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A pesar de no ser de esos tiempos, recojo el desafío que proponen de escribir… mandar cartas y quiero contar de mi mamá a la que casi no conocí…

…Mi mamá, muy bonita, muy exótica como una flor del trópico, por su pelo. Era de harto pelo negro y crespo y largo, de labios gruesos. Una mina atractiva. Por eso el papá se debe haber casado con ella a pesar de la familia de donde ella venía. Debe haberse vuelto loquito. Casarse con ella debe haber sido el único acto de locura que él cometió.  La conoció cuando estaban en la universidad. Como ellos estudiaron justo en los tiempos de la UP, creo que las distancias entre ellos se anduvieron borrando. En ese entonces a él le gustaba la UP. El amor de ellos fue a espaldas de las dos familias. Mis abuelos por parte de mi mamá (no la conocí mucho, se murió cuando tenía cinco años el año 1979. Lo único que en realidad recuerdo de ella, era su olor, la palma de sus manos y la música que siempre escuchaba: Bach) decían que él era un pije y “momio”. Los papás de mi papá, la encontraban rota y comunista, así decían. Además la responsabilizaban por los años en que mi papá perdió el seso y se alejó de ellos. (Así dice mi Ita) Mi papá se preparaba para ser el prestigioso abogado que fue aunque, me imagino que en ese tiempo quería defender otras causas. Por ejemplo a los pobres. Mi mamá estudiaba para ser concertista. Después de casarse ella con él nunca más volvió a tocar el piano, nunca más volvió a ser quien era. Yo soy igual a ella, vistosa, caderona y mi papá me mira todavía como si dentro de mí hubiese algo peligroso. Nunca me ha tocado, nunca me ha hecho cariño, por lo menos desde que me acuerdo.  Con la familia de mi mamá recién estoy comenzando a relacionarme de verdad, conociéndola ahora que soy adulta. Mi papá casi no me dejaba verlos de niña después que mi mamá se murió. Ella, parece que también dejó de verlos por ahí por fines de 1975. Parece que mi papá decía que era peligroso por mis tíos que estaban metidos en la lucha contra la dictadura.  La familia de mi mamá es familia comunista. Para qué decir lo que decían de ellos la Ita y el Tata… ¿Qué le habrá pasado a mi papá de un momento a otro que cambió tanto?

Crecer sin madre y entre tanto misterio ha sido muy duro para mí. También sentir que algo fatal la rompió por dentro. Casarse con el papá le significó romper con su vida. Eso me pone a pensar sobre las mujeres, sobre mí.

No sé quién soy, en quién reconocerme. Me siento ajena en todas partes. Como si no tuviera un lugar. No soy la Ita, no soy mis primas, no soy mi mamá, ni mi abuela la Rosa. Le tengo terror al abandono, he hecho cosas indignas con tal de que no me dejen, indignas de verdad, como perrito faldero que mueve la cola y saca la lengua y hace gracias para que le soben la espalda o le tiren un hueso. Un perrito que hace patéticas volteretas en el aire a pesar del golpe, la patada. ¿Habrá sido así la mamá? He vivido con una sensación oscura que me persigue, como si tuviese algo malo adentro. Hasta viví una relación en la que me golpeaban. ¡Que vergüenza confesarlo pero así fue! Me quedé ahí, estacionada por mucho tiempo y con vergüenza. Creo que siento culpa de ser como soy. Tampoco me siento libre de repetir la experiencia de la violencia, alguna violencia, por eso estoy sola hace un rato ya, como en remojo.

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Alguien comentó sobre “Cartas de la memoria

  1. Malucha, me conmueve tu texto con el corazón valiente y abierto. Lo siento como un acto de generosidad. Por eso me permito comentar que según lo que he aprendido, ese es el principio del despertar: comenzar desde donde estamos para descubrir quien somos, y si nos engañamos, volver a empezar en ese nuevo y fresco ahora. Podemos confiar en lo que somos verdaderamente, no tener miedo de nosotros.

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