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No son las luces de la ciudad, que dieron título a la película inmortal de Charles Chaplin y a una canción ochentera del argentino Alejandro del Río; no son las sombras. No es el documental preciosista en blanco y negro de los maestros de los años 50 como Sergio Larraín, Robert Doisneau y Cartier Bresson. No es tampoco el ornamento o la postal clásica.

No. Lo que propone la fotógrafa Diana Duhalde Ruiz es algo distinto; aunque en sus inicios hubo de todo aquello y en la exigente escuela nórdica donde aprendió fotografía estuvo horas captando las luces y sombras de un huevo. Y más tarde registró con notable sensibilidad la celebración de la caída del régimen comunista en Praga (noviembre de 1989), la vida cotidiana de comunidades mapuche en Repocura y Lumaco, en la precordillera de la Araucanía, los interiores de casas de inmigrantes y exiliados enEstocolmo, Suecia, ciudad donde vivió su propio exilio a partir de 1978.

Desde hace algunos años Diana ha estado experimentando con lo que llama laboratorio digital, superponiendo capas y dotando de significados y significantes múltiples sus fotografías de la vida cotidiana. Esta producción fotográfica más reciente tiene como escenario las calles de Buenos Aires y de Santiago, algunos paisajes del sur de Chile o la costa central.

Una muestra pequeña de las fotos así producidas, de Santiago centro, se exhibe en la Casa Colorada  (centro de Santiago) hasta fines de mes.

Un grafiti en el río Mapocho, los parroquianos de un antiguo bar en Merced, transeúntes en el casco histórico, la huelga de subcontratistas del metro son el telón de fondo o los protagonistas de los paisajes urbanos que Duhalde crea minuciosamente con las herramientas digitales.

Serie Mapocho , comarca de mucha jente
Serie Mapocho, comarca de mucha jente

Acerca de su trabajo dice:

̶   Propongo una deriva del acto fotográfico clásico basado en el encuadre más o menos preciso, más o menos afortunado. Esta lógica presupone un ojo vigilante y presto a capturar, tomar, atrapar  el famoso “momento decisivo” cartesiano. En esta lógica el fotógrafo actúa como un cazador de escenas de lo real, que vía mediante el acto fotográfico se transforma en imágenes bellas, dramáticas, emocionantes o, por lo menos, verdaderas. Como sea: todo se define en el momento del encuadre. Por mucho tiempo traté de operar con esa lógica en Santiago. Pero el centro – como todos los centros de las grandes ciudades – esquiva el encuadre. ¿Cómo meter en una sola toma algo de lo múltiple, abigarrado, poliforme que lo define visualmente?  ̶  .

Agrega que desde que se instaló a vivir en el centro (hace 16 años) siempre quiso aprehenderlo, contarlo incluso para sí misma, sin lograrlo:

̶   La luz de Santiago es implacable muy dura o espesa, con un smog que diluye los contornos. Quiero, además, salir de lo pintoresco, el folclore de lo pobre y el monumento, pero estás tú mismo invadido por las postales del lugar ¡Casi como si necesitaras un otro ojo! . Ese otro ojo es lo que busco. Un ojo quizás no menos voraz que el anterior pero sí más pasivo y menos reflexivo. Un ojo no atrapado por el encuadre que ya no encuadra, que descansa en las posibilidades casi mágicas de los nuevos dispositivos digitales. Es un ojo que ya entendió que todas las cámaras hoy sacan muy buenas fotos – razonablemente expuestas y razonablemente nítidas- y entonces puedo abandonar la cara, aparatosa e incómoda cámara réflex; la cámara que temo perder, que es lenta, que me instala frente a los otros como un (a) fotógrafo(a), un cazador (a) – y produce un instantáneo acto de alejamiento que oscila entre el rechazo y la pose ¡Puedo llevar mi camarita compacta en la cartera junto con todas las otras cosas que ocupo en el cotidiano, sacarla y obturarla en el momento de la compra de lechugas y o del café de la mañana en calle Merced-

Serie Huelén , dolor y presentimiento
Serie Huelén , dolor y presentimiento

Trayectoria

Fotógrafa de larga data, colaboradora de artistas visuales como el sueco noruego Kjartan Slettemark, ha expuesto en exposiciones individuales y colectivas, ha actuado como curadora y ha desarrollado proyectos con apoyo de Fondart en torno al cruce de lenguajes entre la fotografía y el audioviscual y recuperación de patrimonio fotográfico (archivo Inés Paulino)

Estudió fotografía en la Escuela Nórdica de Fotografía dependiente de la Nordens Folkhógskola de Biskops Arnë, en Estocolmo, Suecia (1988–1991). En 2015 obtuvo un magister en Historia del Arte Latinoamericano, de la Universidad de San Martín, Buenos Aires, Argentina; y en 2008 el magíster en Historia del Arte, de la Universidad Adolfo Ibáñez, de Santiago de Chile. Ha sido docente en la Academia de Humanismo Cristiano y en la Escuela de Cine de Chile. Ha expuesto en forma individual y en muestras colectivas. En 2003 codirigió, con el académico Carlos Ossa, el proyecto de artes integradas cofinanciado por Fondart “El mapa imposible”, con la participación de cineastas y fotógrafos que recorrieron diferentes puntos de Santiago registrando las manifestaciones por del 30° aniversario del golpe de estado. Fue, en cierta forma, la primera experiencia en Chile en la búsqueda de un encuadre distinto y de un cruce de lenguajes.

Fotografías Diana Duhalde, series: Mapocho, comarca de mucha jente (título tomado de escrito de Benjamín Vicuña Mackenna Peregrinación a través de las calles de la ciudad de Santiago, 1884); y  Huelén, dolor y presentimiento. 

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Alguien comentó sobre “Las derivas del acto fotográfico

  1. Que sugerente lo que dice Diana, eso de abandonar el clásico encuadre. Cierto, hoy el Photoshop permite jugar con las fotos. hay todo un lenguaje en ello. Muy interesante y lindas las fotos. Gracias.

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