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Mucho se dijo y se escribió sobre el Holocausto, que dejó como saldo más de 6 millones de judíos muertos. Para relatar los sucesos, también el séptimo arte llevó a la pantalla gigante obras magníficas como La Lista del Schindler y el Pianista, por citar las más recientes. Conocer esta historia de cerca, forma parte no solo de una necesidad, sino una obligación.

Hoy podrán tener un día fuerte, nos alertó Guil Novack, responsable del Seminario Los Medios de Comunicación para la Paz en zonas de Conflicto, organizado por la Cancillería de Israel en la ciudad de Kfar Saba, de la que participamos 26 periodistas de América Latina. Llevamos 1 semana en este seminario, y todos los días, sorprenden los lugares visitados o las personas con las que nos entrevistamos. Pero ¿que habrá querido advertir Guil?. Luego de la visita a la Cancillería, nos dirigimos al Museo del Holocausto que está en la colina de Jerusalén, donde nos recibió Hilda Fainsilber, una guía turística que nació en Méjico y se crió en Brasil. Hilda nos explicó las razones por las que fue creado el museo y lo importante que es para las víctimas del Holocausto tener un lugar para el descanso y la identidad.

Yad Vashem 1
Yad Vashem 1

Hilda comentó la importancia del Yad Vashem, autoridad para el recuerdo de los mártires y héroes del Holocausto que fue establecida en 1953 por una ley del Parlamento Israelí. Desde su inauguración, le han confiado la tarea de documentar y conmemorar la historia del pueblo judío durante el Holocausto, preservar la memoria de cada una de las seis millones de víctimas e impartir el legado del Holocausto a las generaciones venideras por medio de sus archivos, biblioteca, museo e instituto de investigaciones a través del reconocimiento otorgado a los Justos de las Naciones.

Hilda, con una cálida voz, no se mostró como una guía común. Se tomó mucho tiempo explicando cada detalle del museo. Nos detuvimos frente a los árboles, plantados en la avenida de los Justos de las Naciones. Allí, nos contó la historia de una enfermera que logró salvar a más de 2.000 niños de un hospital; la de una secretaria de un consulado que hizo su parte entregando visas a los judíos. Recordarán la historia de Emily y Oscar Schindler?”, nos preguntó. Señalándonos el árbol de doble rama dedicado a este empresario y su esposa, que salvaron a más de 1000 judíos a los que contrató para trabajos en su fábrica. Fueron visibles las lágrimas a punto de brotar en los ojos de nuestra guía, sus palabras no solo eran datos para turistas, eran historias de vida que parecían resultarles familiares.

Yad Vashem 2
Yad Vashem 2

Yad Vashem es la organización central de la conmemoración del Holocausto y por esta razón recibió reconocimiento mundial por sus esfuerzos y logros. En el 2003, en su 50 aniversario, fue galardonado con el Premio Israel en reconocimiento por su labor a través de los años. La Primer Ministra de Alemania, Angela Merkel, también declinó la nominación a un premio internacional porque la institución que se merecía era el Yad Vashem, había señalado luego de visitarlo. Construido por el arquitecto Moshe Safdie en las entrañas de una montaña de Jerusalén, el museo “simboliza como fue cortada la vida de los judíos”, explicó al indicarnos el lugar por el que entraríamos. “Todo aquí es original, ropa, zapatos, fotos, pinturas realizadas por los judíos, también imágenes de científicos como Albert Einstein y Sigmund Freud, que lograron escapar del nazismo”, dijo. Pero el museo tiene mucho más, incluso réplicas del Gueto de Varsovia, con fotos, vídeos originales, los ladrillos de las calles y los rieles del tren.

En el interior del museo, hicimos una larga pausa en la entrada donde se exhibían proyecciones de fotos y filmes, simulando las casas de judíos en la década del 40. En cada ventana de las casas, se observaba a personas vivas, hablando, jugando, ejecutando un instrumento musical, entre otros. Son 6.000.000 de vidas y todas las generaciones que hubieran salido de esas generaciones enteras la que se perdió, nos recordó Hilda.

Yad Vashem 3
Yad Vashem 3

En otro rincón del memorial, hicimos otra pausa, larga, meditabunda, donde nos explicó que ya al final del la guerra, los soldados nazis cuando se enteraron que los rusos se encontraban en tierras alemanas, antes de huir, los fieles a Hitler creyeron que lo mejor era eliminar todo rastro de los judíos, por lo que decidieron matar a a 2000 prisioneros y quemarlos. Como dejaron los cuerpos quemándose, al llegar los rusos encontraron los cadáveres aun quemándose y recuperaron las fotos familiares de los muertos, así como documentos e incluso certificados de matrimonios. Estos recuerdos que conservaban los judíos asesinados, estaban exhibidos en el museo.

La siguiente parada nos condujo a una gran sala de archivos con biblioratos que contenían las identidades de las víctimas del Holocausto. “ Nos faltan el registro de más de un millón y medio de personas”, dijo al señalar los lugares aun vacíos. En el lugar, se encontraban colgadas las fotos de esas mismas personas, que se reflejaban en una fuente, simbolizando así el descanso en paz de los muertos. Sin dudas, ese fue un momento intenso para nosotros. Habíamos pasado mas de dos horas recorriendo el museo conteniendo el llanto….pero fue allí que muchos nos desplomamos. Al finalizar el recorrido, ingresamos al Memorial de los Niños, una sala iluminada solo por velas encendidas, reflejadas en espejos que en su conjunto simulaban ser un cielo estrellado. Hilda guardó silencio. En el lugar se escuchaban los nombres de más de 1 millón y medio de niños que murieron a manos de los alemanes. Nos despedimos en silencio. Alguien quiere preguntar algo?, dijo Guil. Que podíamos preguntar, o decir? Cualquier palabra sonaría vacía. Sin embargo, uno de los periodistas hizo un comentario “no sos una guía común”, dijo. A lo que Hilda respondió Soy hija de una sobreviviente….. Era todo lo que necesitábamos saber para entender todo. Salimos del Museo, con 6 millones de recuerdos y voces. Al final del día, frase común en Israel, lo que vale, es recuperar la identidad.

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