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Una de las realidades por todos reconocida en el siglo 21 es el cambio radical que los niños han tenido bajo la Era de la Internet.

Híper-conectados, críticos, cuestionadores, informados en tiempo real, acostumbrados al trabajo equipo, colaborativos, empoderados, creadores de espacios de crecimiento personal y social.

Invalidan el sistema educativo tradicional, al que consideran anacrónico, desmotivador e incapaz de satisfacer sus necesidades.

Obligados por el sistema, participan y lo hacen de la manera más práctica posible, si las actividades, evaluaciones exigidas están en la web se comparten inmediatamente en la comunidad de alumnos, se trasforman y se presentan. La máxima pareciera ser “si existe en la Web para que pierdo mi tiempo”. La actitud generalizada pasó a ser “acato pero no comparto”.

Son la “Generación Desafío” para el sistema educativo que ha preferido la “zona de confort”, llegar a resultados sin mucho esfuerzo, sin tener que perfeccionarse ni adecuarse a los nuevos tiempos.

Educamos a niños del siglo 21 con herramientas del siglo 19

Felizmente, esta realidad  camina rápidamente a la total obsolescencia, esta obsolescencia se ha dejado caer sin aviso en el sistema educativo, autoridades, instituciones y profesorado. Muchos  están dando palos de ciego, otras instituciones educativas han salido a buscar soluciones, capacitación y modelos que se adapten a la realidad.

Las autoridades políticas siguen sin tener un entendimiento que la educación requiere  un cambio radical de forma y fondo de la pedagogía y del sistema educativo. Ese espacio o confusión de La autoridad educativa ha dado paso a que distintos actores del sistema educacional tomen su propio camino aumentando así la confusión fundamental.

Mientras la sociedad en su conjunto lucha por acortar la brecha de igualdad, se hace cada día más evidente la brecha del conocimiento,  mucho más que lo que se especula.

La indignante brecha del conocimiento

La PSU  muestra cada año  la diferencia entre la educación privada versus educación pública, esta brecha va a ser mucho más evidente y radical cuando se compare un estudiante de la educación tradicional (sistema actual) con un alumno que estudia con sistemas de educación integrada, disruptiva, sin estancos, con total uso de tecnología y procesos de validación educacional colaborativa.

Las diferencias educacionales esta vez no se da como una brecha económica sino que por  la  diferencia abismal que se produce  entre las instituciones que enseñan de la forma ancestral, en forma de relato de materias memorizadas, formato de materias y modelo de evaluación  con la nueva estructura abierta de educación.

En el fondo, tenemos alumnos que en su colegio les relatan las materias para que la memoricen y  alumnos que estudian con sistemas educacionales similares a los que se usa en un post grado de universidades del primer mundo, en talleres y como estudio de casos.

La triste realidad es que ya tenemos niños en la educación básica estudiando en este sistema y otros que están muy lejos de llegar a ese estándar.

Chile tiene  establecimientos educacionales  que hoy enfrentan el proceso de cambio,  que están aprovechando la Generación  de la Abundancia, de información, comunicación, recursos tecnológicos, entretención,  colegios que han tenido la visión y que hoy ofrecen este cambio a la comunidad.

En la otra cara de la moneda hay realidades distintas, los que no saben por donde empezar, que hacer, ni cuenta con asesoría metodológica ni el esquema pedagógico que puede cambiar radicalmente su realidad.

El panorama es gris, la brecha del conocimiento  es la brecha de la intelectualidad y el conocimiento  más aberrante y limitante de todas las brechas del ser humano.

Por el saber pasa todo, si un alumno egresa de la secundaria familiarizado de procesos educativos avanzados, su “rompimiento del hielo” en la educación superior será mucho más expedito que alumnos egresados de la educación tradicional.

Otra brecha que se abre es la laboral, la pregunta donde estudió y bajo que sistema, pasará a ser un filtro invalidante para aquellos que en su currículo no incorpore capacidades propias del siglo XXI.

¿Cómo educar,  como validar, que hacer en este nuevo escenario?

Reconociendo que necesitamos un cambio radical tan postergado, no es posible seguir educando a los niños como se hacía en la época de nuestros abuelos. Es incompatible la educación del siglo XIX con el ser humano del siglo XXI.

Es vital que la autoridad educativa asuma su rol del cambio y ofrezca alternativas al sistema público tan abandonado. Esto es una ardua tarea que requiere de políticas de estado, recursos humanos y materiales de gran envergadura.  Esto es mucho más que programar un Censo.

Gracias a Dios que existe un ente llamado Enlaces,  su esfuerzo y entrega es evidente, un esfuerzo de seres humanos comprometidos con la educación que ya con lo que hacen es titánico, más parece apostolado, pero es absolutamente insuficiente para la Mega Reforma Educacional que espera el país.

La gran tarea de proyectar y planificar este mega cambio es de compromiso  estructural de estado.

La política está en deuda, solo hay acciones comunicacionales  tibias, sin lineamiento ni objetivos claros, La reforma educacional en lo que se refiere a calidad no está en la prioridad de nuestras autoridades. En el fondo no hay proceso ni rumbo.

Se está dando  palos de ciego por parte de gente que quiere avanzar pero adolece de una política clara y empoderada que logre aunar esfuerzos y apoyo como para trabajar en una plataforma a nivel educación pública, y trabajar en las capacidades y rol que requiere un profesor y los padres en este proceso.

Hoy se promueve el uso de Tic´s,  “conectarse para aprender”, se regalan computadores,  cuando el colegio no tiene claro la plataforma, el modelo que usará, ni sabe como partir.

¿Es necesario que un profesor sepa de Tic´s?  ¿Es esto parte de las incongruencias y desconocimiento de nuestra realidad ?  Sin duda, pero invierta en el concepto y como ponerlo en práctica, las Tic´s pasaran a ser un chiste después de todo este desarrollo.

Asumir la necesidad de cambio del sistema educacional como política pública es lo más importante,  nos llevará a buscar nuevas estrategias,  para ello es vital trabajar en comunidad con otros docentes aula, comunidades online, aunar prácticas exitosas como también identificar errores y fracasos.

En el siglo XXI, ya no existe espacio para los “Llaneros Solitarios”, especialistas políticos con cero experiencias en el aula que nos imponen sistemas que no funcionan y que han llevado a un sistema educacional cada vez más decadente.

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