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Hoy desperté como otros días, contenta de estar viva, agradeciendo mi casa, el jardín con la huella brillante que dejan los caracoles, lo que he ido creando, delicada, junto a mis días y mi camino. Me asomé a los poros de Tomás, risueño. Me deslicé, como todos los días, a su vida plácida, dulce, habitada por la música y la luz. Regué, como casi siempre, gozando los olores, uno a uno, jazmín, lavanda, tierra húmeda mientras formaba un arcoíris con el agua. Acaricie a mis perros que se acercaron con sus ojos y su amor. El viento habló palabras de sabiduría entre los árboles, bailaron en un coro de hojas y de verde, fui feliz. Me vine a sentar a mi escritorio. ¡Lindos trabajos por delante, el futuro se teje desde el arte…! pero decidí pasear por facebook un rato. Ahí me encontré con esta noticia: “Condenan a autores de desaparición de célebre camarógrafo de La Batalla de Chile y de su pareja, la cineasta Carmen Bueno

¡¡¡¡Carmen y Jorge!!! (Trabajé con tu madre en tiempos de la Escuela de Teatro en el Taller de Arpilleristas de las madres de detenidos desaparecidos que se agrupaban bajo el alero de la Vicaría de la Solidaridad. Jamás olvidaré esa tarde en que la luz entraba por la ventana a la izquierda de nuestras vidas, cálida, mientras cosíamos. La aguja delicada entraba y salía de la tela blanca como nuestras miradas cómplices. Cortábamos géneros de colores para contar historias que cruzarían el océano hablando de esta nación herida. Una energía innombrable y amorosa nos abrazaba a todas. Y ahí fue que llegó la noticia falaz de que jóvenes miristas, 119 luminosos muchachos y muchachas, “SE HABÍAN MATADO UNOS A OTROS… HABÍAN CAÍDO COMO RATAS…”Entre ellos, ustedes, Carmen y Jorge, entre ellos, mis amados primos, Fernando y Patty, todos y todas, chilenas, chilenos, niños todavía, compatriotas. Y en un instante ese minuto se quebró y el corazón de todas nosotras explotó y un reguero de vidrios rotos nos cortó los pies, la lengua, el asombro. Todavía escucho a esas madres gritar y llorar por sus hijos e hijas… todavía siento su dolor y el mío. Todavía vuelvo a sentir mi dolor donde comulga la pena de la ausencia y la ira por la injusticia, la impunidad, la mentira. Todavía veo resquebrajarse la luz de esa tarde apacible… todavía recuerdo los ojos claros de tu madre, Jorge.)

En el secreto de este verano volvió a asomarse lo que siempre está presente… Mis amigos, mis amigas, los que sin serlo lo eran, los muchachos y muchachas tragadas por las fauces del bosque más tenebroso que creció en el corazón de Chile sin que pudiésemos talarlo para encontrarlos, salvarlos. Eso oscuro, extraño, vive al fondo de muchos y muchas de nosotras, agazapado, esperando una acción, una respuesta, un algo colectivo, un cambio, un canto feroz, impetuoso, amoroso, que cantemos juntos. Eso oscuro espera respuestas.

Chile sigue doliendo, la herida está abierta. El silencio, la cabeza escondida como avestruz, ha impedido profundizar, reflexionar, entender desde las mil miradas lo que ocurrió. La historia de este país es un territorio sin respuestas ni preguntas. Es una energía retenida, un tapón que obstaculiza el libre fluir de los ríos.

Me duele, me va a doler para siempre. Necesitamos justicia total, AHORA, no en la medida de lo posible, no pequeña y miserable, llena de miedos y componendas de todo tipo. ¡¿Cómo fue posible que la vida se transara entre los laberintos del poder?! ¿Cómo fue que ocurrió de esa manera? ¿Cómo no nos dimos cuenta a cabalidad de lo que estaba ocurriendo bajo nuestras narices? Y se suceden las respuestas, una a una, explicaciones razonables. Ninguna le da quietud a este bicho caliente que respira en el lugar donde el sol debiera expandirse. Miles de pañuelos blancos recortados contra un cielo azul abierto esperan agitarse para bailar la gran y luminosa cueca de Chile.

¡¡¡Porque no solo es un espacio del pasado!!! No, es ahora, es la ausencia de acciones, ritos, gestos, que aseguren que nada como esto vuelva a repetirse en tierra chilena. Que nunca más vuelen por los aires desde helicópteros cuerpos amados de hijos e hijas de esta patria, que nunca más degüellen a padres, amantes esposos, que nunca más la corriente, nunca más sitios de exterminio, nunca más mujeres violadas, nunca más la tortura, que nunca más nos dejemos arrasar por la violencia económica, la exclusión social, el poder devastador de la codicia, la concentración sin límites del poder. En cada acto en el que la totalidad de la familia chilena no está invitada a la mesa, vuelve a repetirse la bestialidad y el exterminio.

No quiero que nos quedemos sin la posibilidad de ser prójimos. PRÓJIMOS, DONDE SEA IMPENSABLE QUE TE CONVIERTAS EN MI ENEMIGO. El enemigo se ve exiliado de su humanidad por lo que cualquier ferocidad parece posible. Eres tú o yo.

Este sistema que se instaló a sangre y fuego, porque así fue, a sangre y fuego, arrasando y rompiendo de maneras burdas y otras sutiles, comprándonos, seduciéndonos o matándonos, persiguiéndonos. Este sistema que nos lanzó a competir por los mendrugos, nos dejó gusanos arrastrándonos por cosas inútiles que nada significan para nuestra humanidad. ¿Y la cooperación, el cuidado amoroso de la tierra, la solidaridad, la belleza, la sensibilidad, la empatía, el abrazo, el amor como parte de la construcción social, donde están?

Por eso es tan importante que nuestro proyecto MEMORIA DE LA LUZ y otros como él sean una realidad de carne, hueso, corazón, espíritu en tierra chilena. Por eso es tan importante que lo hagamos bien, que descubramos el lenguaje, los signos, los silencios, las melodías, que permitan reflexionar, sentir, sintonizar con esa porción del alma chilena que conoció la libertad, que conoció su naturaleza indomesticada y salvaje, que conoció su atrevimiento, su certeza de ser con derechos y dignidad, sus volantines cruzando los cielos azules. LA LIBERTAD PARA ATREVERSE A SER, LA LIBERTAD PARA SOÑAR EN VOZ ALTA, LA LIBERTAD BENDITA EN ARMONÍA CON LA LIBERTAD DE TODOS Y TODAS.

No se trata de reflotar un proyecto político, no se trata de ideologías, se trata del espíritu, ese espíritu desaparecido y extraviado, ese fuego que nos animaba a levantarnos por los otros y esos otros éramos yo mismo, era esa conciencia del bien común, del otro, prójimo, respetado, no tolerado sino incluido. ¡Que se expanda la conciencia de que todos y todo está acá para expresar su naturaleza al servicio de un NOSOTROS espléndido que se teje desde estas particularidades luminosas que necesitan del apoyo de todos/as para ser!

Saldré nuevamente con mi cartel… ¿Dónde está el alma de mi país? Se la llevaron viva, con vida la queremos.

Justicia, AHORA para que Nunca Más.

Educación profunda y creativa para que nuestros niños y niñas se eduquen libres, sujetos de derechos, enamorados del bien común, solidarios, cooperadores, abrazadores. La Batalla de Chile debiera ser obligatoria en los colegios, Escapes de Gas, El botón de Nácar y así sucesivamente, cada documental que honra el derecho a la memoria. El arte y la cultura son indispensables para ir reconectando con nuestra esencia espiritual, con esa libertad que nos invita a ser deslenguados, desaforados, salvajes. Huracanes artísticos, apasionados, que nos remezan y chasconeen para que nos atrevamos a salir de la norma, de esta cárcel en la que nos hemos metido y no nos atrevemos a romper. Vivimos al alero de los paradigmas impuestos como verdades absolutas. El miedo que se regó nos dejó adheridos a una telaraña que nos paraliza.

Todos tenemos derecho a la Memoria, es indispensable para que NUNCA MAS, para que nuestros niños, niñas y jóvenes, conozcan algo más del alma desaparecida y extraviada de nuestro Chilito. Para que se asomen a la otra manera, la otra orilla, el rumor feroz y magnífico de la libertad.

 

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5 Comentarios sobre “El rumor feroz y magnífico de la libertad

  1. …..sueño con otro país….la luz está enfocada al poder y ése poder es malo…..muchas gracias, de verdad, muchas gracias…..puff, ésa es la resistencia……QUE MÁS SE PUEDE DECIR….si ésas maravillosas y valientes mujeres lo dijeron todo …..SOLO HACER Y QUE LA DEUDA SE PAGUE……

  2. Tengo 52 años, no he olvidado cada palabra sensata y clara de Salvador Allende, con mis 10 añitos entendía todo lo malo q nos estaba sucediendo y mis padres diciendo, hasta aquí llego nuestra libertad, los cobardes y traidores de la patria, nos han vendido. AMO mi Chile y la historia debe contarse, hablando con la verdad a nuestras generaciones.

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