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Carmen Gloria Jiménez: docente, especialista en didáctica e investigadora en neurociencias cognitivas

Pequeña, divertida, expresiva y apasionada, para esta mujer hay dos amores incuestionables: la ciencia y la educación. Y ambas se sostienen en un concepto, que ella esgrime con naturalidad, como si pudiera asirse: la verdad.

Profesora de Educación Básica Mención en Ciencias Naturales y Educación Tecnológica, Sicóloga, Máster y Doctora en Didáctica de las Ciencias, fue la primera docente latinoamericana en participar en el programa “Profesores en el Espacio”, un programa de NASA donde profesores se convierten en astronautas y tienen la opción de hacer clases por videoconferencia y realizar experimentos en microgravedad desde la estación espacial Internacional. Hoy está explorando el universo de nuestro cerebro.

Durante los últimos 12 años, ha realizado diversos proyectos internacionales: fue durante una estadía en Estados Unidos que tomó contacto con Jill Tarter, astrobióloga que inspiró la película “Contacto” y quien la vinculó con el programa “Viaje a través del Tiempo”, cuya finalidad era convertir a los docentes en monitores de otros profesores para potenciar sus herramientas de enseñanza de las ciencias por medio de la búsqueda científica de vida en el universo, siendo hasta la fecha la única profesora no norteamericana en haber sido aceptada y becada para cursar este programa.

Además de su entrenamiento astronáutico en NASA, trabajó con Mars Society, en la idea de instalar en el desierto de Atacama estaciones que simulen las condiciones de vida en Marte, pruebas robóticas y de trajes diseñados para la colonización del planeta rojo. Apoyó en terreno las pruebas del Curiosity, laboratorio robótico de búsqueda de vida extraterrestre que hoy está en el planeta Marte y junto a miembros del equipo ganador del Premio Nobel de Física 2011 de la Universidad de Berkeley y AIU/JNRAO, implementó el programa de capacitación del profesorado GTTP (Galileo Teacher Training Program) llevado a cabo hasta el año pasado en Chile, habiendo gestionado, para ello, el apoyo de Codelco y otras instituciones, becando durante los últimos 3 años a más de 100 profesores de nuestro país de Putre hasta Puerto Natales.

La imagen de esta mujer astronauta criolla llenó muchas páginas de diarios y revistas en su momento. Sin embargo, al volver a Chile, encontró un escenario poco propicio para el desarrollo de las iniciativas que venían gestándose en su cabeza. Eso afectó su ánimo, pero no su creatividad, y ha seguido transformando sus herramientas en didácticas para la educación, que es su eje profesional.

Actualmente, y ad portas de iniciar un Post Doctorado en Neurociencias Cognitivas, Carmen Gloria Jiménez sigue vinculada intensamente a la educación, que es donde le interesa verdaderamente estar. Y ve increíbles posibilidades en este terreno para el área de la Didáctica vinculada a la evidencia Neurocientífica.

“A los profes no nos sirve que nos entreguen de manera enciclopedista los nombres y funciones básicas de diversas partes del cerebro, se necesita saber de manera práctica cómo aplicar la evidencia Neurocientífica en las interacciones de aula y comprender que el cerebro no es una colección de partes disociadas, sino redes emergentes que se construyen en la interacción: una interacción que determina ontológica y funcionalmente, el verdadero aprendizaje”.

CIENCIA Y CURRICULUM

Es crítica. Cree que en Chile no se hace investigación-acción, que no se permite (por carga horaria, sobre exigencia o prejuicios) que el profesorado reflexione e investigue acerca de su propia praxis, y que las políticas públicas no son generadas desde la evidencia científica sino un tácito pragmatismo socio económico: “¿Dónde está la evidencia que sustenta lo que se nos pide a los profesores que hagamos y enseñemos? ¿Cuál es la evidencia que sustenta el contenido del curriculum, la didáctica de aula, la extensa duración de la jornada escolar?”, se pregunta.

Y es la única especialista que está en la actualidad trabajando en la aplicación de neurociencias cognitivas a la educación, “porque –aclara- si bien en Chile se ha desarrollado fuertemente en los últimos tres años el ámbito de las Neurociencias Biomédicas, el ámbito de Neurociencias Cognitivas no se está abordando, y el paso a estructurar programas basados en la evidencia neurocientífica, a probarlos y validarlos con investigaciones sistemáticas para luego entregarlos en forma de herramientas concretas al profesorado, aún no se está haciendo ni por parte de esfuerzos privados ni por los generadores de políticas públicas. “Entregar “contenidos” biológicos diciendo que es Neurociencias para vender un concepto que se ha puesto de moda y lucrar a costa del profesorado, es algo que lamentablemente uno se encuentra en la actualidad y de lo que los propios colegas reportan. Nada les sirve lo que se les suele entregar” –califica.

En Chile no hay formación en “Neurociencias Cognitivas y Educación” que es lo que necesita el profesorado y el par de programas que dicen ser Neurociencias y que son para profesores no lo son. En cuanto a verdadera formación de Neurociencias, solo la hay en el área biomédica; es muy buena, pero esa no es nuestra área. Y en Investigación, en lo biomédico, sí se está haciendo y es muy bueno, pero es precisamente eso, biomédico: vinculado a canales iónicos, plegamiento de proteínas, células madre, modelos de deterioro cerebral a nivel molecular, temáticas muy importantes, pero que no son lo que los profesores necesitamos. No hay investigación Neurocientífica cognitiva en contextos reales en el aula, que es lo que los profes necesitamos, de eso prácticamente nada. Creo ser una de las únicas que lo está intentando, y la única cuya formación de origen es la pedagogía.

Lamentablemente como el ámbito de la investigación en educación no es un área que prometa generar un “producto” de profitación económica (a diferencia del ámbito biomédico que en el área farmacéutica y biotecnológica promete grandes ganancias), sino de transformaciones sociales y mejoras socioculturales -que parecen importar poco en estos días (hasta las postulaciones a fondos de investigación tienen un fuerte enfoque de modelo de negocios)-, es difícil encontrar apoyo. Además educación no se considera una “ciencia dura” y eso hace que tratar de investigar en Neurociencias, pero orientado a lo cognitivo y la educación se vea como el pariente pobre, además de que como gremio a los profesores no se nos imagina haciendo investigación dura, socialmente no se llega a concebir siquiera que los profesores seamos capaces de eso, el acceso a recursos para adquirir electrodos y la implementación técnica y de software si es por parte de un profesor que quiere llevar esto al aula, pasa como si uno estuviera hablando de ciencia ficción”.

NUEVAS TENDENCIAS

De paso, nos anuncia que la OCDE, a través de su programa Cerebro, Mente y Educación, del que incluso existe un documento (de nombre “Understanding the Brain: the Birth of a Learning Science New insights on learning through cognitive and brain science (1) instará a sus países miembros a que los curriculums educativos y las prácticas de aula estén orientados y se generen a partir de la evidencia neurocientífica: “porque estamos –aclara-en una verdadera revolución del conocimiento de lo que otrora se llamó la “Mente humana”.

El proyecto Brain Map de USA (2) y su contraparte Europea están en pleno desarrollo; el mundo se ha volcado a las neurociencias, y el impacto de este vuelco impregnará no solo lo biomédico sino lo cognitivo, económico y social y todos debemos estar preparados para eso porque afuera ya está pasando. Les aconsejo que vean este año la inauguración del mundial. ¿Suena ridículo? Un Neurocientífico de Brasil que trabaja en USA, va presentar un exoesqueleto que vestirá una niña discapacitada y que ella maneja con onda cerebrales… ella dará el puntapié inicial del mundial (3)”.

ENSEÑAR MANERAS DE EXISTIR

El desafío de la educación –dice esta científica-pedagoga- es enseñar “maneras de existir”. “Sé que suena raro pero lo que quiero decir es que los profesores no debemos ser presionados para dar una instrucción enciclopedista, ni tratar de generar supuestas “competencias” mecanicistas, sino que deberíamos intermediar de una manera científica y sistemática en el proceso en que el cerebro se construye a sí mismo: contribuir a que los alumnos generen redes neuronales dinámicas meta estables que emerjan en relación a un acoplamiento adaptativo con su entorno … ese proceso es a lo que me refiero con “maneras de existir””.

“La realidad es parménica, es un permanente devenir y para eso deberíamos prepararnos constantemente” – agrega, refiriéndose críticamente a modelos impuestos, rígidos y que no incorporan los nuevos conocimientos científicos y que aún son los modelos subyacentes en educación. “¡El cerebro ya no es una caja negra!”, afirma con entusiasmo. Las técnicas de resonancia magnética funcional y otras como el Clarity (4), nos han revelado los secretos de nuestro cerebro. Hoy hasta podemos ver en tiempo real a nuestros cerebros existiendo“.

“Ahora podemos acceder a nuestra fenomenología como nunca antes habíamos podido: algunos usamos la lectura de ondas cerebrales, por ejemplo. El desafío ahora es salir del laboratorio y conocer en un contexto natural de aprendizaje cómo existimos en el aula, qué redes emergen ahí, cómo los cerebros se sincronizan unos con otros al hacer y comprender, cómo las maneras en que los profesores interactuamos con los alumnos influye en sus patrones cerebrales, cómo nos acoplamos enactivamente con otro o en un grupo, y cómo la gestualidad y emociones en nuestra práctica de aula pueden ser un mejor vehículo de aprendizaje. ¡Hay tanto por saber! Y ahora hay tecnologías para ello: del laboratorio al aula real, es un horizonte nuevo que ya está aquí. Yo quiero que mis colegas profesores caminen hacia este horizonte conmigo y ya hay muchos que me aseguran estar interesados en que pueda llevar esta investigación a sus aulas”.

Hay muchas cosas que deberán cambiar de aquí en adelante. Por ejemplo, en Reino Unido la evidencia neurocientífica se está llevando a las políticas públicas escolares: la hora de entrada de los colegios se ha adaptado a los niveles de melatonina que los adolescentes evidencian en las primeras horas del día y los alumnos están entrando más tarde y rinden mejor; los pequeños están durmiendo siesta y su memoria y concentración es mejor en el periodo posterior a la siesta que lo que evidenciaban cuando ésta no se había implantado en las escuelas. Nosotros tenemos la jornada escolar que tenemos, por un criterio extra-educativo: la necesidad de que los padres puedan trabajar, lo que el sistema y el modelo económico de mercado de esta sociedad está demandando, un criterio de políticas públicas que bordea el total desconocimiento de las evidencias científicas y que más allá de reflejar solo ignorancia (que sí la hay) muestra un desinterés o quizá una conveniencia de ignorar el buscar evidencias que iluminen la toma de decisiones ¿Cuando se va a considerar a la ciencia como fuente de bienestar social?

CIENCIA Y POLÍTICAS PÚBLICAS

Pero va más lejos: “Hay estudios recientes que dan indicios claros de que las políticas públicas deberían plantearse desde el conocimiento y no desde la pura política, que suele ser muy ignorante en estos tópicos o al menos bastante indiferente: la epigenética por ejemplo, es un tema de alto protagonismo hoy. En el caso de la educación y sociedad las investigaciones están convergiendo hacia la conclusión de que la vulnerabilidad, como le decimos aquí (que para mí es un mero eufemismo de pobreza que se usa hoy para suavizar algunos fracasos políticos) estaría asociada como fenómeno a una estabilización de patrones relativos a cambios químico -moleculares (Global DNA Methylation) que afectan el cómo el ADN es expresado en los organismos, y que resultaría en “maneras de existir” asociadas a baja tolerancia al stress, cambios en los patrones de la respuesta de la amígdala, problemas de concentración y aprendizaje por ejemplo, que se estabilizarían neuro químicamente en quienes viven en un entorno de pobreza, y que estarían asociados más que a carencias meramente socio culturales, a una inestabilidad en el existir. Y algo que aún está en estudio, pero que ya existen evidencias (acerca de las cuales hay papers y estudios que se han publicado hasta en la revista Nature (4) es que sería factible que se diera una herencia transgeneracional de estos cambios epigenéticos: el perfil generado en la pobreza sería un estado heredable transgeneracionalmente. Son cosas que se deben investigar aún más, pero que nos dicen cuánto necesitamos iluminar las políticas públicas y las decisiones políticas con investigación científica”.

Las intervenciones tempranas aquí serían cruciales, porque si bien el medio ambiente influiría sobre lo biológico en estas tristes circunstancias, también podría ser la respuesta para modificarla: la potencialidad neuro plástica de cada ser humano y la educación realizada de una manera científica que nos permita alterar estos patrones y evitar que la epigenética sea transgeneracional -circunstancia que se daría (como parecen indicar estos estudios) si no hay una visión de país que genere intervenciones sistemáticas que puedan palear estas situaciones. Un eslabón esencial de ese cambio es la educación, entendida como una interacción que más que orientarse a la entrega de puros contenidos, como ya lo dije, facilite en “maneras de existir” diferentes, que fomenten aspectos como la flexibilidad cognitiva y las funciones ejecutivas, que de hecho se afirma, son el mayor predictor de “éxito” académico, social y laboral, acorde a estudios neurocientíficos reconocidos hasta por la OCDE, y para esto necesitamos que nuestro trabajo sea apoyado por políticas publicas formuladas desde la evidencia.

UNA VISIÓN DE LA EDUCACIÓN

Respecto a la situación general de la educación en Chile y al estatus de los docentes manifiesta ordenadamente 3 condiciones esenciales para generar cambios:

-Que los profesores además de enfocarnos en las demandas económicas, que son perfectamente válidas, demandemos que lo que se nos dice que debemos hacer, se nos exija validado desde la evidencia: los contenidos curriculares, los horarios, la extensión de las jornadas escolares y la evaluación de nuestras prácticas de aula.

-Que las políticas públicas además se construyan desde el dialogo experiencial, escuchando al que está en el aula y no a supuestos “iluminados” casi totalmente ajenos a la realidad de la praxis, que hace 30 años que no pisan un colegio o que solo van a supervisar o a inaugurar algún gimnasio cuando viene alguna autoridad. Los profesores en su praxis generan intuiciones que muchas veces han resultado tener evidencia respaldable y si se están cometiendo errores, ¡que nos ayuden a mejorar desde la evidencia! Pero aquí en Chile no se da ni la opción para esto. Se nos debe dar espacio para la reflexión de la praxis, y la investigación-acción es crucial: el conocimiento desde la experiencia directa no puede ser reemplazado por investigaciones de laboratorio que no tengan validaciones en la praxis. Es en la complejidad del mundo real donde hay que estudiar al aprendizaje. ¡El aprendizaje emerge en la complejidad!

-Que la formación continua no sea un esfuerzo exclusivo del profesor ni un negocio para empresas capacitadoras, sino una premisa ministerial, donde quienes quieran formar al profesorado tengan experiencia de aula, formación en investigación y que elaboren los programas de formación desde el conocimiento de lo que el profesor de aula necesita, no una imposición externa donde se escoge a los organismos capacitadores por razones de ahorro económico o por compadrazgo. Los colegas están cansados de eso: en muchos casos la capacitación es para ellos una imposición que genera una pérdida de tiempo, el que ya les es escaso: hay exposición a temáticas que no tienen aplicación concreta al aula, no tienen acompañamiento en su aplicación posterior y cuyo impacto en el aula nunca se evalúa. Apenas se “vende el producto”, se abandona al profesor, y no hay póliza de garantía ninguna.

Cree que, “en la valoración del imaginario social, el gremio docente es un gremio mediocre, y no solo por formación: “la gente cree que los profesores estamos ahí por falta de opciones. Hay que modificar esa mirada. Incluso de tener una formación mediocre, ello no es sinónimo de ser un profesor mediocre. La propia evidencia neurocientífica nos ha demostrado que es posible el aprendizaje durante toda la vida, que somos neuro-plásticos, que nos construimos todos los días, que podemos mejorar constantemente. Por eso la reflexión, la capacitación continua y el respeto por los espacios de investigación-acción, y ello reconocido como una actividad docente formal (no un hobbie, una paleteada o un esfuerzo privado), con tiempos incluso reconocidos en la remuneración docente, deberían ser parte de las modificaciones y reformas que se nos avecinan. Creo que ese es un camino hacia una pedagogía científica que nos permitiría tener un estatus profesional equivalente a otras profesiones que, tristemente, este país valora más que la nuestra”.

Habla rápido. Va de viaje. Un breve viaje a Concepción, su tierra natal, y no tiene tiempo, porque dice, tiene mucho que estudiar. En eso descansa su ética, en estar verdaderamente preparada para los desafíos de la educación. No le gusta la ignorancia y cree firmemente, que si se es un ejemplo moral, la gente te sigue.

Ya ha formado varias generaciones de estudiantes. Algunos de sus “niños” colaboran hoy por hoy con ella, en algunos de sus múltiples proyectos, que salen de su cabeza como conejos de un sombrero de mago. Aunque, ciertamente, no cree en la magia: Cree en la ciencia, y aunque sus ideas no han tenido la acogida suficiente entre quienes toman decisiones en el país, espera que las puertas se abran a medida que se comprenda la importancia del conocimiento científico y sus certezas en el diseño del currículo educativo, las prácticas de aula y la construcción de “maneras de existir” que resulten en el logro de condiciones de equidad que permitan que las chilenas y chilenos podamos como país, ser realmente más felices.

 

https://proyectoalquimiablog.wordpress.com/

Entrevista publicada en Revista Perspectiva | Abr 4, 2014 | Número Siete Especial entrevistas, Perfil

 

 

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