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“No puedo esperar desenmascarar a esa farsante”. Esta es la sentencia que declara al comienzo de Magia a la luz de la luna (2014), el escéptico y racional Stanley Crawford, personaje correctamente interpretado por Colin Firth. En el último estreno del genio cómico Woody Allen, Crawford tiene como hobby, arte y un oficio poner al descubierto los fraudes de charlatanes, médiums, videntes y magos. No cree en la fe ni en nada que se salga de lo puramente científico. Curiosamente, por años se ha ganado la vida presentándose en giras como mago vestido de chino y manejando al dedillo los “trucos” del arte del ilusionismo.

Desafiado por su amigo Howard Burkan (Simon McBurney), -también mago-, se da a la tarea de viajar a la Costa Azul francesa, donde lo espera la buenamoza y joven médium Sophie Baker (una fresca y lúcida Emma Stone), a quien ve como un delincuente próximo a capturar. Ella por lo demás está comprometida en matrimonio con el joven heredero Brice Catledge (Hamish Linklater), hijo de Grace (Jacki Weaver), la dama que desea contactarse desde el más allá con su esposo fallecido. Stanley, por su parte, acepta la empresa, postergando unas anheladas vacaciones con su novia Olivia (Catherine McCormack).

A través de su alter ego Stanley Crawford, Woody Allen muestra en estilo de comedia liviana su visión pesimista de la vida, su frialdad y cinismo frente a la miseria humana. Cuatro veces ganador del Oscar, además de otros premios como el BAFTA, los Globos de Oro, el Goya, el de San Sebastián, entre otros, el realizador insiste acá en hacer lo mismo que en prácticamente todos sus filmes: intentar desmitificar lo divino y evidenciar las bajezas humanas. El telón de fondo, en este caso, son los bellísimos parajes de la Costa Azul y el entorno de las clases acomodadas de la década de 1920.

http://youtu.be/ze56J8ECf6o

 

Magia a la luz de la luna es una comedia romántica, por lo que las principales obsesiones del director son tratadas de forma distinta a como lo hiciera en dramas como Amor y muerte (1975), Annie Hall (1977), Hannah y sus hermanas (1986), Misterioso asesinato en Manhattan (1993) o Blue Jasmine (2013). Una de esas obsesiones, la muerte, apenas roza la trama cuando uno de los personajes centrales de la historia tiene un accidente automovilístico y está en riesgo su vida. Pero no hay una reflexión profunda sobre la vida y la muerte, tan presente en cintas como Interiores (1978), La otra mujer (1988), Crímenes y pecados (1989) y Alice (1990). Dios, otro de los tópicos de Woody Allen, cruza transversalmente la trama a través del pensamiento hablado de Stanley. En un momento de la historia, el inglés define a Dios como una droga para mentes primitivas. Según la mente de Crawford, la “verdad” es una sola y está en la ciencia y en lo materialmente visible. Cualquier otra cosa es superstición.

Una vez que la trama da un cierto giro y los personajes caen en la cuenta que hay tantas realidades como seres humanos existen, –rompiendo el maniqueísmo dualista que hasta entonces hacía de ésta una muy asfixiante e infantil comedia-, se comienzan a legitimar opciones como el ocultar verdades dolorosas como forma de evitarle sufrimiento a un ser querido. Esto ya lo había dibujado Woody Allen en Vicky Cristina Barcelona (2008), esa historia de tríos amorosos, amistades leales y deseos no confesados a tiempo. Y este tópico de “ocultar o maquillar la verdad para no causar daño” se complementa en ambos filmes con otro tópico: el de la joven protagonista que vacila entre dejarse llevar por el corazón, la pasión y el amor o la seguridad de un “buen partido”, la estabilidad y un buen pasar de viajes, joyas y lujos.

¿Stanley Crawford logrará bajar la altura de la barrera racional que lo encierra? ¿Terminará reconociendo en sí la pasión y la magia? Los dones que explota Sophie para ganarse la vida sorprenden al seco Crawford, adivinando varios de sus más íntimos secretos.  ¿Qué decisiones tomará finalmente Sophie para su vida? Y, más importante todavía, ¿cuáles Stanley?

Magia a la luz de la luna es una comedia menor dentro de la filmografía de Woody Allen. De todas formas, vale la pena emprender el viaje que esta historia nos propone.

VIÑETA-Cine con René Naranjo

FICHA TÉCNICA
Título original: Magic in the Moonlight.
Dirección: Woody Allen
Con: Colin Firth, Emma Stone, Eileen Atkins, Simon McBurney, Hamish Linklater, Marcia Gay Harden.
Calificación: Todo espectador
Duración: 97 minutos.

 

Periodista U. de Chile y participante del Taller de Cine UC – Sitio Cero

Sitiocero Cultura

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