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“Macbeth”, tragedia en verso y prosa escrita por William Shakespeare hacia 1606, es uno de los más descarnados y lúcidos estudios sobre la ambición de poder que nos ha entregado el teatro. Esta tragedia escocesa ha cruzado los siglos con pasmosa vigencia, como un fatal e inequívoco augurio de que el manantial de sangre que el hombre ha derramado por su sed de poder dificilmente agotará su existencia.

Así lo entendió el director surcoreano Sungwoong Koh y la agrupación Play Factory Mabangzen, quienes trajeron a Santiago, como parte de la reciente versión 2015 del Festival de Teatro Santiago a Mil, una logradísima revisión de este clásico inglés titulada “Killbeth”.

Koh ambienta su versión de ‘Macbeth’ en una colonia penal de alta seguridad situada en una futurista y devastada Corea del Sur. Allí bandas rivales se disputan territorio y armas para imponer cada cual su voluntad e intereses. Macbeth es brutalmente azuzado por su mujer (magistralmente interpretada por un hombre), quien lo empuja a asesinar sin tregua a quien pueda oponerse a su ascenso. El protagonista no trepida así en deshacerse de sus rivales hasta acceder a la jefatura de la pandilla, sembrando caos y destrucción en el penal, con el consiguiente reguero de muerte y destrucción.

En lo estético, ‘Killberth’ recurre a dos claras fuentes cinematográficas: las peliculas de samurai y las de western; también incorpora algo tomado de la ciencia cicción con claros guiños a cintas como “Blade Runner” (de R. Scott) y “Escape de los Angeles” (de J. Carpenter).

El conjunto actoral despliega una energía a toda prueba dentro de una puesta en escena de gran exigencia física e histriónica, en la cual abundan las escenas de artes marciales y luchas con katanas. La atmósfera de devastación y caos está plenamente lograda mediante recursos de iluminación, humo y proyecciones que muestran incendios y derrumbe de edificios -imposible no recordar la caida de las Torres Gemelas en Nueva York.

En vigorosa y apretada hora y media, Koh logra un acabado retrato de la distorsión y deshumanización del hombre en pos del dominio politico mediante la fuerza, y deja ver claramente que los clásicos permiten, muchas veces, constatar que el mal que puede causar el ser humano no conoce limites de tiempo ni espacio.

“Killbeth” es un logrado retrato de una pareja de asesinos que hace de las suyas para conseguir el poder. En definitiva, una trama muy actual.

Video extraído de Youtube

 

Sitiocero Cultura

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