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Nada se compara con la experiencia comunicativa cara a cara, sobre todo si se trata de entrevistar a alguien por primera vez, pero las nuevas tecnologías inauguraron la posibilidades a un nuevo periodismo, más inmediato y menos rígido (no menos riguroso), así como en política se abren nuevos derroteros de participación ciudadana.

Listos para grabar, se establece el enlace telefónico y ronda en la cabina cierta incertidumbre sobre el temperamento que tendrá el entrevistado, su premura de tiempo, su desinterés por la entrevista. Los temores se conjuran al escuchar la voz afable de Ulrich Richter al otro lado del teléfono, dispuesto y agradecido de acortar la distancia de 2 mil kilómetros hasta la ciudad de México, con tal de escuchar su opinión.

Es sobrado el interés por conocer el por qué del título en la última de sus obras “Manual del Poder Ciudadano: lo que México necesita” y la primera pregunta va en tal sentido ¿será lo que nuestro país necesita? “Pues ya no puede ser de otra manera ya que el gobierno, en todos sus niveles, nos ha demostrado apatía e ineficacia para asumir sus responsabilidades”.

La voz se torna grave, quizá para reforzar el sentido de “urgencia y hartazgo social” que Richter plantea en su obra, por ello vale cuestionar ¿cuál es el primer paso para adquirir ese Poder ciudadano del que usted escribe al estilo pautado de un manual?. “Lo primero es clarificar conceptos tales como ciudadano, ciudadanía, democracia, poder”

Dicho de esa manera parece tan fácil que podría decirse que un niño puede hacerlo, entonces ¿a qué edad es conveniente problematizar tales nociones; la mayoría de edad no es muy tarde? “Efectivamente , es muy tarde esperar hasta los 18 años, porque pareciera que con la mayoría de edad somos ciudadanos al ejercer el voto; considero que desde los 12 años un joven tiene la capacidad para conocer su responsabilidad de informarse, vigilar e involucrarse en la vida política del país, puede y debe hacerlo.”

Son muchos y muy variados los temas que el manual propone, además de los aspectos conceptuales, están las herramientas del poder ciudadano, la reconstrucción ciudadana, derechos y obligaciones como ciudadanos porque “hay que pasar de las cuestiones discursivas y abstractas y finalmente concretar acciones ciudadanas”, asegura el escritor.

Sobre estos temas Richter Morales se ha especializado, desde su paso por el Consejo de Participación Ciudadana de la Procuraduría General de la República; como secretario de la Asociación Nacional de Consejos de Participacion Cívica, hasta su desempeño actual como secretario general de la agrupación ciudadana Ciudadanía y Democracia (APL). Aunque su nombre saltó a la luz pública al asumir la defensa de la revista Proceso en la demanda interpuesta por Martha Sahagún.

La comunicación falla por momentos y, con el riesgo de perder contacto, se apresura la interrogante fundamental ¿qué es ese pregonado poder ciudadano, en suma? Para desvelar esta cuestión, el texto hace un amplio recorrido intertextual desde referencias constitucionales, políticas, económicas, pasando por Max Weber y Michel Foucault, pero ante la interrogante directa el autor concluye “el poder ciudadano es la unión de la mayoría de los ciudadanos por consentimiento, para formar una sola entidad, que es la república, el país y el Estado.”

Las condiciones actuales en México no favorecen que esto se concrete ¿será una entelequia su planteamiento, en medio del estado de cosas que prevalece? “Sí y no. Sí, si creemos que es una realidad dada por sentado y ajena a nosotros; y no, no pienso que sea una entelequia, todavía no, si apostamos porque el marco legal y constitucional del país se transforme.”

Y acerca de lo anterior, se formula la última pregunta ¿hablando de vías como legalidad e institucionalidad será que la elección de legisladores tenga una mayor relevancia que la del propio ejecutivo? Richter se apresura a responder “por supuesto, pero la elección de mandatarios acapara los reflectores. Necesitamos dejar a un lado esa ilusión mediática para identificar claramente el quid del asunto. Esto urge, es como digo en el libro ‘lo que México necesita”.

El encuentro virtual concluye y queda la sensación de que se ha revisado un recetario. Pero bien vale la pena echarle un vistazo a los ingredientes. Y a todo esto ¿Qué será lo que latinoamérica necesita?

 

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