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Nuestro entorno está lleno de colores: las frutas, los muros, los autos, un jardín, las aves, las hojas en otoño, el tapiz de los sillones, un cuadro, la portada de un libro, el tejido mapuche, las flores en primavera, el paisaje del sur, los peces, el cielo, un atardecer… todos son parte de nuestro mundo, de los espacios en los que transitamos a diario y que constituyen nuestro día a día.

Cuando nos enfrentamos a paisajes llenos de colores nuestra mirada adquiere una intensidad distinta. El ojo por naturaleza está predeterminado para apreciar el color, los distintos matices e intensidades son identificados por nuestra mirada. Para los diseñadores, un privilegio encontrar fabulosas mezclas de colores y paletas cromáticas solo con mirar un poco a nuestro alrededor.

Desde esta perspectiva es evidente que los espacios que habitamos influyen en nuestro cotidiano. Todos los lugares que caminamos, los lugares de descanso y también los de consumo. Nuestra casa, barrio, comuna, región y país. ¿Cuánta diferencia hay entre uno y otro? ¿Cuáles son las diferencias entre un país y otro? ¿Que nos separa? ¿Qué nos une?

y por lo tanto: ¿Son las ciudades un espacio de color?

Mercado en Florencia

Muchas veces he escuchado que definen Santiago como una ciudad gris, los edificios y el pavimento parecieran fundirse en un gran telón dominante que constituye nuestro paisaje cotidiano. La arquitectura desaparece entre tanto edificio modular y optimizado por mt2. Se diluye, cansa y homogeniza. En un intento por describir mejor este escenario podemos ejemplificar con la música: si escuchamos la repetición de la misma nota o tono rápidamente nuestro oído dejará de percibirlo, lo transformará en un sonido de fondo plano. Cuando escuchamos notas que tienen distintos ritmos, algunas más agudas y otras más graves, se constituye como una melodía con mayor presencia, perceptible. Se mantendrá como protagonista. Eso mismo sucede con nuestros ojos.

Si analizamos otros lugares de Chile ¿Qué pasa en Valparaíso? ¿En Chiloé? ¿Qué tan distinto es el paisaje en lugares llenos de colores y en los que el paisaje natural se funde con la arquitectura proponiendo una estética dinámica y complementaria?

 

La búsqueda del color

Al estar de viaje todo aparece ante nuestros ojos como una película inagotable de estímulos. Apreciamos los distintos e intensos verdes de los campos de Escocia, el cielo y arquitectura de París, el mosaico típico de Gaudí en Barcelona, los colores en las comidas del mercado de San Miguel en Madrid, los colores de las casas que emergen del agua en Venecia, las chimeneas y parques en Londres… muchas exposiciones, muchos jardines, mucha cultura que rebalsa de color nuestra mirada y hace suspirar a nuestra imaginación.

Campos de Escocia

El color también es parte de las culturas, que poco a poco cruzan las fronteras y su significado llega a distintos lugares del mundo, como es Holi, un festival Hinduista de Primavera que se celebra en India y Nepal originalmente y que dura 16 días en conmemoración del amor divino que Radha profesaba por Krishna. Actualmente este festival se celebra en diversos países del mundo, incluido Chile, en el que durante un día junto con música electrónica cada una hora todos los asistentes lanzan colores en polvo al cielo al mismo tiempo, el cielo se llena de color y las personas también.

También los murales son mensajes hechos color, en las calles son pequeñas pausas, argumentos y conversaciones transformadas en una composición. En el metro de Santiago, hay murales que recogen un contexto histórico, cotidiano o relacionado con su entorno, son un rescate de algún aspecto de Chile que insertos en uno de los transportes públicos más utilizados en Santiago se transforma en un escenario cultural de color. Mirar más nuestro alrededor y descubrir en la rutina del viaje, por ejemplo, Geometría Andina de Ramón Vergara Grez (Metro Los Leones) o Integración de Jorge Artus junto al taller de arte de la Teletón (Metro Ecuador) o Vida y Trabajo de Alejandro “Mono” González (Parque Bustamente) entre otros. (Lista completa de los murales)

Hace algunos meses asistí a un curso de Astronomía en el Observatorio Astronómico del Cerro Calán para conocer el origen de las estrellas, una de las clases enfatizó en el conocimiento de las ondas y cómo a través de los colores se puede obtener información sobre su tipología. La relación de los colores con las etapas de crecimiento de las estrellas son datos que permite a los astrónomos determinar la vida de cada una y conocer cuál es su papel dentro de la galaxia. En distintos ámbitos el color es un actor relevante en nuestra sociedad, es la forma en cómo percibimos y nos relacionamos con nuestro entorno.

Composición de una galaxia. Foto de ALMA

El estudio del color es de interés interdisciplinario, desde la salud hasta el diseño. Para muchos especialistas el color puede generar estados de ánimo específico o puede influir en la forma que percibimos ciertos elementos en el entorno. Desde ese punto de vista ¿Tendrá algo que ver los colores de las ciudades con el estado anímico de las personas que lo habitan? ¿Será muy distinto a los habitantes de otras regiones del país o ciudades del mundo? ¿Cuánto del color de nuestro entorno influye en la forma en cómo se enfrenta y vive la vida diariamente?

Una de las cosas que aprendí en mi último viaje fue apreciar el color, valorar su intensidad y apropiarme de él. Buscar ritmos cromáticos, que provoquen y que permitan comunicar, generar atmósferas y detonar emociones. Es imprescindible conocer más sobre el impacto que genera en nuestro cuerpo, desde el aspecto biológico, cultural y social. Desde mi perspectiva de diseñadora y comunicadora el color es una herramienta fundamental para crear y diseñar pensando en las personas.

 

¿Para ti que es el color? ¿Cómo lo utilizas en tu cotidiano?

 

Esta nota fue inspirada por los temas que se abordarán en el próximo Congreso del Color

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3 Comentarios sobre “Estamos rodeados de color

  1. recien me encuentro con este sitio y con un tema que me encanta y mueve a diario.
    quizá la pregunta clave es si estamos conscientes de la presencia del color en todas partes. Y de qué depende el darnos cuenta del color que nos rodea. De un ojo entrenado? de un estado de ánimo? de un ‘animus’ nacional?…
    qué lindo lo que dices que en tu último viaje percibiste y buscaste el color.
    No debiéramos – digo yo – buscar el color en la vida en forma terapéutica? Una tarea pendiente y fascinante. Te invito.
    Marta

  2. Buena reflexión sobre el color. El colór eleva emociones y comanda acciones. Hay colores que dependiendo del contenedor (paisaje, ropa, cuadro, fruta) nos movilizan mas o menos pues se conjugan con formas, texturas e incluso olores. Nos permite distinguir una realidad de otras así es que nos definen la diversidad cultural ejemplificada a través de la cantidad de blancos que son capaces de discriminar los esquimales para su supervivencia que para nosotros son imperceptibles. Cada uno tiene una experiencia única con los colores que definen sus emociones y acciones

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