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Con especial afecto a mis colegas de Iquique por su contribución a la sociología regional

Don Julio Contreras, un avezado periodista vinculado por décadas a esta casa periodística, me comentaba lo que a su juicio debiera ser la formación de los periodistas de regiones. Para él lo relevante de la actividad de los comunicadores de la sociedad local es la cercanía a las noticias, no el impacto de estas en sí mismas. Para la persona que lee el diario de la ciudad lo importante es lo que acontece a un conocido o lo que le puede haber sucedido al mismo. Así pues, el desafío del periodista de región o local siempre va a ser resaltar esa particularidad, no solo para la noticias que ocurren en la cercanía, sino para los sucesos relevante que ocurran en lugares distantes a miles de kilómetros, los que van a tener figuración en el medio local si hay como ligarlos a la petit realité de la comunidad.

Esto me lleva a reflexionar acerca de si la sociología académica resuelve o no este problema. Para los colegas más imbuidos en las aulas universitarias es probable que el compromiso con la región no sea un problema, pues el sociólogo antes que nada debe tener una formación teórico-metodológica que le permita ser un analista de los fenómenos sociales, en donde la contingencia regional y local es una entre otras posibles opciones de aproximación desde la formación disciplinaria. Aunque no exista propiamente una demanda de parte de las sociedades subnacionales para ser analizadas, cierta urgencia contextual debiera ser un campo relevante en el accionar de la disciplina. No debiera ser obstáculo cumplir con una formación orientada a una validación universal, simultáneamente a una inserción proactiva en los problemas que emergen desde el contexto local.

A principios de los años noventa, se abrieron las carreras de sociología en Iquique, Temuco y Valparaíso (y se reabrió en Concepción), por nombrar las que ya suman casi dos décadas de existencia. Se aprecia que solo en el caso de la Universidad Arturo Prat de Iquique  ha realizado un aporte sistemático al estudio de la Región de Tarapacá a través de una prolífera producción académica en una amplitud que va desde la condición intercultural y el pasado salitrero hasta los vínculos con Perú y Bolivia y los fenómenos asociados a la cultura popular. Los docentes han compatibilizado su labor formativa con una eficiente capacidad para conseguir fondos para la investigación y para compatibilizar los intereses de la profesión con los de la comunidad tarapaqueña.

Un aspecto medular a considerar es el origen local de los profesores formados en la década de 1970 en Santiago o en la Universidad Católica del Norte, ellos tomaron la opción de volver a su ciudad a ser profetas en su propia tierra. Dejo al colega Bernardo Guerrero para que nos dé a conocer el fin de su proyecto: “es recuperar el alma de la ciudad. Esa alma de pino oregón que nos forjó como ciudadanos cosmopolitas, festivos y orgullosos de nuestra forma de ser….. Pero más que eso recuperar el aire de comunidad, de barrio grande que tenía la ciudad. Recuperar el “avísale”, un saludo iquiqueño equivalente a un “hola”, que nos denunciaba como miembros de una gran familia, recuperar el sentido del campeonismo como coraza y espada frente al centralismo. Recuperar todo eso, pero en el marco de comienzos del sigloXXI.” Tarea pendiente esta para las otras carreras, reprobadas en lo referido a su contribución a la elaboración de argumentos valederos, que emerjan desde las comunidades regionales en pos de alcanzar en un futuro cercano la condición de un país armónicamente desarrollado.

 

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2 Comentarios sobre “Sociología y construcción de región

  1. Que pertinente es su columna justamente en el actual momento en el cual se discute y (como estudiantes) nos movilizamos en pos de mejoras y cambios sustantivos en la educación. La trascendencia e importancia para los futuros profesionales (en especial los y las sociologas(os))en lo que respecta a su vinculación con el entorno en un tema bastante olvidado a nivel “academico” pero que como estudiantes siempre intentamos rescatar.Personalmente, en mi universidad, las cátedras por lo general son, con muy poco o bajo enfasis en lo local, baste decir que ni siquiera los estudios latinoamericanos son considerados.Los ramos suelen versar tanto, sobre temas, como autores europeos con un claro sesgo (por parte de la academia) hacia lo eurocentrista.Para finalizar,como carrera pedimos dentro de nuestro petitorio una ansiada “SOCIOLOGIA LATINOAMERICANA” como para conectarnos un poquito con nuestra propia realidad.

    1. Estoy de acuerdo con usted. La formación del sociólogo en Chile debe nutrirse de lo avanzado por la sociología latinoamerica. Hay enfasís, enfoque y desarrollo de corrientes teóricas que es necesario que los estudiantes de pre-grado conozcan y dominen

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