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Darío Fo y Franca Rame fueron una pareja excepcional. Creadores comprometidos con ideas de avanzada, herederos de una tradición que denuncia, pero que no pierde el sentido del humor; cáusticos, políticos, desacralizadores, amados por muchos y repudiados por otros, como suele suceder a quienes trascienden.

Franca murió hace tres años, en 2013, y fue despedida en Milán por artistas y gente de la calle; coetáneos y personas muy jóvenes. Mujeres portando pañuelos rojos, hombres de oscuro y todos ellos entonando Bella Ciao, el canto de los partisanos contra el fascismo y el nazismo.

El miércoles 12 partió Darío Fo, el hombre corpulento con cara de niño,  premio Nobel de Literatura en 1997, autor de las célebres Muerte accidental de un anarquista (1970), del Mistero Buffo  y Aquí no paga nadie, entre muchas obras. Tenía 90 años y en septiembre había publicado el último de sus monólogos, en el cual interpela a Darwin preguntándole si descendemos del mono por el lado del padre o de la madre.

Fo era hijo de un ferroviario y cuando niño su familia se trasladó a Porto Valtravaglia, un lugar especial donde había gente de distintos países hablando diversos idiomas; fabuladores y locos, según contó en una entrevista al diario español La Vanguardia. Allí nació su pasión por el teatro. Pero antes cursó estudios de arquitectura y de pintura y los dejó para luego entrar al arte al que consagraría su vida. En sus últimos años volvió a la pintura y apoyó al Movimiento 5 Estrellas, de Beppe Grillo, un equivalente en Italia del Podemos de España.

Franca Rame provenía de una familia de teatristas. Comenzó siendo actriz y luego fue también escritora, periodista y dramaturga. Además de política militante llegando a ser elegida senadora por Piamonte en 2006, cargo al cual renunció posteriormente.

Rame y Fo se conocieron a comienzos de los años 50 cuando Franca ya era una actriz consagrada y él se dedicaba a la pintura. En 1958 fundaron la compañía Dario Fo-Franca Rame, en la cual ella administraba el dinero y era primera actriz. Juntos escribieron decenas de obras y cuando a Fo le concedieron el Premio Nobel insistió en que quería recoger el galardón junto a su esposa, diciendo que su obra no habría sido lo que era sin la mujer con la que tantas obras había escrito. A lo largo de los años crearon distintas compañías y fueron cambiando el modo de trabajo, pero nunca dejaron de lado el discurso crítico ni la farsa. En 2003 Fo escribió L’anomalo bicefalo (2003), presentando un retrato irreverente y crítico del entonces primer ministro italiano Silvio Berlusconi.

Rame también hizo sus propios textos en los años 70: Tengamos el sexo en paz, Pareja abierta o La madre pasota, en aquella época era una declarada feminista.

Dedicados intensamente a un teatro político y satírico sufrieron las consecuencias de la exclusión (20 años sin hacer televisión entre los años 60 y los 80), la repulsa de autoridades y la agresión más feroz: en 1973, Franca Rame fue secuestrada, golpeada y violada por un grupo de ultraderecha vinculado a la policía y el caso fue cerrado sin castigo a los culpables. La actriz y escritora no se quedó callada y montó un monólogo, La Violación, que pese al horror es un canto a la vida y a la resistencia.

Mujeres: la misma historia

trestocando_-chicaA Fo y a Rame le debemos- entre otras obras- una serie de monólogos acerca del mundo femnenino, que escribieron entre mediados de los años 70 y los 90. Tres de estos textos agrupados como Monólogos de Mujeres serán presentados en Chile por la Compañía de Teatro Espiral, de Ginebra (Suiza) en diciembre y enero próximo. Se trata de La mujer sola, El despertar y Todas tenemos la misma historia, en los cuales una mujer dueña de casa de clase media, una obrera que a la vez hace las tareas del hogar y una joven que debe lidiar con un embarazo no deseado cuentan, a su manera y en monólogos sucesivos, sus estrategias de sobrevivencia y liberación en el afán de ser reconocidas en su dignidad.

 

La obra fue dirigida por Michele Millner y Naima Arlaud en el montaje que giró durante dos temporadas, en 2014 y 2015, en Suiza y Francia. Millner es una de las actrices que participan en la puesta en escena y junto con ella Mia Mohr y Jeanne Pasquier. Las tres tienen formación en la pedagogía del teatro físico de Jacques Lecoq y las une la cercanía con Chile. Michele nació en Santiago, pero se fue con sus padres cuando tenía diez años. Mia, hija de Michele, es ginebrina, pero vivió un año en Pitrufquén en un proceso de intercambio escolar y Jeanne es casada con un chileno residente en Suiza. De allí su empeño en montar los monólogos aquí y también, porque sienten que lo temas planteados por los artistas italianos hace décadas son muy vigentes en este territorio. Especialmente en lo que toca al monólogo Todas tenemos la misma historia, sobre el derecho a decidir, actuado por Mia Mohr.

 

Fotografía de “Monólogos de Mujeres”, Carole Parodi

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