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El clima del país está denso, no sólo los escándalos políticos y empresariales de los casos Penta, Caval y SQM han marcado la pauta estas últimas semanas, los desastres naturales también han hecho su parte porque evidencian una terrible realidad: Chile es un país muy olvidado.

No sé si es porque estamos acostumbrados a las soluciones a corto plazo o porque tenemos mala memoria, pero cada vez que estamos en una crisis nos baja un instinto solidario admirable, pero cuando las noticias dejan de mostrarnos el dolor y la tragedia, algo pasa que se nos borra la memoria y seguimos viviendo en la indiferencia y el individualismo, y peor, seguimos votando por los mismos que prometieron legislar para protegernos y hoy brillan por su ausencia.

Es doloroso ver en las noticias a un Chile apartado, carente, abandonado a los límites, sin políticas que ayuden al desarrollo sustentable de las regiones, vendido al progreso y sin protección por la identidad cultural y natural… hace perder un poco la esperanza.

Desastres naturales y educación

Tal como nos cuenta Andrés Fock en esta publicación, los últimos 10 años Chile ha sufrido todo tipo de catástrofes, muchas de ellas podrían haberse mitigado o prevenido si se hubieran tomado medidas de emergencia necesarias en el momento adecuado, y si se le hubiera enseñado a las personas a conocer el lugar donde viven y a entender los procesos normales y anormales de la naturaleza tan diversa que nos tocó tener.

Demás está decir que si los gobiernos dieran la importancia y recursos necesarios a los organismos de emergencia probablemente otras serían las consecuencias. Siempre se nos dice que uno aprende con la experiencia, pero pareciera que en Chile eso no sucede, es cosa de ver las imágenes del Norte y compararlas con el Aluvión de 1991 para entender que no hemos aprendido nada y que las autoridades no se comprometen con el bienestar de las personas a largo plazo.

Hoy se cumplen 24 días desde que comenzó el incendio en la región de la Araucanía que afecta al Parque Nacional China Muerta y al Parque Nacional Conguillío lugares donde se han quemado cerca de 12 mil hectáreas de araucarias y bosque nativo y donde han muerto cientos de animales. La respuesta tardía de las autoridades, la falta de implementos para los brigadistas, el retraso en la llegada del químico retardante para hacer cortafuegos, y otros factores de gestión han dejado como consecuencia una pérdida irreparable para nuestro ecosistema y nuestra memoria ancestral.

Pero dentro de todo este desastre, este caos, hay personas que nos demuestran valor, que no se dan por vencidos, y se aferran a la esperanza. Hay quienes dejan la comodidad del hogar por salvar la vida de otros, o se ponen de frente para cuidar nuestra tierra, hay quienes pueden dar un paso adelante y actuar, ellos son quienes con su ejemplo ayudan a no perder la esperanza, a encontrar la luz dentro de tanta oscuridad, ellos son los que deben servir de ejemplo para reconstruir la confianza y educar sobre el valor de la vida en comunidad.

Me pregunto, ¿Cuánto tiempo más podremos seguir sosteniendo la indiferencia y la amnesia social?

Quizás lo único que puedo pedir hoy es que no perdamos la memoria y protejámonos, nadie vive solo en este mundo.

Conversemos en Twitter: @caropaz_

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Alguien comentó sobre “Para reconstruir la confianza lo primero es no olvidar

  1. Chile es aún un país de enormes necesidades, avanzamos y retrocedemos constantemente debido a las catástrofes naturales que nos han acompañado siempre, somos un país “sufrido”.
    La corrupción, ahora develada, le ha hecho un daño inconmensurable al país, dando cuenta de una indiferencia e individualismo feroz, esto no es nuevo, siempre soterrado este individualismo e indiferencia ha marcado la diferencia y dividido a nuestro pueblo en desigualdades abismales que no le han permitido crecer en igualdad.

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