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El ser humano y el medio ambiente son parte de un mismo todo. Cada vez que rompemos ese equilibrio, hay sufrimiento. Por eso, los espacios de encuentro con la naturaleza son clave para la salud y no solamente un elemento estético. La belleza y la sabiduría de la naturaleza inciden directamente en el nivel de bienestar de las personas.

Un ex paciente del Hospital El Salvador, del que estaba muy agradecido, me dijo: “acá aprendí a esperar”. Por eso, cuando observó que este verano uno de los patios que antes estaba cerrado se llenaba de jóvenes que pintaban y plantaban, todo fue distinto. ¡Qué bonito! Dijeron algunas de las auxiliares y enfermeras que vieron cómo los sonidos invadían ese lugar antes abandonado. El resto de la historia sigue como la deriva de la vida: unos se ofrecieron para traer plantas, otros aportaron donaciones, no faltaron las que empezaron a tejer hermosas bufandas de colores a los árboles del lugar y los que el día de inauguración armaron una pequeña fiesta gracias al aporte de su canto.

Algo similar ocurrió en el patio del Ceibo que tiene esa denominación porque un majestuoso Ceibo ocupa el centro. ¿De qué otra manera se puede explicar que para iniciar los trabajos para rescatar ese patio, que sólo era posible mirar desde algunas ventanas, la gente quisiera hacer una gran ronda en torno al gigante verde?

Aunque no conozcan ninguno de los patios del Hospital El Salvador, creo que se lo pueden imaginar y sobre todo, pueden extender esa mirada hacia otros jardines y parques que se han construido pensando y sintiendo su impacto sanador.

Son jardines sanadores porque permiten que las personas se encuentren con la naturaleza y otras personas. Parece tan simple, pero no tiene nada de obvio. Nuestras ciudades tienen desigualmente distribuidas las áreas verdes y nuestras rutinas nos hacen tener una dinámica de interacción con los otros, muchas veces instrumental. Pasamos de largo y en ese ir corriendo no sólo no vemos a la naturaleza, sino que no vemos a los otros y muy poco de nosotros mismos. En estos espacios verdes la naturaleza actúa como puente para que mente, cuerpo y espíritu caminen unidos.

La evidencia científica cada vez tiene más pruebas de que la naturaleza tiene una habilidad sorprendente para restablecer el poder de concentración, reducción de la agresividad; y el bienestar físico, favoreciendo, por ejemplo, la pronta recuperación de pacientes que han padecido operaciones quirúrgicas (Ver artículo reciente de revista Observer, de la Association for Psychological Science de Estados Unidos)

Jardines como los construidos por la Fundación Inspira y por la Fundación Cosmos son también sanadores porque son ejemplos concretos de que cuando se construyen proyectos en que prima el bien común, sale lo mejor de cada uno. Estos espacios verdes son diseñados y desarrollados junto a la comunidad hospitalaria, por lo tanto, son los vínculos de confianza y colaboración los que los mantiene vivos.

Esa es la energía que confluye en estos jardines y los hace posible: el anhelo común de todos por ser felices. Cuando nos encontramos en una dirección compartida, respetuosa e integradora que va más allá de nuestra individualidad, florecemos juntos.

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4 Comentarios sobre “Jardines para la felicidad

  1. Gracias Doris y Daniel por sus comentarios y reflexiones creo que es desde la confianza la única forma de construir bienestar. ¡Cariños!

  2. Lo que está ocurriendo en el Hospital del Salvador hace crecer nuestro anhelo y convicción que lo que ha permitido que una comunidad se movilice es lo mismo que necesitamos como sociedad en este momento.
    Qué hace que un Hospital Público, donde trabajan 1900 personas, atiende a 9 comunas y a 500.000 usuarios al año, que viva cotidianamente con las dificultades que todos conocemos, que enfrenta a diario problemas que debe solucionar con muy escasos recursos …
    Qué hace en todo este ambiente de dificultad, que este mismo Hospital en un período de tres años esté comenzando su sexto proyecto de recuperación de sus patios interiores que alivian y enriquecen el día a día de usuarios, familiares, funcionarios y trabajando todos en un esquema de participación comunitaria desde un inicio.
    Qué hace que se tengan estos frutos en tan corto tiempo?
    Simplemente nos encontramos con dos directores del hospital de dos períodos diferentes, con la comunidad hospitalaria, dos fundaciones de la sociedad civil y el apoyo de personas naturales y en algunos casos de la empresa privada que … CONFIAMOS.
    Teníamos la convicción de una necesidad sentida por todos, queríamos transformar espacios abandonados en espacios con dignidad para dar dignidad a quienes los habitan y CONFIAMOS que cada uno desde su especificidad tomando en cuenta al otro, escuchando y generando un ritmo común se acercan y concretan las soluciones.

    Es poco habitual lo eficaz y también la calidad de lo generado, es un logro de todos y de la red de CONFIANZA que sustenta, nutre y agiliza el trabajo en común.

    Como Fundación Inspira queremos expresar que es responsabilidad de todos no alimentar la real desconfianza que tenemos instalada, aún cuando por todo lo vivido se ha ganado su espacio.

    Es necesario levantar la mirada y profundizar el análisis .. Tenemos muchos problemas sociales que se hace necesario abordar y cuando nos encontramos lo público, lo privado y la sociedad civil en un trasfondo de confianza podemos decir que SI podemos juntos avanzar hacia una sociedad más amable.

  3. Me ha tocado conocer de cerca esta iniciativa como miembro de Fundación Inspira. Me gustaría resaltar que ademas de recuperar un área verde con todos los beneficios que ello implica, ha ocurrido algo maravilloso. Trabajar todos juntos, voluntarios, usuarios y funcionarios del hospital por un fin común que va mas allá de nosotros, nos ha llenado el alma.

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