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En twitter leí un post de @patricionavia que me hizo bastante sentido: “La mejor evidencia de la mala calidad de la educación en Chile son los malos argumentos de los estudiantes. Lucro vs estado! Come on!”

Guau, no lo había pensado y es muy cierto. En una pasada edición de Tolerancia Cero pudimos ver cómo los panelistas destruían a  Camila Vallejos en vivo y en directo, sin que la chica tuviera tiempo para formular alguna arremetida. Y lo mismo se repite en general. Cuando a los estudiantes que marchan se les pregunta cuáles son las peticiones, qué esperan de las movilizaciones, cuáles son los argumentos, no saben qué decir y repiten las frases típicas “educación de calidad” “igualdad” etc…

Yo creo que este movimiento sí tiene un contenido de fondo. Sí hay gente que sabe por qué está marchando, que sabe qué se necesita  y que tiene claridad a la hora de argumentar, pero son los menos, y eso es clara evidencia de la mala educación en Chile.

Los chicos en general no saben discutir, no saben argumentar, se pierden en el discurso, utilizan frases clichés y no logran retener lo que se les pregunta. Seguramente nunca han tenido clases de oratoria, no han practicado cómo estructurar un discurso, no han tenido buena educación cívica que les enseñe algo más que sólo firmar cheques.

Falta capacidad de análisis, falta comprensión de lectura, falta saber escuchar. Falta entender las dinámicas de un país que está en  vías de desarrollo (de ese desarrollo que no todos queremos) y que no puede cambiar a tontas y a locas las estructuras y modelos que se han venido impulsando durante tantos años. Falta aprender a debatir, a no enojarse, a abarcar el tema desde sus diversas aristas.

Como contraparte, creo que estamos avanzando. No podemos esperar un cambio inmediato. No podemos pedirle más a esos  chiquillos dirigentes que están ocupando su tiempo libre en organizarse y repensar nuevas estrategias, a diferencia de muchos que  están frente al pc o a una consola de juegos. No podemos exigir tanto si desde arriba las cosas no se han hecho bien.

Esa debería ser la nueva consigna de los estudiantes: No sé debatir, no sé discutir y eso es por mala educación, por malas gestiones,  por una malla curricular que no toma en cuenta elementos de civismo, de ejercicio de ciudadanía. No se trata sólo de matemáticas o de puntajes PSU. Va mucho más allá.

Mi apoyo a todos ellos es absoluto y no niego que tengan debilidades. Al contrario, propongo que las utilicen a su favor para generar aún más conciencia frente a esta imperante necesidad de mejorar la educación en nuestro país.

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2 Comentarios sobre “Las debilidades a nuestro favor

  1. Encontré hace algunos días un cartel fuera del Liceo 7 de niñas de Providencia que decía “Cuando yo sea presidenta quiero hablar bien” como crítica hacia la educación que están recibiendo y crítica a los populares dichos del Presidente. Ese cartel me hizo pensar algo similar a lo que describes en tu artículo y darme cuenta que se dan cuenta que hay deficiencias y lo más probable es que en el contacto con otros estudiantes se dan más cuenta de las diferencias.

  2. El ejemplo de debate que han tenido los estudiantes y la sociedad chilena es, por distintas razones, pobre y mediocre.
    Si los escolares no se saben expresar, no saben construir argumentos no sólo es por culpa de la educación, también por la mala calidad de la política y de la conversación pública.
    Ahora debo decir que los foros en directo y streaming en twitter que he escuchado, me han parecido interesantes, articulados y con buenos argumentos.
    La trampa de tolerancia cero y los formatos televisivos en general destruye la conversación y “la victima” será siempre “perdedora”.

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