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Tiembla Chile, tiemblan las estructuras, tiembla el paradigma construido a sangre y fuego, tiemblan las relaciones sociales, las familias, la salud de gente amada, las nociones, las verdades instaladas, el silencio. Tiembla la república. Tiembla la tierra olorosa, las napas subterráneas, los bosques, tiembla la conciencia, tiembla mi corazón, sí, tiembla este pájaro que late apurado por estos días conmocionado por la avalancha de la lava y oscuridad metiéndose por todos los espacios, los colores, los recuerdos.

El torrente del alma de este país diverso, bello, conmovedor, separada de sí misma, busca su cauce, busca integrarse con la que quedó extraviada en los recodos silenciados de la historia del amor y desamor nacional.

Y es en medio de crujidos de maderas y bisagras, de andamios de fierro, que me encuentro, paso a paso, hueso a hueso, información a información con el caso de JORGE MATELUNA.

Asisto, atenta, a la obra de Guillermo Calderón, Mateluna donde se expone, desde la estética, la emoción, la pasión y la reflexión crítica, la historia de este ciudadano chileno que está preso en la Cárcel de Alta Seguridad por un robo a un banco que él nunca cometió.

La obra me conmociona. (Vuelvo a enamorarme apasionadamente del poder del teatro para transformar, ampliar la realidad, complejizar los paisajes unilaterales, invitar a preguntas, a nuevos órdenes. Invita a conocernos, a remecernos y volver a sentir, amorosa, apasionadamente volver a sentir, empatizar con lo humano.) Leo, concentrada, el libro que me regalan afuera. Este libro despliega, paso a paso los hechos que desembocan en una acción que convive con el horror, la injusticia, el abuso, la depredación que, hoy por hoy, recorre el país sin que nadie o solo algunos/as, se asombren, se enteren, reaccionen, pongan fin, como lo ha hecho la comunidad artística que lidera Guillermo Calderón.

Después de sentir, leer, conocer, entro a la página de Facebook: Libertad para Jorge Mateluna. Me encuentro con distintos/as chilenos/as que piden la libertad de Jorge, con nuevos datos, noticias, entrevistas que, por supuesto, dado el orden de las cosas en el día de hoy, viven en el silencio de la mayoría de los medios de comunicación. (Mientras escribo, tiembla y tiembla.) La misión de estos medios, editorializados por los poderes facticos, es la del ocultamiento, de la anestesia, del “me importa nada lo que te pasa a ti”, para que así, el pueblo de Chile, no se haga cargo de su destino común y lo construya en un abrazo colectivo, le dé sentido a su molestia, convierta en luz transformadora sus quejas y molestias, vuelva a encontrarse con su identidad extraviada, con su alma solidaria, creativa, conversadora, participativa y vuelva a sentir el enamoramiento colectivo y bese su futuro como un huracán.

Pasan los días, van cayendo junto a las hojas de este otoño, y no logro salir de mi asombro que Jorge, luna que brilla en la oscuridad, siga preso. Que Jorge, al que vi alguna vez en los trabajos en barrios que propició el Consejo de la Cultura, siga preso.

Mi corazón alza su amor y dice: Libertad para Jorge Mateluna entonces voy hasta el reino de mi Tomás, guerrero de la luz y le cuento, le leo, le muestro… Él, desde su amada diferencia, desde su cabeza que se cae y su alma que se expande brillando, escucha y opina con sus “ahhh, auuuu, onnnn” y toda esa gama de melodías y palabras no convencionales, ausentes de diccionarios. Tomás, con su lenguaje particular que solo se puede entender cuando nos sumergimos en el fondo de su mirada y abrimos el espacio del alma, expresa lo que le pasa a él, con este Mateluna chileno. Su fragilidad misteriosa que nos acerca a todas las fortalezas, también canta conmigo: Libertad para Jorge Mateluna, uno de los nuestros.

Busco a la compañera, al amor, a la pareja de Jorge. Azarosamente me la encuentro. Le cuento de Tomás y su canto, de su solidaridad, de sus palabras arrojadas al transcurrir de este otoño, para él, para este gran Jorge Mateluna de Chile.

Pasan los días, pasan las semanas.

Ella me cuenta que le contó a Jorge de Tomás.

Y ayer, me llega una carta de Jorge para Tomás.

El corazón de la ternura se manifiesta, la dulzura, la delicadeza, lo sutil, los hilos de agua subterránea, la gentileza, la grandeza de lo humano, la poesía. Tomás, el inmenso emisario del amor, deja escapar una lágrima que riega nuestra alma extraviada, riega este Chile que te tiene encarcelado, Jorge, para que éste florezca y se haga justicia AHORA mientras tiembla y tiembla y tiembla.

QUE TODO CHILE, COMO LO HACE TOMÁS, CANTE, “LIBERTAD PARA JORGE MATELUNA HOY”.

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2 Comentarios sobre “Jorge Mateluna

  1. Viva los diferentes..solo ellos dejan semillas..gracias por compartir este llamado a pedir por la libertad de un imprescindible..un abrazo fraterno.

    1. Su libertad y el que se haga justicia depende de un pueblo que se hace cargo de sus imprescindibles y de su destino.
      Un abrazo Tonya y te pido que difundas y que sigas la noticia

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