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Varios medios de transmisión masiva informaron sobre un manual del Servel que establece que se prohíbe la propaganda electoral en redes sociales, diarios electrónicos y redes sociales.

Como sucede con demasiada frecuencia, para atraer visitas los editores manipulan maliciosamente el titular y la bajada con lo que la noticia, por ejemplo en Teletrece, se transforma en “Servel prohíbe uso de redes sociales en campaña municipal” y “candidatos no pueden ocupar Facebook, Twitter e incluso WhatsApp”.

Como también sucede demasiado a menudo los consumidores de información no leen el texto y se quedan con el titular. La obvia reacción ante tamaño absurdo se transforma en un tsunami de ira y descalificaciones en las redes sociales ante una medida que no solo sería absurda, sino que impracticable y que claramente atentaría contra los principios básicos de la libertad de expresión.

De esa manera cuando probablemente aparezca el Servel explicando que no se prohíbe el uso de las redes sociales, el tsunami se transformará en marejada, oleaje suave y finalmente desaparecerá en el próximo maremoto mediático.

T13

El problema es más grave de lo que parece

Lo que habría señalado el SERVEL —utilizo el condicional pues busqué el citado Manual en la página dedicada a las elecciones municipales 2016 y no lo encontré—  es que no se podrá realizar publicidad o propaganda en diarios electrónicos y redes sociales, entre otros medios.

En medio de una crisis de la política que aleja cada día más a los ciudadanos de las urnas, prohibir la publicidad en estos “nuevos medios” es desconocer completamente el escenario de producción, transmisión y acceso a la información de la sociedad actual y, por otra parte, favorecer económicamente a los medios radiales y escritos tradicionales mucho más cercanos al Poder que los “nuevos medios”.

Esta es otra muestra de la incapacidad de las instituciones de comprender los nuevos escenarios y por lo tanto de su escasa capacidad de hacerse cargo de ellos. Este deterioro institucional no es de un color político o de un gobierno particular sino una crisis profunda y de largo plazo.

¿Qué pasó con ese Chile en que hace solo un par décadas las instituciones públicas y privadas construían una agenda digital vanguardista, donde se imaginaban nuevos usos y posibilidades? Por ejemplo ¿por qué el “Proceso Constituyente” no utilizó las nuevas tecnologías para promover y diseñar una participación inteligente y creativa y apenas las ocupó como herramienta de gestión y transparencia, que fueron avances pero hace 15?

La página de las elecciones 2016 del SERVEL, está tan llena de reglamentos, formularios y ordenanzas que asombra que alguien quiera presentar su candidatura teniendo que cumplir ese calvario administrativo. La prohibición de realizar publicidad en las redes sociales y diarios electrónicos es coherente con esa maraña de trámites burocráticos.

Cuando no se sabe cómo responder al entorno social, cultural y político la respuesta son los decretos y los dictámenes de papel, cuando se agotan la inteligencia y la imaginación reinan la burocracia y la mediocridad.

Agregado a las 20:14

Por la noche, a través de un confuso comunicado, el SERVEL retrocedió en los aspectos relativos a diarios electrónicos y redes sociales que señalaba el manual de “Manual de Consulta y Campaña Electoral”. Sin embargo, aunque corrige un absurdo que más parecía un Hoax que una disposición seria, las preguntas y críticas planteadas siguen plenamente vigentes.

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2 Comentarios sobre “Ciudadanía y redes sociales: el desplome del SERVEL y (varios más)

  1. El “Caso Servel” da para explorar más allá de una prohibición que dura menos de 24 horas… ¿cómo se toman estas decisiones? ¿qué racionalidad técnica-política hay detrás de esta acción? ¿qué visión de la tecnología, los medios y el derecho a la comunicación reflejan estas opciones? ¿cómo efectivamente regularán/fiscalizarán ahora algo que no creían adecuado?

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