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Los que vivimos el período de la dictadura solemos ver con cierta dosis de espanto y preocupación las quejas recurrentes sobre la falta de eficiencia de la actual democracia.   Que no ha cumplido las expectativas de la gente, que las promesas nunca se hicieron realidad, que los políticos devinieron en farsantes, pero lo que no se dice es que para vencer a la dictadura se tuvo que contar con una gran cantidad de hombres y mujeres dispuestos a comprometerse hasta la muerte por sus convicciones

Hace pocas horas han muerto dos de esos hombres: Igor Saavedra y Jaime Lavados:    Igor Saavedra, Premio Nacional de Ciencias, fue uno de los docentes de la Universidad de Chile que se puso de pie para protestar contra los abusos de la dictadura.  Jaime Lavados, médico, fue el primer rector elegido de la misma universidad al retorno a la democracia.   Ambos docentes fueron esenciales para la mantención del pensamiento en el país durante el período de intervención militar en las universidades.

Gente como ellos, silenciosa y discreta pero profundamente comprometida, han sido claves para que Chile creciera en prestigio ante la comunidad internacional.  Efectivamente, no todo ha sido excelente pero hay que recordar que la democracia no es mágica y que, en definitiva, las cosas se hacen bien o mal según quién las haga.

La pregunta pertinente en este momento de críticas es entonces qué hacemos cada uno de nosotros por mejorar el país, más allá de las críticas y de los cuestionamientos.   Es fácil quejarse.  Lo difícil es proponer y trabajar para que las propuestas se hagan realidad.

Ahora que estamos en período de campaña por las próximas elecciones municipales.  ¿Qué candidatos proponen algo distinto a las típicas frases por una mejor educación, la descontaminación o una mayor seguridad?  ¿Dónde están los hombres y mujeres que se han concentrado en pensar el país más allá de lo inmediato, de la solución al problema urgente?  ¿Quién se ha detenido a preparar el futuro para que no sea la simple sumatoria de acciones enmarcadas en las urgencias inmediatas?

Igor Saavedra y Jaime Lavados eran profesionales destacados que pudieron haberse dedicado a su propio desarrollo y hacerse de una situación económica destacada, pero en un momento de su vida decidieron que había cosas más importantes que ellos mismos.   ¿Cuántos creemos hoy en día, de verdad, que el país es más importante que nosotros mismos?

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