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El caso de la machi Francisca Linconao Huircapan, excede hace rato los márgenes de las formalidades establecidas en la Constitución Pinochet-Lagos para las medidas cautelares, asociadas a la aplicación de la Ley Anti Terrorista. Y excede también la retórica “independencia” de los poderes del Estado.
La independencia de los poderes del Estado impide a la presidenta intervenir en las decisiones judiciales pero… ¿Qué le impidió responder  a lo menos una de las tres cartas que le hizo llegar Francisca Linconao ? ¿Qué le impedía, en un gesto humanitario, visitarla en el contexto de su última visita a la Región, tan absurda como improductiva?
Habría sido una señal política ante un poder judicial que, según sus propios integrantes, actúa arbitrariamente y una jugada estratégica del más elemental sentido común: ¿Qué hará si la machi muere, ante el caos social que se desatará en la región? ¿Dirigirse al país con los ojos llorosos y la voz quebrada?
El gobierno ha abordado conflictos harto menos políticos, poniéndose al margen de “tecnicismos”.  Así , por ejemplo, nombró a un parlamentario cuya cercanía a las mineras era secreto a voces (Jorge Insunza) ministro Secretario General de la Presidencia, es decir, vocero de la presidenta. Y deshizo tal decisión cuando el secreto a voces se hizo público.
¿No puede dar una señal ética o incluso humanitaria la presidenta del mismo gobierno que  pidió al Congreso  “leyes Mármicoc” para resolver  las chapucerías de ministros y funcionarios en el tema del padrón electoral? ¿No puede establecer interlocución con la autoridad ancestral de una comunidad local en severo conflicto con el Estado, el mismo gobierno que asumirá los inconvenientes que generará  a los ciudadanos -por ejemplo- en los servicios de salud, el improvisar una Ley para que este 2 de enero sea feriado?
Pero…aceptemos que la presidenta decidió que “la señal clave” en este caso, es evidenciar su respeto por la autonomía de los poderes del Estado. Y que se abstendrá de abordar el tema, para evitar conflictos. También -digámoslo-  para ahorrarse el griterío  de la industria maderera y sus lobistas, que observan socarrones la solitaria lucha de una mujer mapuche que lleva años demandándolos, para impedir destruyan el medio ambiente en la región. Un territorio que su cultura y ancestros le exigen proteger, asumiendo su rol de machi.

Si la Presidenta no se referirá al tema, una política pública sustantiva de este gobierno es combatir la violencia contra la mujer ¿La arbitrariedad con que se aplica la Ley sobre la machi Linconao no es violencia contra una mujer?

Claudia Pascual,  ministra del Ministerio de la Mujer y Equidad de Genero no puede intervenir en una decisión del poder judicial pero …¿Qué le impide referirse a los derechos y la dignidad de una mujer de 60 años a la cual, hasta ahora, no se le demuestra ninguna acusación y que, sin ser sometida a proceso aún, lleva 9 meses en prisión? No estaría de más recordar que el principal testigo de la Fiscalía, José Peralino Huinca, reconoció en marzo de 2016 que declaró contra Francisca Linconao y otros comuneros presionado por la PDI.
Además de coherente y ético, habría sido estratégico abrir desde este ministerio un espacio de interlocución posible entre la machi y el Estado, a través de una ministra que, simplemente ejerciendo la autonomía del poder del Estado que representa, exponga cómo una decisión judicial a todas luces innecesaria -como han señalado numerosos académicos y juristas entra en conflicto con una política pública que la propia Presidenta ha impulsado en 2 períodos presidenciales.

Por lo demás: el ministro de Justicia y Derechos Humanos del gobierno de una mujer que, a su hora, fue víctima de la violación de estos derechos, reclamó por la “falta de coraje” político que impide legislar  para que presos de avanzada edad -incluidos los condenados por violación a los derechos humanos- cumplan lo que resta de sus sentencias en sus casas y no en las cárceles que corresponden a delincuentes sentenciados. Curioso, porque la legislación internacional hace expresa diferencia entre delincuentes comunes y quienes han cometido “delitos de lesa humanidad” . Pero  la vocera de gobierno se limitó a señalar que: “sus dichos fueron en términos personales y que no reflejaban la opinión del Gobierno”. Ergo: la ministra Claudia Pascual no arriegaría su cargo si expone una opinión personal en el caso de la machi Francisca Linconao. A lo más, será refutada por la vocera de gobierno.
¿Será necesario recordar a la Ministra que, mientras a la machi se le niega una y otra vez la posibilidad de esperar en su lof (comunidad) el juicio; a doña Natalia Compagnon se le autorizó a ir a…Miami, de vacaciones, hasta que se inicie su juicio? ¿Será necesario recordar a los (y las) analistas comunicacionales de la presidenta que, la misma semana en que la machi inició su huelga de hambre, el ex agente de la CNI Claudio Salazar Fuentes, condenado por participar en el secuestro y degollamiento de José Manuel Parada, Manuel Guerrero y Santiago Natino, recibió su libertad condicional concedida por la Corte Suprema?
¿Habrá que decirles a los analistas que construyen la imagen pública del gobierno que los ciudadanos no confiamos ni en la política, ni en el gobierno, ni en los discursos que buscan legitimar políticas públicas, justamente porque estamos HARTOS de la incoherencia e inconsistencia  que cruzan el trecho que separa los dichos de los hechos entre los “ciudadanos iguales a nosotros… pero con poder”?
¿Habrá que decirle a la Presidenta, a sus ministros y sus expertos en comunicación que el tema de la desconfianza política no se resolverá mágicamente cuando ella parta a sus cuarteles de invierno? ¿Y que se agudizó en este período? ¿Y que acrecentarla  arriesga la democracia que conquistamos con tanto dolor y cuidamos con mas resignación que alegría?
Y ya que estamos de preguntas:

¿Cuál será la reacción del gobierno si la machi muere o se agrava, a raíz de su huelga de hambre?
Con 15 % de aprobación,  “la mirada constante/ la sonrisa perfecta” de que habló el viejo Silvio, sirven ya muy  poco

Es de noche en Chile. Falta menos  de una hora para que comience un nuevo año mientras terminamos esta crónica.

Francisca Linconao Huircapán, la machi del lof (comunidad) Rahue que no le pedirá perdón a nadie -ni de verdad ni para satisfacer alguna estrategia en su favor-  consume sus 60 años y 43 kilos en una huelga de hambre que solo terminará si le permiten esperar,  en su casa y entre su gente, un juicio en que “les hablará a los jueces huincas”.

Posiblemente a esta hora  deambula entre las alucinaciones de su octavo día de huelga de hambre, que ella entiende como los sueños que le mandan los ancestros para confortarla.

Los médicos dicen que “no quedan semanas, apenas contamos con días” para tomar una decisión que resolverá  su vida o su muerte.

Esta noche brindaré por un mejor año pensando en ella.

Ojalá  la recuerden mientras en el cielo estallan los fuegos artificiales y llega la hora de los abrazos, Michelle Bachelet, ex presa política, la ministra Claudia Pascual y el Ministro de Justicia y Derechos Humanos de Chile, así como el juez que votó en contra de su libertad provisional,  imponiendo el voto de minoría pues, de acuerdo a la Constitución que nos rige, Francisca Linconao  Huircapán, la mapuche a quien nadie abrazará esta noche, sólo podía obtener el derecho a esperar su juicio fuera de la cárcel por la unanimidad de la Corte de Apelaciones que, por cuarta vez, el 22 de diciembre decretó su prisión preventiva.

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2 Comentarios sobre “Chile 2016: el año nuevo y una mapuche

  1. La justicia a dos velocidades que, descaradamente, agudiza los síntomas esquizofrénicos de la sociedad chilena.
    El torpe e inhumano actuar de un Estado democrático “en la medida de lo posible”, que continúa posando para la comunidad internacional mientras se deja conducir los hilos y los golpes de puño que imponen una Constitución espuria heredada de la dictadura y de los intereses de las multinacionales que están incrustadas en el país.
    La Machi Linconao somos todos y todas las que luchamos contra la dictadura y hemos sido marginados del gran banquete, por aferrarnos a principios y valores por los que miles de chilenos y chilenas entregaron su vida.

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