Compartir

La reciente renuncia de la Ministra de Vivienda Magdalena Matte se suma a una seguidilla de acontecimientos que demuestran fehacientemente que la derecha no está siendo capaz de cumplir esa promesa ofrecida al país, denominada grandilocuentemente como “gobierno de excelencia”. Justamente la cartera y la región que más requerían una atención preferente, por ser la encargada de la reconstrucción y la más afectada por el terremoto, respectivamente, se ven envueltas en conflictos que no solo desvían la atención de lo medular y lo acuciante, sino ponen en entredicho al principal partido político del país, la UDI , el cual de ser un fiscalizador implacable de las acciones de los gobiernos de la Concertación ha pasado a defender lo indefendible cuando se trata de figuras involucradas de sus filas.

Son demasiadas las reiteradas explicaciones, los autogoles, los agravios entre los socios de la cualición y el tiempo para la construcción del “relato” ya no es posible recobrarlo. Los proyectos que avanzan en la línea de lo que cimentó la Concertación en términos de aumento de beneficios sociales, como la disminución del 7% de contribución a la salud de los jubilados o el  postnatal de seis meses, si bien son un avance, poseen restricciones de tal envergadura que generarán frustración entre quienes no reciban las subvenciones que creen que les corresponden.

Para las regiones no es muy distinto el panorama: una seguidilla de planes a la usanza de la Araucanía 7, que solo son una remasterización de los recursos sectoriales de la inversión pública para regiones. Es decir, nada nuevo, con el agravante de haber tenido un territorio paralizado y en franca rebeldía, como lo fue Magallanes, ejemplo que puede volver a repetirse en la medida que entremos a un período preelectoral, en la cual la acción de gobierno tenderá a favorecer a la Región Metropolitana , por cuanto, según lo señalado por las encuestas, los niveles de desaprobación del gobierno son más elevados.

En un escenario en que, por una parte, la principal fuerza opositora ha optado por conservar su identidad en vez de realizar un proceso de autoevaluación y renovación y por ende su sintonía con la ciudadanía esta disminuida. En donde, además, solo la figura de la ex presidenta podría eventualmente aglutinarla en pos de un próximo triunfo en las presidenciales y por lo tanto por ahora sigue vetada como referente válido.

Por otra parte, hemos asistido al despliegue omnipresente del Presidente Piñera, el cual se perdió la oportunidad de convertir el devastador terremoto en un genuino llamado a la unidad nacional. Más bien, hemos asistido a la dilapidación de su gran hazaña, como fue el rescate de los 33 mineros. Definitivamente su personalidad le impide alcanzar la plenitud de legitimidad que conlleva la investidura presidencial.

Los buenos indicadores económicos y el manejo comunicacional de la seguridad ciudadana parecieran ser lo que va a ser reconocido como los mejores logros de esta administración. Las tareas pendientes, tales como la modernización del Estado, la disminución de la brecha de la desigualdad social y la mejora de la educación y la salud, seguirán siendo enormes desafíos por abordar y dependerá de la ciudadanía renovarle la confianza a quienes hoy nos gobiernan o busca en la alternancia mejores resultados.

 

Compartir

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *