que se encontraba la cultura y los artistas de la época.

Está claro también,  que  la antigua Dirección de Cultura del Mineduc y ahora el CNCA , no tienen ninguna responsabilidad en las decisiones que se toman respecto a lo que se financia, pues estas decisiones son tomadas por evaluadores y jurados externos que cada año tienen distintas miradas y criterios. En todo caso aunque esto sea así, no hay concurso en que un ministro no  deba dar explicaciones de los resultados y explicar la cuestionable independencia del proceso. ¿Y entonces?

Uno de los puntos graves de toda esta situación, es que dichos fondos, carecen de recursos para seguimiento, evaluación de impacto y evaluación de procesos. Los fondos año a año financian proyectos que no son sistematizados en el contexto regional y nacional, entregan productos,  pero la mayoría de los productos también se diluyen en el espacio y el tiempo. Sin evaluación ex post,  sin indicadores ni  análisis, los fondos han seguido creciendo con las buenas intensiones y con los mismos problemas estructurales de su inicio. Los Fondos siguen avanzando en base al ensayo y error. Hoy,  al parecer estamos de acuerdo que el desarrollo cultural del país no debe estar centrado en ellos.

Dentro de este contexto, no hay como saber que pasa con  la historia de los miles de millones de pesos que se han distribuido  en cada localidad y región del país desde que se crearon los fondos concursables.  Tampoco es posible saber como se ha incrementado y en que áreas la actividad cultural del país, como se ha beneficiado o no a las regiones o si ellas  han fortalecido sus capacidades. ¿Hay mejores y mas artistas en regiones? ¿ha aumentado la formación artística en regiones? ¿hay mas elencos? ¿cartelera? ¿Ha aumentado el publico? ¿en que áreas?

¿Mejoran efectivamente  estos  fondos la situación de los artistas,  los que hoy sabemos son una clases trabajadora desmejorada y carente de los mas básicos recursos?

También es preocupante  constatar que en todas las regiones , existe la asignación del 2 % del Fondo de Desarrollo Regional para cultura, que muchas veces duplica o triplica el fondo que tiene el CNCA para cada región. Cada zona de Chile distribuye sus fondos del llamado 2% de cultura con su propia metodología, reglamento y estrategia. Ha habido intentos infructuosos de articular ambos esfuerzos,  los del CNCA con los Gobiernos regionales. Son todos los recursos de un mismo  Estado.

Cuando hablamos de financiamiento de la cultura y de fondos concursables, hay demasiado que estudiar: ¿Cuanto es la demanda no cubierta de los fondos? Es decir cuantos proyectos postulan y al no tener financiamiento no se pueden realizar? Que pasa con ellos? Cuanto perdemos como país de estas buenas ideas? ¿Y que pasa con las regiones? ¿Porque hay regiones que casi no califican para tener proyectos de evaluación nacional como son la música, el libro e el audiovisual? ¿Qué se hace con esos artistas, esas  regiones que no califican según la apreciación de un jurado nacional?

La actividad cultural hoy en Chile, surge de las intensiones de las personas que las lideran (gestores y artistas)  junto a las instituciones que tienen lineamientos y estrategias para la gestión de la cultura. La gestión misma  de la cultura, es un área completamente nueva y que recién se estudia y  aplica en Chile y muchos de las situaciones que vemos como problema, son causa de esta nula planificación, diseño de estrategias.  Todavía no sabemos de planificaciones a mediano y largo plazo, y con las dificultades presupuestarias y los fondos concursables es aún mas difícil imaginarlo.

Por eso hablar de eliminar los fondos no es cosa de un día. Se necesita una institucionalidad cultural fuerte, mandatada para articular, organizar, convocar y cohesionar la dispersión que existe hoy en las instituciones y los fondos para la cultura. Se requiere de artistas organizados y empoderados, pero sobre todo, una institución capaz de dialogar y progresar incorporando la diversidad territorial y las identidades locales dentro del contexto de la nación.

Ejemplos sobran de cómo hacer las cosas,  ganas hay. De seguro pronto aparecerán más reflexiones en torno al resultado de los fondos de este año y a la necesidad de buscar otros mecanismos para el financiamiento de la cultura. Los estamos esperando para continuar con el debate.

Sitiocero Cultura

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