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Digo camino, pues  las ciencias sociales han utilizado esta palabra como analogía de método y es también la forma que expresa el progreso espiritual.

En las experiencias de aprendizaje grupales, se está usando crecientemente el diálogo, como un método destinado a develar los intereses esenciales humanos más allá de las apariencias que asoman como posiciones en debate o controversias.

Aún si estas experiencias están definidas por objetivos específicos de aprendizaje, es posible extraer algunas conclusiones para el uso de las comunidades de toda clase, siempre enfrentadas a la distancia entre el ideal de su organización y la realidad concreta, que ocurre al encarnarse en seres humanos atrapados en la confusión.

Una condición necesaria de este método es proveer un “buen contenedor”, es decir, un espacio de confianza en el que pueden ocurrir conversaciones poco habituales (quizás otro día podamos hablar de cómo crear espacios humanos más trascendentes, distintos de los convencionales o incluso banales).

Tal como hiciera Sócrates, la conversación se abre mediante preguntas. Cada interlocutor pasa por la experiencia de la escucha profunda y  de la expresión genuina, alternando ambas posiciones en la interlocución. Por ejemplo, buscando explorar discrepancias o historias de conflicto en una organización, se podrían formular las preguntas, ¿Cuál es una conversación difícil para ti? ¿Qué es lo que la hace difícil?

Se utiliza, en ciertos casos, el repetir la pregunta varias veces, lo que crea la posibilidad de ir haciendo nacer lo no dicho, colocando al otro en un estado de introspección. Tenemos tan pocas oportunidades de estar tranquilos y en contacto con nuestra inteligencia natural, que de esto resulta una experiencia conmovedora.

Es notable el compromiso de intentar formular una respuesta genuina, que surge de esa situación provocada. Incluso podemos afirmar que esta nueva forma de conversar provoca una sensación de gozo en los participantes.

Recuerdo una primera vez que entré a un diálogo en un estado mental reticente y luego salí de él cautivada por las posibilidades de comunicación que de allí surgieron y de mis nuevas comprensiones. Desde entonces, trato de incluirlo en situaciones de aprendizaje comunitario

Esta es una conversación abierta para quienes se interesen.

 

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